La memoria alba y violeta mantiene vivo a Arellano

En Chile, «albo» es el Colo-Colo; en España, «albivioleta» es el Real Valladolid. Dos palabras hermanas que comparten raíz —albo, blanco— y que, como sus camisetas, hablan de identidad, de origen y de memoria.

Son conexiones más sutiles, casi secretas, que ayer también se manifestaron sobre el césped del estadio que lleva el nombre de David Arellano, fallecido en la capital castellana hace casi un siglo y principal vínculo entre colocolinos y pucelanos. Como si el destino quisiera reforzar ese lazo, siete jugadores nacidos en Valladolid defendieron la camiseta blanquivioleta frente al equipo chileno, con seis de ellos coincidiendo a la vez sobre el césped. Siete canteranos vallisoletanos en un mismo partido, en un partido internacional, y con victoria. No es habitual. Quizá sea incluso histórico. Una imagen que parece tejida para el recuerdo, como si la historia hubiera querido añadir un nuevo hilo al vínculo que ya unía a ambos clubes.

Todo suma para que el Real Valladolid siga dejando huella en Chile. El equipo español conquistó el estadio Monumental con una victoria por 0-1 gracias a un tanto de Juanmi Latasa, resultado que le permitió adjudicarse el trofeo al imponerse en los dos partidos disputados entre ambos equipos durante esta gira.

Un día después de esa conquista, la pretemporada llega a su fin en el campo de entrenamiento «Plantel de Honor de Colo Colo» con un partido de 60 minutos. La intensidad fue de encuentro oficial, juego continuo, sin pausas, para completar cargas, afinar conceptos tácticos y seguir asimilando las ideas de Guillermo Almada. Participaron los jugadores que no fueron titulares —con la excepción de Amath, que disputó 45 minutos para equilibrar cargas— y cuatro futbolistas del equipo Promesas de Colo-Colo. Con este partido, el Real Valladolid puso punto final a sus sesiones de trabajo en las instalaciones del Monumental, cerrando su etapa de preparación en Santiago con el mismo espíritu competitivo que lo llevó a conquistar el trofeo ante Colo-Colo.

Tras el trabajo en el césped, el club vallisoletano acudió junto a representantes del equipo local al Cementerio General de Santiago para realizar una ofrenda floral en memoria de David Arellano. En el acto estuvieron presentes tres de los jugadores nacidos en Valladolid que fueron titulares en el encuentro del sábado: David Torres, Koke y Garriel. Un gesto cargado de simbolismo que une las raíces pucelanas con el legado de una figura esencial para el fútbol chileno.

Con estos gestos y resultados, el Real Valladolid continúa sumando experiencias en una gira que mezcla fútbol, memoria y compromiso, construyendo desde la pretemporada los cimientos de un proyecto que busca regresar cuanto antes a la élite.

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