Martin Devlin, 880 kilómetros por carretera para ver a su Pucela goleado
El escocés blanquivioleta viajó hasta Bristol con su hijo para disfrutar de su equipo. «Cada kilómetro vale la pena para ver a mi Pucela y compartir estos momentos con mi hijo», asegura
No hay rincón en el mundo que no asome un corazón blanquivioleta, y el caso de Bristol, como el de Chile hace una semana, no ha sido una excepción este sábado. Cuando parece poco probable que el Real Valladolid reciba aliento desde la grada, allí aparece una camiseta, una bandera, un escudo que recuerda que este club esconde algo especial. En tierras británicas, aunque pendió de un hilo su presencia por lo pesado del viaje y la premura del tiempo, contó con un aficionado de excepción.
Un escocés sobradamente conocido en Zorrilla que completó un largo viaje desde su localidad para llegar a tiempo y acompañar al Pucela. Su Pucela. Porque a pesar de las decepciones y los malos tragos de los que venimos, Martin Devlin no se lo pensó dos veces cuando se enteró que su equipo iba a disputar un amistoso en campo del Bristol City. Tampoco la goleada le restó la ilusión.
«Cuando escribo esto, ya estamos de vuelta a casa. Hemos parado a cenar en carretera y nos esperan 880 kilómetros de coche después de un día largo», traslada a este diario. Vaya si se hizo largo el día para Martin. «Un trayecto difícil en coche después de 8 horas de trabajo con más de 880 kms por delante,... pero cada kilómetro vale la pena para ver a mi Pucela y compartir estos momentos con mi hijo», reconoce.
El escocés blanquivioleta deja también por escrito su visión del partido, cuarto de los amistosos del Real Valladolid en pretemporada. «Llegamos al estadio Ashton Gate para conocer a algunos representantes del Real Valladolid, y hay que reconocer que el estadio es muy bonito. Cuando empezó el partido, el Pucela estuvo muy lento, y encajamos dos goles en seis minutos. La condición física del Bristol City fue superior porque han jugado más partidos», asegura. «Luego Marcos André falló un penalti con el 0-2 que nos pudo acercar, y la segunda parte resultó muy parecida con otros dos goles encajados», añade, contento con el recibimiento de los aficionados locales. «La gente de Bristol ha sido muy amable y acogedora, así que hemos podido disfrutar de nuestro día, ¡aunque no del resultado! Nos ponemos en camino, ¡Aúpa Pucela!», espeta Devlin sobre su viaje, un día largo en el que pudo ver a su Pucela.
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