Armuña esconde una ciudad milenaria bajo el suelo
Las últimas excavaciones en el Cerro del Tormejón identifican vestigios de un gran poblado vacceo que supera las ocho hectáreas de superficie
Nadie es capaz de imaginar los tesoros que se esconden en el subsuelo. Sin embargo, los pasos dirigidos a descubrir la historia que albergan los pueblos la provincia brindan la posibilidad de hacerse una idea de las riquezas que hay escondidas, cubiertas de tierra. Las buenas noticias han llegado en esta ocasión a Armuña, donde las últimas excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento del Cerro del Tormejón han permitido profundizar en el conocimiento de una joya oculta que reposa en sus parajes: una ciudad milenaria con un origen previo a la llegada de los romanos. «Es un enclave único», defiende el Ayuntamiento de la localidad que ronda los 240 habitantes.
El epicentro de estudios arqueológicos se encuentra a menos de tres kilómetros del casco urbano y en los últimos años, desde 2019, ha sido escenario de sendos trabajos. Las primeras referencias a este yacimiento se corresponden con el inventario que realizó el pasado siglo el arqueólogo Antonio Molinero. No fue hasta finales de la década de 1970 cuando se comenzó a trabajar sobre las capas más elevadas del cerro. Es por ello que las principales hipótesis certeras en relación a su datación y perimetración han tardado en llegar años, hasta obtener las primeras conclusiones acertadas hace apenas unos meses.
Los vestigios hallados llevan a estimar que el cerro acogió a miles de habitantes hace 2.500 años
Uno de los principales avances del estudio ha tenido lugar este verano. El Consistorio, promotor de las excavaciones, ha anunciado que se ha descubierto una ciudad vaccea de más de ocho hectáreas de superficie, una cifra mucho más elevada que la que se contemplaba en anteriores campañas. En un principio, la extensión se cifraba entre cuatro y seis hectáreas.
Los vestigios hallados, entre los que sobresalen multitud de restos cerámicos anteriores a la Edad del Hierro, llevan a estimar que el cerro acogió a miles de habitantes hace 2.500 años hasta su despoblamiento en tiempos de la conquista romana y su nueva ocupación en épocas visigoda o medieval. Los vacceos, que se clasifican en el grupo de los celtas peninsulares y tienen un origen centroeuropeo, ya han sido protagonistas del pasado de algunos pueblos, como es Cuéllar.
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No obstante, en el caso de Armuña el descubrimiento adquiere suma relevancia, ya que se ha podido delimitar la que «probablemente» sea la muralla más grande y mejor conservada de todo el mundo vacceo. Esto se debe a que cuenta con un centenar de metros de longitud, más de siete de espesor y una altura conservada «intacta»que ronda los dos metros. Es una construcción de piedra, un «rara avis» en la sociedad celtíbera, ya que el material más habitual era el adobe, lo que ha dificultado su pervivencia hasta la actualidad, relata el Ayuntamiento.
Los investigadores celebran que la mayoría de los objetos e infraestructuras halladas en el yacimiento de Armuña se encuentren en «extraordinario»estado de conservación, lo que garantiza la continuidad de los estudios sobre el terreno en el futuro. Los trabajos han estado dirigidos por el arqueólogo Raúl Martín Vela y hasta la fecha han sido ejecutados con recursos propios municipales.
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