
Ver 45 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 45 fotos
Es la jornada más emotiva del año para los hijos de Carbonero el Mayor. Esta localidad segoviana estalla en una celebración en la que hierve la pasión por su patrona, la Virgen del Bustar, y entra en ebullición el jolgorio que viste a los devotos con las galas de fiesta grande, siempre guardando el respeto a la tradición. El arraigo del ritual y la pasión de vecinos y visitantes llegados de otros puntos prenden esa mecha de alegría que detona cuando la imagen sale del templo y se abre paso entre los sones de las dulzainas y los tamboriles y las danzas de la multitud que se arremolina en el camino. Es un festejo por todo lo alto, el más elevado de los que marca el calendario, que Carbonero el Mayor vive en varios actos.
Los religiosos hilan las escenas de júbilo en las que participan diferentes generaciones. Y es que la devoción por la Virgen del Bustar no entiende de edades. Desde abuelos hasta padres y sus retoños conmemoran este día de alegre convivencia.
Es la tercera jornada de Pascua de Pentecostés la que alumbra la romería con la que los carbonerenses y vecinos procedentes de otros lugares de la provincia de Segovia rinden honores a la Virgen del Bustar. El calor casi veraniego de este sábado ha acompañado a la multitud, que también ha dejado pequeño el templo que custodia la imagen de la patrona cuando después del mediodía se ha oficiado la misa, en la que han estado presentes los comisarios, mayordomos y priostes de este año.
Los hitos que arman la fiesta han pasado de generación en generación, como los castillos humanos, torres que forman los jóvenes para honrar a la patrona, más bien hacia el final de esta manifestación de fervor y de forma casi improvisada en la larga procesión que dura alrededor de tres horas, con salida de la ermita del Bustar y vuelta al templo.
La historia sobre la que se asienta y crece la tradición cuenta que hay constancia del inicio de las cuentas de los mayordomos en el año 1553. Por su parte, la talla venerada de la ermita, datada en el siglo XI, es de estilo románico esculpida en madera. Permaneció escondida en una gruta durante la invasión árabe.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora
José María Díaz | Palencia y Francisco González
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.