Las residencias de Palencia recuperan las visitas, aún con cita previa para evitar aglomeraciones

«Las visitas van programadas todavía, pero pueden salir al exterior o donde ellos quieran sacarles y no hay límite de horario. Pueden estar varias horas al día», afirma Fina Santos, directora de Centros Residenciales Palencia, con cinco residencias en la capital y la provincia. El hecho de programar las visitas tiene un objetivo fundamental, poder tener un orden para impedir que no se junten en la puerta al salir. «Normalmente salen a los jardines de alrededor. Tenemos el protocolo de que el familiar firme cuando llega y también cuando se marcha, así se queda registrada la visita. Esto lo hacemos desde el principio», añade.

Ahora pueden acudir familiares varias veces al día, pero antes estaba limitado a una hora y no se podía acudir diariamente. «Se pueden hacer dentro y fuera las visitas, pero donde no dejamos entrar es en las habitaciones. Sí que están en las zonas comunes, que hemos habilitado para ello», argumenta Fina. «Creo que los residentes también agradecen que las visitas vayan a las zonas habilitadas solo, que no estén por todo el centro porque invadían su espacio. Además, aún tienen miedo de que se puedan volver a reinfectar», continúa. Las personas mayores de las residencias, donde la covid más ha atacado, fueron los primeros en ser vacunados y en inmunizarse para estar protegidos.

Al igual que los usuarios de las residencias están deseando que les vayan a ver, charlar con un ser querido y pasear en estos días tan veraniegos, los familiares también, después de tanto tiempo alejados. «Los residentes están encantados, creo que hay más visitas que nunca, que las familias están más entregadas», añade.

Por su parte, el director de la residencia Doña Juana en la capital, Fernando Santander, reconoce que «los residentes demandaban las visitas y lo hemos hecho lo mejor que hemos podido, dentro del enorme miedo que se tenía y lo que ellos necesitaban ver a sus familiares y a la inversa. Hemos intentado hacerlo con un equilibrio».

Ahora, con las aguas de la covid mucho menos revueltas, las visitas y los paseos vuelven a ser el pan nuestro de cada día. «Nosotros las tenemos programadas dentro para que no se amontonen aquí, pero luego las salidas, como hace tan bueno y en el jardín de la residencia, eso es libre, cada uno cuando quiere», explica. «Los familiares ahora no suelen entrar a la residencia, solo si hace malo. Hemos habilitado un sitio especial solo para las visitas, para dos o tres familiares», argumenta.

Esa es una nueva rutina derivada del coronavirus, el respeto a entrar en las instalaciones de las residencias y hacerlo exclusivamente en algunas zonas habilitadas expresamente para ello. «Antes de la pandemia era libre que salieran y también era libre que entrasen los familiares en la residencia», reconoce Santander.

Vuelven las visitas, los paseos y las conversaciones de tú a tú, sin pantallas de por medio. «Parece que ya vamos con paso más firme a la normalidad, pero siempre teniendo mucho cuidado», concluye Santander porque la pandemia aún no ha terminado y las medidas de seguridad siguen siendo necesarias.