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Miguel Ángel López
Lunes, 25 de enero 2016, 06:41
El río Moros baja con poco caudal desde su nacimiento en la ladera del Montón de Trigo. El arroyo de los Ojos y el de Tirobarra, sus principales afluentes, también llevan poco agua. Vertiente abajo, las presas de Vado de las Cabras y la de El Tejo (o de las Tabladillas) tienen un nivel que quienes pasean hasta allí subiendo por la Garganta no había visto tan bajo en invierno. El Tejo abastece a tres de los cuatro núcleos del municipio de El Espinar, el pueblo cabecera, La Estación y San Rafael, pero al Ayuntamiento espinariego le preocupa el suministro futuro. Tampoco baja agua suficiente por los otros arroyos que llegan a la presa, los de Tabladillas, Bercial y del Patarro, para elevar el nivel. Y las pérdidas por grietas y fugas merman la capacidad real de embalse. Urgen los arreglos. La presa de El Tejo, con una capacidad teórica de 1,2 millones de metros cúbicos «en circunstancias normales», está muy baja y atajar las pérdidas es una prioridad para el Ayuntamiento. Descartado el proyecto de recrecimiento de la presa porque el estudio informativo no superó la declaración de impacto ambiental, los técnicos municipales y los de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) estudian las posibles soluciones.
«Hay que tener no ya una visión de futuro, si no de presente y de la realidad, porque la necesidad es inmediata», comenta la alcaldesa de El Espinar, Alicia Palomo. La presa de El Tejo en enero suele estar descargando por el aliviadero, pero este año está a menos de un tercio de su capacidad de embalse, con «alrededor de 400.000 metros cúbicos» según la medición que realizaron ayer los fontaneros municipales, a quienes acompañó la alcaldesa. En las cumbres de la sierra no hay nieve y las lluvias están siendo tan escasas este invierno que si la primavera no viene lluviosa en los tres núcleos que se abastecen con este agua tendrán problemas el próximo verano y «aún más en otoño, a partir de septiembre», señala. Ahora bien, la regidora de El Espinar reconoce que ya el pasado mes de diciembre «la preocupación llegó a ser extrema en algún momento».
Hace meses que el agua no sale por el aliviadero de la presa de El Tejo. La estructura está seca, agrietada como el muro. El proyecto para el recrecimiento que planificó el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero quedó descartado en 2013 porque la declaración de impacto ambiental fue negativa. Y aunque en la pasada campaña electoral los socialistas reclamaron que se retome la idea, la incertidumbre sobre la formación del nuevo Gobierno pospone el debate sobre su necesidad. Lo que urge es solucionar las filtraciones de la presa. La alcaldesa y el equipo de gobierno de El Espinar, como sus antecesores, son conscientes de que es urgente realizar alguna intervención.
Alicia Palomo subraya que «cada proyecto es distinto. El recrecimiento de El Tejo en los términos que se planteó está olvidado y habrá que ver otro tipo de proyecto, con un planteamiento más moderado». Lo primero, solucionar las filtraciones. La alcaldesa y los técnicos acudieron el 13 de enero a la sede de la CHD en Valladolid para plantear «la necesidad de acometer de inmediato la reparación de las fugas y, a medio plazo, un proyecto para aumentar la capacidad de la presa».
Los técnicos de la CHD visitaron ElTejo y vieron la situación actual de las filtraciones, que ya conocían. Volverán a El Espinar el 13 de febrero para valorar las grietas y el coste de las reparaciones. «Al Ayuntamiento no le gusta hablar de recrecimiento, queremos ser prudentes y no precipitarnos, pero hay que dar pasos progresivos», indica Palomo.
Aumentar la capacidad era una de las propuestas de su campaña electoral. Los técnicos municipales estiman que, además de sellar las fugas, y aprovechando el momento de esta intervención, podría instalarse una pantalla para elevar el muro y conseguir así un mayor volumen de almacenamiento. El Ayuntamiento estima que es una solución fácil, y espera la visita de la CHD.
Filtraciones
Las últimas precipitaciones han elevado algo el nivel, pero la situación es todavía preocupante. La altura visible del muro de la presa (que es de gravedad de tierra) es ahora de 12,3 metros, cuando hace algo más de una semana era de 14. Destaca la alcaldesa que «el nivel ha subido dos metros en ocho días, pero si no llueve y con estas temperaturas y el consumo normal, volverá a bajar».
La presa no tiene problemas estructurales, pero la pérdida por filtraciones es de unos 55 litros por segundo, subraya Palomo. «De la capacidad total de 1,2 millones de metros cúbicos en condiciones teóricas hay que deducir lo que se pierde por fugas y lo que no se llega a embalsar por acumulaciones lodos en el fondo, y hay que tener en cuenta que en condiciones ideales sería el mismo volumen para una población tres veces mayor que cuando se construyó», argumenta.
«Las cuentas no salen» porque la concesión de agua del río Moros que tiene El Espinar es de 6.307.200 metros cúbicos al año, pero, precisa, «es una concesión hipotética porque se da de tortas con la capacidad teórica de la presa que tenemos y con la realidad, ya que cuando se llena está aliviando constantemente».
Visibles
Tampoco es una garantía de suministro el pequeño embalse de Vado de las Cabras, aguas arriba, que es de propiedad municipal y cuya capacidad total «es muy pequeña, de unos 200.000 metros cúbicos», apunta Palomo. Por eso, y porque los problemas de El Tejo se han unida a la climatología adversa, la alcaldesa ha reclamado la actuación de la CHD para reparar las fugas. Las grietas y las filtraciones son visibles en la galería interior de servicio de la presa, y en el exterior sobre todo en la parte izquierda del muro.
La realidad que Palomo pide tener presente al organismo de cuenca es que la capacidad de El Tejo se ha quedado muy pequeña para las necesidades de una población tres veces mayor que hace cuarenta años y que se triplica en los meses de verano, los puentes y los fines de semana. El Espinar ya es el municipio con mayor número de habitantes de la provincia de Segovia, 9.486 censados según el último padrón publicado por el Instituto Nacional de Estadística, una decena más que Cuéllar. Y además cuenta con una población flotante de alrededor de 30.000. «A diferencia del resto de la comunidad autónoma, en el municipio la población no decrece, sino que aumenta», recalca.
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