Crucemos los dedos

Crucemos los dedos. Segovia ha realizado un magnífico trabajo de promoción de su candidatura a la Capitalidad Europea 2016, un esfuerzo que se traduce en un gran apoyo social en forma de voluntarios y en un posicionamiento como plaza de primer nivel de la economía del conocimiento y la cultura.

Para la Cámara, y con independencia de la decisión final, Segovia debe seguir trabajando en lo que es su vocación de sala de máquinas de la cultura. Hasta ahora (y con las brillantes excepciones que correspondan), hemos rentabilizado el patrimonio, el paisaje y la gastronomía esencialmente en hostelería y turismo. Sin pretender menoscabar este estratégico sector, sino todo lo contrario, hay que ir más allá de las pernoctaciones y de los comensales para jugar la baza del conocimiento. Segovia ofrece un entorno único y cómodo para no pocas empresas que buscan una determinada calidad asociada a unos determinados valores. La etapa en la que podíamos achacar a la falta de infraestructuras un relativo retraso ha quedado atrás. El limitado horizonte demográfico, otra de nuestras debilidades, se convierte en una fortaleza en un mundo que, gracias a las nuevas tecnologías, huye de la masificación y los entornos despersonalizados.

Pase lo que pase el jueves, hay que seguir en este objetivo.