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José Miguel Ortega
Valladolid
Domingo, 20 de septiembre 2020, 07:47
Hay campos que, sin saber muy bien por qué, se les atragantan a algunos equipos. Uno de los estadios gafes para el Real Valladolid había sido hasta entonces el del Betis, tanto cuando se llamaba 'Heliópolis', como después, cuando fue rebautizado con el nombre de uno de sus más grandes presidentes, Benito Villamarín.
Nada menos que en 23 ocasiones había jugado el conjunto blanquivioleta en terreno bético, en diferentes competiciones –Campeonato Mancomunado, 2ª división, 1ª división, Copa de España y Copa de la Liga- sin que le sonriera el triunfo. 16 derrotas y 7 empates era el paupérrimo balance del Valladolid en sus visitas al Real Betis, el primer equipo de España que utilizó el término balompié en su nombre, en lugar de foot-ball ó fútbol, como hacía la inmensa mayoría.
Los primeros encuentros entre verdiblancos y blanquivioletas a orillas del Guadalquivir, datan de hace casi noventa años, en los Campeonatos Mancomunados de 1932 y 1933, saliendo en ambas ocasión es trasquilados los vallisoletanos: 5-2 y 3-0, respectivamente.
En la Copa del Rey, solo se habían cruzado en una ocasión, ganando el Betis en su campo, como también ocurrió en la Copa de la Liga. En segunda división, las ocho ocasiones que midieron sus fuerzas en la capital sevillana se saldaron con 6 triunfos béticos y 2 empates, mientras que cuando lo hicieron en primera, el Betis ganó 6 partidos y empató 5, de modo que en la visita número 24 de los vallisoletanos, el 9 de octubre de 1988, el gafe de este campo seguía planeando sobre el equipo blanquivioleta, aunque la mayoría de sus jugadores no estuvieran al corriente de esta estadística.
Era la sexta jornada de la Liga de primera división, en la temporada 1988-89, con Vicente Cantatore en el banquillo del Real Valladolid y Eusebio Ríos, un viejo conocido de la afición blanquivioleta, en el del Real Betis, por lo que se presumía un duelo táctico entre dos buenos estrategas, con ligera ventaja para el equipo visitante, que llegaba a esta partido con tres victorias en los partidos de casa y dos derrotas en los desplazamientos, ambas por la mínima. El Betis, en cambio, solo había ganado uno de los cinco encuentros disputados y ocupaba plaza de descenso, palpándose la tensión en las gradas del Benito Villamarín.
Consciente de lo que le iba en el envite, el equipo sevillano apretó desde el principio, buscó el área rival, pero Ravnic apenas pasó apuros. El Betis gastaba la pólvora en salvas, mientras que el Valladolid, cuando salía de su parcela lo hacía con velocidad y ponía en verdaderos aprietos a la portería local, con dos buenas oportunidades para Moya y Jankovic.
A medida que pasaba el tiempo, prendía el nerviosismo en las filas verdiblancas, no solo porque no llegaba el gol que necesitaban, sino porque los de Cantatore iban haciendo más patente el dominio y las opciones de inclinar de su lado la balanza. La velocidad de Moya y Peña constituía un permanente quebradero de cabeza para la zaga local, y solo las afortunadas intervenciones del argentino Pumpido lograban mantener en pie las esperanzas andaluzas.
Y así, hasta que llegó el minuto 83 y se produjo la jugada decisiva con los tres grandes protagonistas del partido. Internada de Moya, que disparó fuerte y raso para que Pumpido despejara en corto hacia la zona que ocupaba Peña, que no tuvo más que empujar la pelota para marcar el gol de la victoria. Un gol que acababa con el gafe de 56 años sin ganar en ese escenario, y que desataba las iras de los aficionados contra Eusebio Ríos quien, por cierto, fue reemplazado por Buenaventura y éste a su vez por Cayetano Ré, lo que no impidió que el Betis tuviera que jugar la promoción de permanencia… y la perdiera contra el Mallorca.
Los protagonistas de aquel partido que arbitró Albert Jiménez, fueron por el Real Betis: Pumpido; Job, Julio, Miguel Ángel, Recha; Calleja, José Luis (46' Chaparro), Calderé; Valentín, Rodríguez (57' López Ufarte) y Zafra. Real Valladolid: Ravnic; Albesa, Moreno, Gonzalo, Lemos; Moya, Fonseca (88' Fano), Albis, Minguela; Peña y Jankovic (62' López)
Aunque en la alineación bética solo figuraba uno, Calderé, en la plantilla del conjunto verdiblanco en aquella temporada había nada menos que ¡ocho! exblanquivioletas: Manolo Hierro, Javier Sánchez Valles, Luis Miguel Gail, Rubén Bilbao, Ito, Poli Rincón y Patricio Yáñez, además del ya mencionado Ramón Calderé. Por lesiones y razones tácticas, Ríos no contó con la mayoría de los jugadores con pasado vallisoletano… y así le fue.
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