Dos detenidos por robar 96 portátiles del colegio García Lorca de Batallas

El robo fue perfecto. Los delincuentes accedieron a un colegio público de Batallas a través de una ventana y se llevaron la friolera de 96 ordenadores portátiles a finales de octubre del año pasado. Luego, en teoría, los vendieron todos a precio de saldo. Lo que no sabían es que los terminales guardaban un secreto en forma de programa que permitía a la empresa que lo instaló localizar dónde estaban siendo utilizados en cuanto eran puestos en marcha.

Los agentes, con esta información, solo tuvieron que acudir a tres domicilios concretos de la capital, donde recuperaron tres de los aparatos e imputaron a sus 'propietarios' por un delito de receptación. Luego siguieron tirando del hilo hasta identificar a los dos jóvenes de 20 años que se los habían vendido a precios irrisorios -entre 70 y 100 euros por terminales que rondan los 300-. Los sospechosos están ahora imputados por sendos delitos de robo con fuerza, según informaron ayer fuentes policiales.

Un sistema vallisoletano

Los hechos se remontan al otoño pasado. Los ladrones saltaron de madrugada la verja del patio del colegio público Federico García Lorca, situado en la calle Huertas -detrás del polideportivo Miriam Blasco-, y, una vez dentro, reventaron una ventana de la planta baja para campar a sus anchas en el interior de las instalaciones. Tenían bien claro lo que buscaban y fueron directos al aula en el que se guardaban los 'netbook' -miniordenadores- que utilizaban los escolares.

La investigación inicial se estancó durante los primeros meses hasta que en marzo saltaron las alarmas en la empresa vallisoletana Coremain -proveedora del 'software'-, que había instalado un «programa de seguridad» en los equipos. Sus técnicos descubrieron que al menos tres de los portátiles estaban en uso dentro de la capital. Primero avisaron a la Consejería de Educación -la dueña de los ordenadores-, ésta a su vez avisó al 091 y un juez autorizó poco después el seguimiento de los portátiles sustraídos.

Los agentes descubrieron a continuación el punto exacto en el que se encontraban y recuperaron los tres equipos. Sus compradores «sabían perfectamente que lo que adquirían eran ordenadores robados porque a ese precio es imposible encontrar nada parecido en el mercado», aclaran las fuentes consultadas.

La información facilitada por los imputados permitió la posterior identificación de los presuntos autores del robo o, al menos, de la venta de tres de los 96 ordenadores. Los jóvenes, cuyas identidades responden a las iniciales S. S. J. I. y R. G. S., ambos de 20 años y vecinos también de la capital, fueron detenidos finalmente el 18 de mayo e imputados por los robos con fuerza.

Los sospechosos, eso sí, negaron la mayor ante los agentes y en el juzgado, por lo que la investigación continúa abierta a la espera de recuperar los 93 'netbook' que faltan.

S. S. J. I. ya fue arrestado en tres ocasiones el año pasado por otros tantos robos con fuerza y R. G. S. fue detenido ese mismo año por una agresión por lesionar a una persona.