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EFE

Sanitarios españoles al rescate de los niños de Gaza

Refugio hospitalario. Un colectivo médico intenta que lleguen más pacientes de la zona de guerra y pide a las sociedades científicas que patrocinen su evacuación

Jueves, 31 de julio 2025, 00:03

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Amputaciones, traumatismos, quemaduras, desnutrición severa, trastornos prevenibles que no encuentran remedio, enfermedades crónicas, como cáncer, cuyo tratamiento se paralizó de golpe. Bajo las bombas y el hambre impuesto por el ataque de Israel, los pacientes de Gaza carecen de asistencia médica. Los que logran desplazarse hasta la frontera con Egipto, una minoría dentro de la franja, encuentran cierta atención, siempre con la precariedad de la guerra. Los casos más complejos son discutidos cada quince días por médicos internacionales, que brindan asesoramiento a los locales. Pero atenderlos 'in situ' no es suficiente para salvar las vidas. Hace falta evacuar a los pacientes, sobre todo a los niños. Aun cuando ellos se acerquen a la frontera por sus propios medios, su traslado tropieza con un muro. «Las evacuaciones son muy difíciles, están muy bloqueadas por limitaciones de tipo organizativo», mantiene Victoria Fumadó, coordinadora del Comité de Cooperación Internacional de la Asociación Española de Pediatría (AEP), que participa en estas operaciones desde su hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y califica la situación como «catastrófica». «En particular, los casos oncológicos de menores no se pueden hacer a distancia».

Así que, en medio de una devastación acentuada por el veto de los atacantes a que llegue la ayuda internacional para causar, además, una hambruna mortal, los cooperantes intentan que los hospitales españoles abran sus puertas. Desde julio del año pasado, han llegado sólo 31 pacientes gazatíes a unos pocos hospitales en País Vasco, Asturias, Navarra, Barcelona o Madrid, acompañados de 56 familiares, según las cuentas de Health Workers Palestine Spain (HWPS). «Cuando vimos que en un año de genocidio sólo habíamos recibido 15 pacientes, delante de los 200.000 refugiados ucranianos que recibimos en tres meses sin ningún tipo de problema, nos pareció horroroso», relata Soledad Ascoeta, cardióloga y activista miembro de este colectivo de sanitarios que intenta «aumentar el flujo» de pacientes en unas evacuaciones en las que intervienen cinco ministerios españoles, liderados por Sanidad.

«El llamamiento es para que los hospitales se ofrezcan a acoger a los pacientes pediátricos», explica Fumadó, en cuyo centro atienden a dos y esperan otros tres menores con cáncer para los próximos días. «Si se hacen cargo, quitarían una de las limitaciones, la económica. Las sociedades científicas también pueden coger el relevo y dedicar un presupuesto con sus fundaciones». En Gaza hay 10.000 pacientes a la espera de ser evacuados, de los que la mitad sufre algún tipo de cáncer, y 4.000 son niños, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), suministrados por HWPS.

Una vez que el centro médico, sea público o privado, acepte a un paciente y emita una carta que acredite que se hace cargo del tratamiento y la manutención, se inicia el trámite con el Gobierno central, al que corresponde la gestión burocrática de la salida, el traslado y el permiso de las autoridades locales. «Trabajamos en conjunto, pero no somos una ONG. Somos un colectivo médico y sanitario, unido para hacer presión. ¿Cómo podemos estar dejando morir niños allí?».

La situación es desoladora. Entre abril y mediados de julio, «más de 3.000 niños presentan desnutrición severa», alertó la OMS esta semana. «Los hospitales han informado de un rápido aumento de las muertes relacionadas con el hambre en niños menores de cinco años, con al menos 16 fallecimientos reportados desde el 17 de julio». Cada dos días, tres niños fallecen por esta causa. Si sobreviven, «pueden tener el desarrollo cerebral afectado», explica Fumadó. «Al disminuir la capacidad intelectual que potencialmente podrían tener, se merma la futura productividad de la población».

Incertidumbre y silencio

Hasta la fecha, casi todos los beneficiados de esta iniciativa médica son menores, gracias a la acción de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (SEHOP). El presupuesto por paciente depende de la enfermedad. «Pensamos que cuantas más instituciones y más profesionales se ofrezcan a participar, habrá más acogidas», refiere Fumadó. «La mayoría de nuestros hospitales podrían acoger entre dos y cinco niños, si hay una respuesta importante de solidaridad por parte del personal médico. Además, en las ciudades hay hospitales con recursos que tienen sus fundaciones privadas. Imagínate si todas respondieran».

Lo usual es que después de sus terapias y cirugías, los pacientes regresen a sus países de origen. Sin embargo, la incertidumbre en Gaza hace que el retorno de los menores sea «más complicado», sobre todo con «tratamientos largos», que «muchas veces se transforma en una acogida de toda la familia», reconoce Fumadó.

El colectivo de sanitarios españoles trabaja con los 'dossiers' de algunos pacientes e intenta que las sociedades científicas españolas inicien la demanda de cada individuo para traerlos a España, según explica Ascoeta. Lo ideal, sin embargo, sería que «las evacuaciones fueran continuas y sistemáticas desde el ministerio de Sanidad, que tiene los datos que provee la OMS, y no solo depender de las sociedades científicas».

El colectivo de sanitarios propalestinos exige, además, que estas entidades tengan un «posicionamiento claro contra el genocidio, pero la respuesta ha sido muy escasa», señala Ascoeta. Ninguna sociedad científica se ha sumado, excepto la de Pediatría, que emitió un comunicado la semana pasada. No obstante, los que participan en esta iniciativa han logrado que lleguen, aunque sea a cuentagotas, los niños enfermos de Gaza.

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