La Barbie más jamona

Después de largo siglos de historia, con sus famosas ferias de banqueros y mercaderes, Medina de Rioseco ha llegado a nuestros días con el popular título de capital comercial de Tierra de Campos. Por eso no es de extrañar que la Semana Santa, con la llegada de miles de visitantes, se convirtiese en una excelente ventana desde donde mostrar los mejores y más variados productos de cada comercio.

Importantes días en los que las tiendas riosecanas mantienen la tradición de engalanar sus escaparates y espacios interiores con el fin de llamar la atención a cuantas personas pasen por delante para que se vean obligada a detenerse. Es el caso de la carnicería Valentín San José, que, con cerca de un siglo y medio de historia, abre sus puertas en los vetustos soportales de la calle Mayor. María y Tinín, dos de los hermanos que ahora atienden en la carnicería, son hijos, nietos, bisnietos y tataranietos del aquel Valentín del siglo XIX que abrió el primer establecimiento.

Este año, entre jamones, chorizos, salchichones, quesos, morcillas, pichones, conejos, pollos, salchichas, callos, jijas, hamburguesas o solomillos, el establecimiento ha destacado por la presencia de dos pequeñas muñecas Barbie vestidas con singulares trajes de sevillana realizados con lonchas de tocino y jamón serrano; una de ellas posa junto a una rosa hecha con los mimos materiales.

Desde la carnicería ofrecen la posibilidad, a quien lo encargue, de realizar otras muñecas, con sus culinarios vestidos, para poder adornar el centro de bandejas de embutidos en cualquier tipo de celebración. Por eso, y aunque los días de Semana Santa han pasado, las dos muñecas siguen luciendo lozanas sus sabrosos trajes, para seguir llamando la atención a propios y a extraños. Porque, ahora, y nunca mejor dicho, estas Barbie están para comérselas.