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Fernández Antolín posa para la entrevista en el set virtual en que los alumnos hacen prácticas. :: MIGUEL ÁNGEL SANTOS
PALENCIA

«Ya hemos vivido y padecido los grados, y el resultado ha sido positivo»

La UEMC ya ha adelantado a julio la convocatoria extraordinaria de septiembreMartín J. Fernández Antolín Rector de la Universidad Miguel de Cervantes

FIDELA MAÑOSO

Lunes, 5 de julio 2010, 02:57

Martín José Fernández Antolín vive su segunda etapa como rector de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC), una institución con cerca de 1.500 estudiantes (muchos procedentes de Palencia) y 150 profesores y personal de administración, que implantó en el curso 2009-2010 nueve de los diez grados oficiales, y que ya ha adelantado a julio la convocatoria extraordinaria de septiembre.

-Todas las universidades están embarcadas en el Plan de Bolonia, que se generaliza el próximo curso. ¿De qué situación parte la Universidad Miguel de Cervantes?

-Tenemos la suerte de llevar un año trabajando con Bolonia en las aulas y en los despachos. Creo que es importante saber que tenemos la ventaja de esa pequeña experiencia sobre otras universidades o el conjunto del sistema que está empezando ahora. Eso nos da una perspectiva y nos permite reflexionar sobre el futuro. La implantación de los nuevos grados lo hemos vivido y padecido, pero el resultado ha sido muy positivo.

-¿Cuántos grados han implantado el curso que ahora termina?

-Nueve de diez

-¿Se incorporará alguna nueva titulación el próximo curso?

-Tenemos aprobada Odontología, pero hemos optado por tomarnos un tiempo y hacer las cosas con calma para ver la plantilla y las infraestructuras necesarias y, sobre todo, para ver cómo podemos integrar y que funcione como las demás una titulación tan distinta.

-Hablando de esas necesidades de espacio y personal, ¿qué adaptaciones han tenido que llevar a cabo?

-Al ser una universidad joven y pequeña, nuestros grupos son reducidos y los espacios estaban adaptados a lo que iba a venir. Apenas ha sido necesario acometer cambios en infraestructuras, ni en la división de grupos, aunque hemos tenido que hacer una revision metodológica de cómo utilizar los recursos físicos y humanos. El grupo más numeroso de nuestra universidad tiene 40 estudiantes, y la ratio es de 27.

-¿Siguen pensando en la necesidad de ampliar la UEMC o de buscar una nueva ubicación?

-La idea se mantiene porque ahora, ante la necesidad de implantar Odontología y la llegada de nuevos estudiantes, hay que ampliar las instalaciones y hacer una modificación de los espacios. El consejo de administración está en ello, no sabemos si habrá un cambio total de ubicación o una ampliación, pero en un plazo breve la UEMC tendrá infraestructuras nuevas.

-Se habla del grave problema del fracaso académico. ¿Cómo está la UEMC?

-Nuestro régimen de abandono es muy bajo, aunque hay que tener en cuenta que no somos una universidad pública y que la decisión de ingresar en unos estudios donde las familias tienen que hacer un esfuerzo económico supone una parte de compromiso para el estudiante, aunque eso no quiere decir que vayan a aprobar necesariamente, ni que todos tengan el mismo régimen de compromiso. Para nosotros también es una obligación estar detrás de ese estudiante y evitar que se produzca el fracaso.

-La Miguel de Cervantes ha decidido ya adelantar a julio la convocatoria de septiembre en todos los grados, ¿les ha planteado algún problema?

-El profesorado asume que el curso empieza el 13 de septiembre, con lo cual terminamos nuestras clases en mayo, hacemos la convocatoria de junio, la de julio, cerramos actas el 30, y agosto limpio de vacaciones. Por la relación que tenemos con otras universidades que ya han adelantado la convocatoria, las tasas de éxito en los estudiantes es superior porque no se desvinculan en vacaciones, hay continuidad, y el que haya suspendido alguna asignatura, con un pequeño esfuerzo, puede superarla. Los alumnos han sido los menos reacios a la hora de asumir este cambio.

La selectividad

-Dice que el curso lo empiezan el 13 de septiembre, justo el día que empieza la selectividad, ¿cómo lo van a solucionar?

-El año pasado empezamos dos semanas más tarde, y no lo adelantamos más el próximo curso porque son las ferias en Valladolid. Nuestros estudiantes de primer curso que estén en septiembre haciendo la selectividad tienen ya preparado un programa de tutorías conjuntas e individuales para recuperar lo que se haya desarrollado desde el inicio del curso. Además, los que hagan las pruebas de acceso se podrán incorporar una vez las terminen como oyentes, hasta que puedan formalizar la matrícula.

-¿Considera que la selectividad es un problema pendiente de solucionar?

-En la última comisión académica hemos solicitado que se considere el estudio de las pruebas de acceso, las ventajas, problemas e inconvenientes que se generan adelantándola, no sólo a las universidades, sino también en Secundaria. Pero si últimamente, en todas estas nuevas normativas y leyes sobre Secundaria, parece que puede haber un acuerdo para que la movilidad 'erasmus' se amplíe a la Secundaria, me pregunto si seremos capaces de mantener un sistema de Secundaria ajeno a Europa y un sistema universitario que va intentando ajustarse a Europa con el problema de la selectividad. Esto tiene que ser analizado en conjunto, y la Consejería de Educación debe centralizar esos trabajos, aunar sensibilidades y ver cuál es el futuro del sistema universitario, y del educativo en general.

-¿Qué previsiones de incremento de alumnos tiene la UEMC?

-Nosotros repuntamos el año pasado, por el efecto Bolonia, con un incremento del 20%. Ahora estamos en esa incertidumbre de si vamos a seguir repuntando o tenemos que observar ahora el estancamiento.

-En alguna ocasión se ha quejado de la actitud de los estudiantes en general, que tienen poco interés por las prácticas, son poco comprometidos ...

-La crisis económica nos tiene que ayudar a replantearnos los valores. A los estudiantes se les han dado muchísimas facilidades, pero no solo el sistema universitario, sino la sociedad en general. Creo que generaciones no tan antiguas estaban dispuestas a hacer prácticas sin cobrar, incluso algunos a pagar por ello, y ahora si no cobran no las hacen, no están dispuestos a sacrificar su verano, sus vacaciones... Nos hemos hecho cómodos todos, se ha formado una generación con unos valores que no eran sólidos, y esa bola seguía creciendo. Todos hemos llegado a la conclusión de que eso no servía, que eso se ha agotado. Con Bolonia, los estudiantes tienen que ser responsables, pero todos nos tenemos que poner a su lado.

-Sus relaciones con la Universidad de Valladolid han sido buenas, ¿el cambio de rectorado marca un punto y aparte o seguido?

-Tengo pendiente una comida con el nuevo rector, pero las conversaciones que he tenido con él son igual, con la misma disposición, que su predecesor, en la búsqueda de lugares comunes. La UVA y la UEMC tienen un punto en común: son universidades de servicio público, pero de diferente gestión. Hay áreas en las que se puede cooperar mejor, lo que tenga que ver con la extensión universitaria, incluso en áreas de investigación, y otras en las que es más difícil. Pero hemos colaborado hasta ahora sin cortapisas y creo que así seguirá siendo.

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