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ARTÍCULOS

Cambalache

ANTONIO PIEDRA

Martes, 25 de mayo 2010, 02:56

Lo inventara Enrique Santos o Carlos Gardel, ¡qué más da!, lo cierto es que el tango 'Cambalache' ha sido uno de los más citados en la canción protesta de mi generación. Señalaba, con gran desparpajo y desvergüenza, lo peorcito que nos tocó vivir en ese siglo de desastres y dictaduras que fue el XX. Y lo hacía con aquella «maldá insolente» que ponía todo el acento en el cambio que pretendíamos a toda costa: «Si uno vive en la impostura / y otro afana en su ambición, / da lo mismo que sea cura, / colchonero, rey de bastos, / caradura o polizón». Lo más crudo de la letra de antaño es su actual vigencia. La manguera sigue escupiendo la misma porquería con idéntica desfachatez: «Siempre ha habido chorros, / maquiavelos y estafaos».

¿A qué sonará eso de «chorros, maquiavelos y estafaos», dicho con ese acento porteño que desgarra las entretelas? Para qué andarse por las ramas. La melopea celestial nos lleva derechitos al tango que el domingo pasado oímos de nuestro 'Maquiavelo' de León por tierras alicantinas, y que ayer lunes pudimos leer a chorro limpio en letra de molde, tanto en la prensa nacional, como en este NORTE DE CASTILLA que es el decano de los periódicos nacionales y literarios. Estremecía escuchar el relato del cambalache económico, según versión original de Rodríguez Zapatero, asegurando que aquí no ha habido «ni cambio ni bandazo» alguno en las propuestas del Gobierno, sino todo lo contrario: una «determinación» por atajar socialmente la crisis.

Y al oírlo con esas bolsas incipientes que dan prestancia a los ojos del gran 'Maquiavelo' protegidos con un velo, la supuesta pandilla de «estafaos» -es decir, millones de pensionistas en desguace, miles de dependientes en la estacada, millones de parados sin tubo de escape, funcionarios de tercera sin manguitos, y una inmensa mayoría de becerros uncidos a la clase media por una subida de impuestos a punto de estallar- puede haber empezado a comprender, por fin, que el tango del 'Cambalache' es realidad. No se trata de una broma del siglo pasado, sino lo más parecido a un corralito argentino a punto de estrenar libreto. Pero no se hagan ilusiones. Para este cuadernillo no existe letra original. Se repite la misma del tango en cuestión: «¡Dale nomás, dale que va, / que allá en el horno te vamo a encontrar! / ¡No pienses más, tírate a un lao, / que a nadie importa si naciste honrao!».

Nos van a cocer a ritmo de tango o a golpe de boletín oficial. El 'Maquiavelo' que negó la crisis hasta el ridículo, hasta la mamarrachada en tipografía gótica a las puertas de Wall Street -«¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!», señala el 'Cambalache'- sigue empeñado en sacarnos de ella cuando España es sólo un inmenso cheque sin fondos. Y como ya da «lo mismo un burro que un gran profesor», según el 'Cambalache', ZP se hace las cuentas de Luis XVIII en vísperas de la revolución francesa: si el dinero público no es de nadie y los destinatarios de esos fondos viven tan ricamente de trabajos honoríficos, ¿dónde reside el problema? Pues en lo que entonces señalaba Talleyrand: «Que eso puede costar muy caro, sire». A buenas horas. El 'Cambalache' nos sale por las orejas: «Vivimos revolcaos en un merengue / y en el mismo lodo todos manoseaos».

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