El falso nueve del 'brexit'
David Frost, negociador del Reino Unido, un diplomático euroescéptico, será supervisado por el poderoso ministro Michael Gove
David Frost, el exdiplomático al que Boris Johnson encomendó la negociación del Brexit y que tendrá el mismo papel para lograr el tratado sobre la futura relación entre la UE y el Reino Unido, propuso en un breve ensayo de 2015 dos pilares esenciales para tener éxito en una negociación con Bruselas: «Contar con aliados y presentar lo que quieres como algo normal». No está claro que Frost tuviese aliados en los tres meses y medio que pasaron desde su nombramiento como interlocutor de Michel Barnier hasta el relativo éxito del Acuerdo de Retirada, en octubre. Porque quien lo hizo posible, Irlanda, apretó a Londres más de dos años hasta que Johnson aceptó estructuras aduaneras que ningún primer ministro británico podía aceptar, según dijo unas semanas antes.
Es improbable que el Reino Unido cuente con muchos aliados en la negociación que se avecina, porque cada país de la UE querrá al menos preservar sus beneficios comerciales. El enviado británico quizás tenga por eso que reforzar el otro pilar de su estrategia, convencer a los negociadores de la UE de que el tratado breve y rápido que Johnson desea es tan normal que beneficiaría a todas las partes.
Nacido en Derby, estudiante en Nottingham y licenciado en Historia Medieval y Francés en Oxford, su primer trabajo en el servicio diplomático británico le llevó a Bruselas. Fue embajador en Dinamarca y director general de Europa en el Foreign Office. Abandonó el funcionariado para dirigir la asociación de productores de whisky escocés. Y se unió al grupo de estudios Open Europe, euroescéptico.
Boris Johnson lo nombró su asesor cuando fue ministro de Exteriores. El jefe dimitió por desavenencias con May y Frost saltó a la Cámara de Comercio de Londres. Riñó, en un artículo en el 'The Daily Telegraph', a empresas que se oponían públicamente al 'brexit' por opinar sobre cuestiones constitucionales sin ser expertas. Johnson le llamó de nuevo cuando ya era primer ministro.
En el artículo sobre cómo debía David Cameron negociar cambios en la posición británica dentro de la UE, en lo que fue fase previa a la convocatoria del referéndum de 2016, Frost recomendaba que, además de encontrar aliados y simular normalidad, debía confiarse la negociación a una sola persona, idealmente un político fuerte. Johnson ha optado por él, un exdiplomático con reputación de sensato en el entorno del primer ministro y con experiencia leve en negociaciones comerciales. Pero ha encomendado la coordinación general de esta fase del 'brexit' al poderoso ministro Michael Gove. El resultado es que los interlocutores comunitarios de Frost tienen motivos para dudar sobre su relevancia.
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