Unas pipas que no contaminan
Los envases de papel tienen dos compartimentos para depositar las pipas y los residuos en cada uno de ellos Facundo entregará 'pipeleras' con sus bolsas para las cáscaras y no arrojarlas al suelo
PILAR ROJO
Jueves, 30 de septiembre 2010, 03:20
¿Se ha preguntado alguna vez qué ocurre con esas minúsculas cáscaras que deja caer al suelo mientras come pipas por la calle? Pues son un residuo especialmente difícil de recoger y que supone muchas horas de trabajo para los empleados de la empresa de limpieza urbana.
La veterana empresa palentina Facundo ha decidido implicarse en esa necesaria concienciación medioambiental y prepara ya el lanzamiento de las 'pipeleras'. En los próximos meses, los clientes que compren una bolsa de pipas recibirán también un segundo envase, una bolsa de papel con dos departamentos: uno para depositar las pipas y otro para echar las cáscaras. Este recurso para intentar mantener las calles un poco más limpias no es nuevo, ya que algunos ayuntamientos como los de Zamora o Málaga han repartido envases similares durante las procesiones de Semana Santa para evitar que los cofrades que desfilan descalzos puedan lastimarse al pisar cáscaras de pipas. Sin embargo, es la primera vez que la iniciativa privada se implica en este cuidado medioambiental. «No queremos que en ningún caso se pierda el placer de comer pipas, pero si puede completarse con alguna iniciativa que reduzca la incomodidad que suponen las cáscaras o la suciedad que pueden generar si se tiran al suelo, que quiero recordar que en ningún caso es tanta como en los chicles, desde la empresa somos los primeros en intentar colaborar. El envase de papel es algo práctico, te permite en una sola mano llevar las pipas y la papelera y te resulta muy cómodo. Cuando terminas, se tira todo de forma conjunta a la papelera, y evitas que haya residuos y suciedad por el suelo», indicó ayer el consejero delegado del grupo Facundo, Vicente Villagrá. La introducción de las 'pipeleras' será gradual y la idea es que se entreguen al comprador en el propio quiosco, bar, panadería o supermercado cuando adquiera una bolsa de pipas. «Se irán metiendo poco a poco, pero la idea es llegar a todos los puntos de distribución. Una cuestión que se nos ha planteado es por qué las pipas se siguen vendiendo en su propia bolsa, y esto es porque las bolsas de pipas van revestidas en el interior por un material especial que protege al producto para que las pipas no se oxiden», agrega.
La empresa Facundo produce en torno a 800.000 bolsas de pipas diarias y el representante de la empresa reconoce que, aunque comer pipas sigue siendo un hábito consolidado, de alguna manera también han notado la crisis. «Se siguen comiendo pipas en el fútbol, en los toros o por la calle. Nuestro público no ha variado: los jóvenes y todas las generaciones que les anteceden, de edad media o mayores, con dentadura propia o postiza. Quizás los niños son los menos consumidores de pipas, porque tienen una diversidad de golosinas muy grande donde elegir. Lo cierto es que el cambio de hábitos en la población también influye en el consumo de pipas, porque la gente va menos a los bares y a los quioscos, y algo se ha reducido el consumo», reconoció ayer Vicente Villagrá. «La 'pipelera' es un factor de modernidad con que queremos contribuir al medio ambiente», concluyó.
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