La Pinilla espera poder reabrir este fin de semana tras la avería del telesilla

La avería en el telesilla que obligó a cerrar la estación de esquí de La Pinilla el pasado sábado se produjo en el motor de la instalación y no en el armario eléctrico, como se pensó en un principio. Los gestores de la estación emitieron ayer un comunicado a través de la red social Facebook en el que aseguran que La Pinilla podría reabrir este fin de semana si previament se consigue el arreglo del motor, lo cual podría saberse a lo largo del día de hoy. «Hemos desmontado el motor y lo hemos enviado a una casa especialista en electromecánica. Van a trabajar día y noche, pero hasta mañana [por hoy] que no se revise en bancada si existen otros desperfectos, no pueden darnos una fecha definitiva. Si todo va bien y no hay sorpresas, el viernes podría estar el motor de vuelta, con lo que intentaríamos estar listos para el fin de semana. Mientras tanto, y muy a nuestro pesar, la estación permanecerá cerrada», afirman.

Los gestores sostienen que es «imposible» utilizar el telecabina como alternativa al telesilla: «Su baja capacidad y su poca resistencia ante el viento lo convierten en una opción inviable para su apertura continua al público».

Finalmente, los responsables de la estación de esquí, ubicada en término municipal de Cerezo de Arriba pero dependiente del Ayuntamiento de Riaza, lamentan no disponer de más recursos económicos para evitar situaciones como la que se vive actualmente. «Desde luego que somos conscientes de que sería magnífico poder invertir x millons de euros en la estación. Vivimos de lo que facturamos. Ni tenemos detrás de nosotros una administración potente ni una entidad financiera. Es lo que nos diferencia de otros colegas del Pirineo. Pero nos esforzamos al máximo en que el proyecto tire adelante, con los recursos que tenemos y pidiendo perdón por ls molestias que a veces, como ahora, ocasionamos.

La Pinilla lleva cerrada desde la tarde del pasado sábado. La averíase produjo hacia a las 12:20 horas. Por fortuna, no hubo que lamentar más perjuicios que la propia clausura de las instalaciones para proceder al diagnóstico del problema.