El Perrero celebra la vida por las calles de Nava de Francia
Este tradicional personaje volvió a recorrer las calles del pueblo el último día del año, pero la pandemia impidió que la festividad se desarrollara como en las ediciones anteriores
rosa m. garcía / word
Sábado, 2 de enero 2021, 17:29
Como manda la tradición y pese a la pandemia de la covid-19, El Perrero volvió a ser el protagonista en el último día del año en Nava de Francia. Pero nada tuvo que ver con la festividad de otros años. En esta ocasión, los vecinos no abrieron las puertas de sus casas para que este personaje recorriera la vivienda, despertara a quienes aún dormían o persiguiera a los niños para darles con su látigo; tampoco se degustaron dulces ni se echó un trago ni se pidió el aguinaldo ni hubo convite del Ayuntamiento.
Pero había que celebrar esta tradición de hace siglos cumpliendo, eso sí, todas las medidas sanitarias y de seguridad por la covid. «En vez de ser tan festivo, El Perrero ha dado un mensaje de celebrar la vida, de que seguimos ahí; es un año muy duro, pero tenemos que seguir, no queda otra y esa es la grandeza de las personas, no rendirse, tirar para adelante como sea», opina Francisco Marcelino Mateo Rodríguez, conocido como Marze, que ha sido El Perrero en esta edición tan especial.
Acompañado por su dos alguaciles Juan Manuel Hernando Mateo y Daniel Sánchez López, su hijo, y el tamborilero Faustino Sánchez, de Doñinos, El Perrero recorrió las calles de Nava de Francia en una pequeña comitiva en la que también estaban los cinco miembros del Ayuntamiento; todos con mascarillas y guardando las distancias de seguridad. Marze y sus dos alguaciles llevaban mascarillas con motivos del bordado serrano, como «un pequeño homenaje a la Sierra de Francia a la que pertenece la Nava».
Como cada último día del año, empezaron el recorrido en El Casarito y desde allí se trasladaron al pueblo para recorrer sus calles y llamar a las casas. «Se llamaba a la puerta, salían los vecinos y el Ayuntamiento les daba un detalle navideño, felicitándolos desde lejos», comenta Marze Mateo. «La gente se ha emocionado, quizás más que otros años, porque esperaban que no lo iba a haber», al igual que «los niños pequeños, que al final lo han visto, aunque no haya podido correr detrás de ellos ni levantarlos de la cama». Siempre, señala, «es un bonito detalle que El Perrero recorra las calles del pueblo el día 31 y este año se decidió hacerlo cumpliendo las medidas, si no se hubiera podido, no se hubiera celebrado, porque primero es la salud de las personas».
Tras el recorrido por las calles del municipio, se celebró la eucaristía, en la que participaron muy pocos vecinos, porque «hemos sido muy estrictos y cuidadosos con el cumplimiento las normas».
Para El Perrero de este año, la celebración ha sido «especial por varios motivos». Así, recuerda que ya lo fue hace 30 años y en esta ocasión volvió a utilizar la misma vestimenta de entonces. Hace cinco años, explica, se hizo un traje nuevo al Perrero, «pero al irlo a buscar y ver que estaban los dos, me emocioné al ver el viejo, el que usé hace 30 años y es el que he utilizado ahora». Pero también ha sido especial porque «uno de los mayordomos es mi hijo; lo ves de otra manera el tenerlo a tu lado y sientes especial el día».
Otro de los motivos por los que, apunta, ha sido especial es «por las «circunstancias». Otros años, comenta, a las personas mayores les encantaba que El Perrero les visitara, «porque es un personaje que conocen desde que eran niños y recibirlo en sus casa les seguía emocionado», pero este año «por desgracia, ha fallecido mucha gente, independientemente de la covid, daba pena y la gente sentía que no se pudiera entrar». El Ayuntamiento decidió celebrarlo de esta manera, sin entrar en las casas y sin convite posterior, y a «la inmensa mayoría de la gente le ha gustado la idea de que, a pesar de todo, se haya celebrado», porque «es duro, pero la vida sigue» y «se han alegrado» de que se celebrara.