«Tienes que centrarte en ti misma para salir adelante»
Encarna Escudero, que padeció cáncer de mama, viajó dos meses a Burgos en ambulancia para recibir radioterapia y ahora es voluntaria para ayudar a otras pacientes
En silla de ruedas y con su chaleco verde, una bufanda rosa y el lazo rosa del cáncer de mama a modo de pendiente, repartía con una sonrisa pósit rosa fucsia con forma de corazón para que la gente escribiese mensajes de ánimo para las personas, sobre todo mujeres, que padecen cáncer de mama. Y ella, Encarna Escudero, era una de ellas. «Yo les diría que se lo tomen lo mejor posible porque se sale. Ese es el mensaje, que generalmente se sale. Es verdad que no todos los cánceres de pecho son iguales porque tienen diferentes apellidos, pero el optimismo también te hace seguir adelante, ¿sabes? Y si te tienes que apoyar en la familia, te apoyas, que también es muy importante contar con la familia y con los amigos», reconoce, con palabras de agradecimiento para la Asociación del Cáncer de Palencia. «La asociación siempre ha estado ahí con psicólogos y con todo lo que necesitaba. Así que si alguien también necesita ayuda, tiene todos los servicios que son gratuitos. Y también tenemos voluntarios en Oncología y en planta, que van a ver si pueden echar una mano o acompañar», afirma Encarna Escudero, siendo ella misma voluntaria de la entidad palentina.
Su tumor fue descubierto a través de un cribado. «Ahí ya me dijeron que acudiese a revisión seis meses después y fue cuando empezó Cristo a padecer. Ya ocurrió todo muy deprisa porque se multiplicaron las pruebas, otra mamografía, mucho rollo», rememora. «Al principio me explicaron que posiblemente no tuviese que recibir quimioterapia, pero yo creo que me lo dijeron para que no fuese todo a la vez. Finalmente sí que me dieron quimioterapia y radioterapia, que me tocó ir casi dos meses a Burgos en ambulancia», afirma. «Menos mal que estamos a punto de conseguir que no sea así», continúa, en relación a la unidad satélite de radioterapia que se está construyendo actualmente en Palencia.
Recuerda el duro momento que vivió cuando se lo dijeron, cuando supo después de pruebas e informes que padecía cáncer de mama. «Cuando te dan la noticia, yo creo que tienes un periodo de pataleta porque tiene que ser así. Pero una vez que ya lo asimilas, que te das cuenta que no se puede cambiar, tienes que cerrar los ojos y decir:' Vale, me ha pasado esto, pues ahora voy a por ello'. Después de los días de pataleta, tienes que coger al toro por los cuernos y decir: 'Mira, ahora solo me voy a centrar en mí, en salir adelante'».
Después de todo esto, estuvo durante cinco años tomando una pastilla, una quimioterapia oral. «Pero bueno, eso ya está terminado. Ya hemos pasado los diez años y oye, vamos a tocar madera», bromea.
Reconoce que ella es fuerte, que tiene una buena coraza porque, según narra, la vida le ha tratado de forma dura. «Es verdad que yo soy fuerte, vamos, que me ha tocado mucho, por eso estoy con la coraza más fuerte porque la vida me ha tratado como me ha tratado. Pero aquí estamos sobreviviendo y ayudando en lo que pueda ahora», reconoce con una sonrisa, mientras pasa el rotulador verde a otra voluntaria para que sigan pegándose los mensajes de ánimo para las enfermas en el Día Mundial del Cáncer de Mama.
Se refiere a la dureza de la vida porque padece polio y la afronta en silla de ruedas, después de llevar «un aparato, comenzar con una muleta, luego con dos y ahora ya voy en ruedas», concluye, sobre la silla, pero sin dejar de sonreir, de hablar con viandantes y voluntarios y de ayudar en ningún momento de la jornada.
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