La ruta de la caza del lobo en Lubián
Itinerario senderista para visitar el Cortello dos Lobos, trampa centenaria que servía para atrapar al depredador en la Alta Sanabria
Rodeado de piedras, muchas de ellas centenarias -los lugareños dicen que incluso milenarias-, el Cortello dos Lobos es una estructura elaborada por la mano del hombre que plasma una disputa legendaria entre el ser humano y el lobo.
Esta edificación, situada a poco más de un kilómetro de Lubián, en la Alta Sanabria (Zamora), se elevó para capturar al depredador en esta eterna guerra entre ganadores y predadores que sigue muy presente en nuestros días.
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El Cortello es un cercado adosado a la ladera de una montaña, de muros altos, con lajas de piedra que vuelan hacia el interior, accesible desde la parte alta de la ladera hacia su interior, pero no al revés, para que el lobo no pudiese escapar una vez dentro.
Los ganaderos colocaban un cebo, siempre vivo, que se amarraba en el montículo central, lugar en el que era más visible. Cuando el lobo oteaba el valle en lo alto de la ladera, lo primero que veía era el corderillo dentro del cortello y gracias al efecto óptico que producía el diseño de la trampa, se abalanzaba sin pensárselo a la captura de la presa.
El depredador era apresado por los lugareños, que no lo mataban. De hecho, asesinarle estaba sancionado, según cuentan los propios vecinos del municipio sanabrés. Posteriormente, se paseaban al animal por las calles del pueblo, en demostración de haber engañado al lobo, y luego se le encerraba en un corral para que muriese de hambre.
Una ruta muy accesible
Para visitar el Cortello, que en la actualidad está reformado y es utilizado por el Ayuntamiento de Lubián como lugar para actividades lúdicas, gastronómicas y culturales, basta con andar un kilómetro, eso sí, en sentido ascendente, y con una fuerte pendiente en algunos tramos.
Desde la localidad zamorana, sale una senda señalizada, próxima al Ayuntamiento y al centro de salud, en dirección norte que llega hasta al Cortello dos Lobos.
Una vez visitado el lugar e imaginarse las capturas y los enfrentamientos entre aquellos ganaderos y lobos en la Edad Media, los senderistas pueden optar por volver por el mismo camino, o escoger una pista lateral que les devolverá con un rodeo a Lubián.
Si se quiere aprovechar para extender la ruta, se puede emprender un descenso por un sendero lateral que nos llevará hasta la ribera del río Tuela, y que nos permitirá llegar a un viejo camino tradicional. De ahí, se puede optar por regresar a Lubián por una pista que nos lleva a la Calle de la Fuente Urz, y que nos permitirá terminar la ruta con poco más de 4 kilómetros en nuestras piernas.
Si el senderista se queda con ganas de más, merece la pena acercarse a recorrer la ribera del Tuela, en el santuario de la Ermita Santuario de la Tuiza, visitar la localidad de Chanos, el camino de las As Hedradas o acercarse a la iglesia de San Mamés, que por la noche, con iluminación, es más vistosa todavía.
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