Beatriz Escudero: «Me equivoqué al configurar la lista»
CÉSAR BLANCO
Miércoles, 7 de julio 2010, 16:09
La onda expansiva de la bomba caída en el Pleno del Ayuntamiento del pasado jueves sigue sembrando metralla y dejando víctimas en el seno del grupo municipal del Partido Popular (PP). La portavoz de la formación local, y a la sazón senadora por Segovia, Beatriz Escudero, quiso dar ayer un golpe de autoridad sobre la mesa para poner una tirita a una herida que sangra a borbotones después de los dos díscolos votos en blanco salidos de sus filas en la votación secreta que rechazó, hace seis días, la propia moción popular para exigir a Javier Arranz la devolución de su acta de concejal a raíz del disco editado y patrocinado por el Consistorio de la ciudad del Acueducto en el que se incluye una canción en la que se insulta al Rey.
Escudero anunció la decisión, adoptada de manera personal, de relegar de sus funciones a tres de los doce ediles que integran la bancada de la oposición local. Los concejales del PP apartados son César Martín, Elena García Gil y Mercedes Álvarez Campana, quienes abandonarán sus puestos en las comisiones en las que participaban. Asimismo, la exclusión de las tres personas señaladas por el dedo acusador de Escudero implica que tampoco serán llamados a las reuniones del grupo municipal y dejarán de asistir a actos públicos en representación del PP local.
«De los errores se aprende», afirmó ayer Escudero entre la indignación y la resignación. Después de más de tres años de legislatura, la máxima responsable del PP municipal aseguró que «me equivoqué al configurar la lista» con la que concurrió a las elecciones municipales del 2007. Indicó que en los últimos días ha recibido los ánimos de muchos ciudadanos de a pie, que incluso le han llegado a solicitar la expulsión de los concejales populares que se saltaron la disciplina del partido.
Apoyo de la dirección
Escudero precisó que la decisión de relegar a los tres ediles la tomó en la tarde del mismo jueves de la votación que hizo saltar por los aires la unidad del grupo municipal. La portavoz añadió que tanto la dirección provincial del partido, como la regional y la nacional han sido informados de los derroteros seguidos y apoyan la resolución tomada.
«No se trata de buscar chivos expiatorios ni culpables», anticipó Escudero en la exposición de los hechos. En referencia a la moción de la discordia que se saldó con los votos en blanco de dos de sus correligionarios, la máxima responsable de la formación municipal del PP aclaró que en una de las reuniones previas mantenidas por el grupo municipal se planteó que la única concejala que podría haberse ausentado era Josefina García debido al dilema moral que le podía asaltar de secundar la solicitud de renuncia al marido de una familiar suya o seguir la disciplina de partido. Sin embargo, ésta mantuvo su decisión de acudir a la sesión plenaria.
Horas después de la votación y en la reunión mantenida con los integrantes de su grupo en la noche de este lunes, Escudero preguntó e indagó sobre quiénes habían incumplido las directrices del grupo, sin que nadie se arrogara tal responsabilidad. Una de las ediles apartadas, Elena García Gil, se defendió ayer de las acusaciones proferidas por su líder en el grupo municipal. «Gracias a Dios nadie se delató y todos fuimos consecuentes», manifestó ante la insistente e infructuosa búsqueda de culpables realizada por Escudero en los últimos días.
La del jueves es, al menos, la segunda espantada que sufre la agrupación popular en el Consistorio en cuatro meses. Ya en marzo afloró la fractura interna cuando César Martín, Elena García Gil, María José Uñón y Mercedes Álvarez Campana abandonaron un Pleno municipal durante veinte minutos. Como consecuencia, no votaron contra la moción presentada por los socialistas por la que se acordaba que cualquier concejal que quisiera ausentarse debía pedir la autorización del alcalde o, en su caso, justificar su falta de asistencia.
«Desconfianza» en el grupo
Por cierto, la responsable popular exculpó ayer a Uñón de lo acontecido en el último Pleno, ya que la concejala popular «justificó, señaló y marcó su voto para que todos lo vieran», aclaró Escudero.
La reunión de concejales celebrada en la noche del lunes por la agrupación popular fue el último intento de descubrir a quién pertenecían los dos votos en blanco del jueves pasado y de depurar responsabilidades. En medio del ambiente de sospechas y suspicacias que se ha cernido sobre el grupo popular en los últimos días, uno de los ediles, Pablo Martín, llegó incluso a poner su acta a disposición de Escudero, aunque la portavoz lo rechazó.
Para la máxima responsable del PP municipal, estos últimos acontecimientos han generado un clima de «desconfianza entre los propios integrantes» de la agrupación local popular. La gravedad de los hechos «impiden la viabilidad futura del grupo», que naufraga en este mar de dudas a tan sólo diez meses de las elecciones locales. El Comité Ejecutivo del PP de Segovia que preside Francisco Vázquez será el que trate la situación de los tres concejales relegados.
«Lo que haga el presidente será lo mejor para el grupo municipal», auguró la responsable de la formación municipal, quien al apartar a los tres ediles deja de tener responsabilidad política alguna sobre ellos. Pese a la indignación manifestada por Escudero, ésta indicó que no pedirá a la dirección ningún tipo de media contra Martín, García Gil ni Álvarez Campana, aunque los tres «generaban dudas ciertas».
La portavoz arremetió con dureza contra quienes se han salido de la disciplina del partido. Acusó a quienes no siguieron las directrices del grupo de «mentir» a sus compañeros. «Los segovianos no se merecen enredos de barra de bar ni conspiraciones de mesa camilla», añadió Escudero a preguntas de los periodistas sobre la posible connivencia entre algunos representantes de las siglas que lidera y el grupo municipal socialista.
La responsable popular declaró que «no me cabe duda» de que hubo un pacto para establecer el secreto en el sufragio. «Me he sentido traicionada por amigos», concluyó. «No puedo tolerar la cobardía de escudarse en el anonimato del grupo», sentenció. «Si indigno es romper la disciplina del partido, más indigno es ampararse en el anonimato», agregó visiblemente molesta con quienes considera «desleales».
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