Cuando las pasiones lo eligen a uno
Borja Alonso ha pasado de trabajar en prestigiosos fogones a montar su propia clínica veterinaria
l. negro
Domingo, 19 de febrero 2017, 11:50
Uno no elige sus pasiones. Las pasiones lo eligen a uno y las de Borja Alonso son la cocina y los animales y ambas la ha podido desarrollar profesionalmente. A sus 31 años ya cuenta con una larga trayectoria de más de 10 a sus espaldas. Hace apenas unos meses ha inaugurado su nuevo proyecto empresarial, Boral Centro Veterinario, una tienda y clínica veterinaria en el corazón del barrio de la Rondilla.
Desde pequeño siempre le ha gustado desarrollar su faceta más creativa desde los fogones, y por ello, decidió estudiar alta cocina en San Sebastián. Afirma que tuvo mucha suerte y se enorgullece de haber trabajado con los mejores.
«Estuve varios años trabajando en San Sebastián. Más tarde pasé dos temporadas en El Bulli de Ferran Adriá y luego me fui a Madrid a trabajar como jefe de cocina. Después de tantos años fuera de casa, decidí regresar a Valladolid, donde he trabajado en diferentes restaurantes y empresas de catering como autónomo. Me encantaba mi trabajo, pero siempre sentía la necesidad de montar algo por mi cuenta», relata este joven emprendedor.
Barajó diferentes opciones. La primera de ellas era montar su propia empresa de catering, pero no se acababa de decidir. Dice que quizá lo haga en un futuro. Otra posible opción era montar un negocio relacionado con la rama sanitaria, pero al final optó por montar una empresa que le permitiera desarrollar su otra gran pasión: su amor por los animales. «Hace seis años comencé a criar perros teckel standard y miniatura. Soy entrenador y compito con ellos en pruebas de trabajo y belleza. Además, estoy acostumbrado a tratar con perros de otras razas y un día surgió la idea de montar una tienda y clínica veterinaria», relata Borja, quien durante todo el proceso de creación de la empresa continuó dado de alta como autónomo.
Boral Centro Veterinario está dotado de las más modernas instalaciones. Con una amplia sala de espera y consulta, dispone de quirófano para todo tipo de animales de compañía, con servicio de cirugía, medicina general, nutrición, análisis clínicos, vacunaciones y desparasitaciones, microchips, ecografías y dermatología. Además, cuenta con una sección destinada a la venta de productos y accesorios con el objetivo de ofrecer un servicio añadido, serio y con asesoramiento profesional que ayuda a cubrir todas las necesidades de sus clientes relacionadas con sus mascotas. «Vendemos piensos especializados de primeras marcas para perros, gatos, peces y pájaros. También utensilios y accesorios como juguetes, collares y correas, antiparasitarios y mordedores, con servicio a domicilio dentro de la ciudad sin ningún coste adicional», enumera este emprendedor, cuya prioridad es la salud y bienestar de las mascotas.
«Estamos en un momento en el que la mascota se ha convertido en un miembro más de la familia y sus dueños se preocupan de que estén atendidas lo mejor posible. La mayoría de la gente está muy concienciada en el buen trato de los animales y destinan una parte del presupuesto mensual a sus cuidados», añade.
Para el desarrollo de la actividad en la clínica era necesario que la dirección facultativa estuviese desempeñada por un profesional veterinario colegiado. Tras un proceso de selección, Borja escogió a Ramón Oliva para que se encargara de las cuestiones sanitarias del centro. «Él es de Madrid, y estaba colegiado allí. La colegiación en Valladolid resultó más lenta de lo que pensábamos y eso retrasó la puesta en marcha de la clínica», expone este emprendedor.
Borja también cuenta con la colaboración de una auxiliar externa que, bajo cita previa, ofrece servicio de peluquería canina y felina, según las necesidades de cada raza y cada animal en concreto. «Tenemos un espacio habilitado para realizar este tipo de servicios, que empezarán a ser más demandados de cara a la primavera», expone.
Borja ha contado con un gran apoyo familiar y de su pareja durante todo el proceso de la puesta en marcha del negocio, y está muy satisfecho con la buena acogida que está teniendo. «Soy consciente de que a la gente le cuesta cambiar sus rutinas, pero poco a poco nos vamos haciendo con más y más clientela. Lo que pretendemos es que vengan, nos conozcan y vean nuestras modernas instalaciones. Consideramos que en nuestro trabajo lo más importante es generar confianza», subraya este empresario, que ha optado por una política de precios asequibles a todos los bolsillos.
Para dar a conocer su empresa ha creado una página web, utiliza las redes sociales y está preparando un buzoneo en el barrio. Próximamente también lanzará una campaña a través de Oferplan, que le permitirá captar nuevos clientes y también fidelizar a los que ya lo son. «Trabajar para otros es relativamente más cómodo. Yo antes trabajaba mis horas y tenía un sueldo fijo todos los meses. Inevitablemente, a veces me acuerdo de cómo estaba antes, pero como tengo tanta ilusión por sacar adelante este proyecto, en absoluto cambiaría mi vida anterior por la que tengo ahora», asegura convencido.
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