Borrar
Pozo Merino, uno de los lugares de baño que ofrece de forma especial Brañosera. N. E.
Brañosera: Vida en la pura naturaleza

Brañosera: Vida en la pura naturaleza

Tiempo de verano ·

Un municipio privilegiado por la variedad de sus espacios naturales y las opciones de aventura y disfrute que ofrece tanto a los amantes del arte como a los deportistas

nuRIA eSTALAYO

Sábado, 8 de agosto 2020, 08:50

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Brañosera es respirar libertad. Ya de camino hacia la cabecera del municipio subiendo desde Barruelo, te acompaña el cobijo de sus bosques y se inhala el aire puro de la montaña. Al llegar, te reciben sus cuidadas casonas y la calidez de sus gentes. Quienes se acercan buscan sobre todo naturaleza, pero también una gran atracción para los amantes del yantar ya que es famosa por los ricos y abundantes menús de sus variados restaurantes.

Para que vecinos y foráneos disfruten del verano, la Concejalía de Cultura, apoyada por otras ofertas diseñadas por la Diputación Provincial de Palencia, ha preparado un programa de actividades para que, sobre todo los más pequeños y jóvenes, tengan alternativas para combinar el ocio y la diversión.

Está prevista una sesión de baile moderno para los más pequeños a las 19:30 horas del día 11 de agosto y el día 9 habrá un concierto de arpa y violoncelo para todos los públicos

En el cartel estival se ha incluido una escuela infantil de cocina en la Casa de Concejo de Brañosera que ha contado con la participación limitada a trece niños entre los 3 y 12 años. Las clases de gastronomía que han supuesto a cada participante una aportación de 30 euros, han estado impartidas por el cocinero Andrés Ortega.

También se ha organizado un curso de patinaje con una decena de menores entre los 6 y 12 años que han aprendido a recorrer las calles y hacer piruetas. Para agosto, también para los niños de estas mismas edades, está previsto un baile moderno el día 11 a las 19.00 horas. El día 9 y para todo el público, habrá un concierto de arpa y violoncelo.

«Lo que nos piden»

Estaba prevista una escuela infantil de verano, pero no ha habido suficientes inscripciones porque «a los niños les apetece más estar por la calle y hacer otras cosas, y nosotros vamos haciendo lo que nos van pidiendo ellos», comenta Soraya Santiago Cuevas, la edil de Cultura, quien resalta que el programa se diseña en base a la demanda y los intereses de los chavales.

Lo que no habrá este verano es la cronoescalada al torreón vertical que iba a cumplir su XVI edición. Una carrera con inicio en Brañosera, a 1.200 metros de altitud, para ir acercándose hasta los pastos de Golobar, atravesando un bosque y una vez finalizado se inicia una fuerte subida por la ladera del Alto de Canaleja y desde allí hasta llegar la meta, El Torreón en el pico de Valdecebollas, a 2.139 metros de altitud.

En el mes de julio ha habido cursos de patinaje para los niños. Abajo, inicio de la Senda de la Pedrosa, una de las que recorren el municipio. A la derecha, curso de cocina desarrollado en julio en Brañosera. N. E.
Imagen principal - En el mes de julio ha habido cursos de patinaje para los niños. Abajo, inicio de la Senda de la Pedrosa, una de las que recorren el municipio. A la derecha, curso de cocina desarrollado en julio en Brañosera.
Imagen secundaria 1 - En el mes de julio ha habido cursos de patinaje para los niños. Abajo, inicio de la Senda de la Pedrosa, una de las que recorren el municipio. A la derecha, curso de cocina desarrollado en julio en Brañosera.
Imagen secundaria 2 - En el mes de julio ha habido cursos de patinaje para los niños. Abajo, inicio de la Senda de la Pedrosa, una de las que recorren el municipio. A la derecha, curso de cocina desarrollado en julio en Brañosera.

No obstante, ahí siguen sus caminos, sendas y laderas para que los andariegos paseen a sus anchas por estas tierras llenas de belleza singular, gracias a la riqueza de su patrimonio histórico, arquitectónico y natural. Uno de los recorridos llenos de historia es la ruta de los foramontanos, la que hicieron los primeros pobladores de estas tierras. La corriente de colonos para llegar hasta aquí comenzó a atravesar el Collado de Somahoz (Sierra de Híjar) desde Cantabria. Pero otros muchos y atractivos senderos, de diferente dificultad, se localizan en el municipio, como la Senda de La Pedrosa, accesible para todas las edades. En las caminatas por este entorno, el paseante se puede tropezar con La Aceña y el Merino, dos pozos de agua para refrescarse del calor situados en esplendorosos entornos. Y uno podrá acercarse a sus chozos (antiguamente usados por los pastores como refugios) dispersados por el territorio, y descubrir restos de la calzada romana, donde se ubica el sorprendente puente de Rojadillo.

También a caballo

Si uno no desea caminar, puede recorrer la zona a caballo. Se ofrecen paseos de iniciación. Suelen ser de una duración de entre una hora y hora y media, y, si el nivel del grupo lo permite, hay posibilidad de trotar y hasta galopar.

Por las mañanas se ofrecen visitas guiadas al municipio más antiguo de España. Allí, los visitantes conocerán que Brañosera, municipio desde el año 824. A este ayuntamiento de 271 habitantes (INE 2019) situado en la Montaña Palentina, en plena cordillera Cantábrica, también pertenecen las localidades de Salcedillo, Valberzoso, Orbó y Vallejo de Orbó.

El municipio cuenta con senderos de diferente dificultad como La Pedrosa o la ruta de los foramontanos

No hay que dejar de visitar su arquitectura románica de notable presencia en la zona, además de la iglesia de Santa Eulalia, en Brañosera, es recomendable visitar las de en Salcedillo y Valberzoso, cuyas iglesias románicas son un fiel exponente de la riqueza arquitectónica existente en el norte palentino. La iglesia de Santa María la Real de Valberzoso asombra por su portada románica (protegida por un atrio del siglo XVII), y por las pinturas murales de su interior que se cree fueron elaboradas por el destacado maestro de San Felices.

Es notable, además, dentro de Santa María la Real, la talla del siglo XIII en madera policromada con la imagen de Santa María y el Niño que es la más antigua de la comarca. Y la iglesia de San Martín Obispo de Salcedillo, del siglo XII, que fue volada durante la revolución minera de 1934 y posteriormente reconstruido en los años cuarenta con los fragmentos recuperados. Tampoco hay que dejar de visitar Vallejo de Orbó y los peculiares vestigios que allí se encuentran del pasado minero de la comarca.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios