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Detalles de la Catedral de León. Ical
Municipalismo 360

León, un corazón joven de más de 2000 años

El Ayuntamiento de la ciudad promueve acciones que den respuesta a las necesidades y proyectos de los ciudadanos

E. N.

Viernes, 12 de septiembre 2025, 20:41

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La ciudad de León comienza a escribir su historia en los tiempos en que los romanos dominaban Hispania. Pero a pesar de tener más de 2000 años, el corazón de León late joven.

La Catedral, San Marcos o San Isidoro, son los referentes más universales que se integran en una moderna ciudad llena de plazas ajardinadas, parques, fuentes y amplias avenidas. Y es que, el Ayuntamiento de León entiende el municipalismo como una acción que da respuesta a las necesidades y proyectos de los ciudadanos y por eso trabaja, cada día, en una ciudad más accesible, cópmoda, segura, sostenible y también saludable.

Un municpalismo práctico que permita vivir mejor, una ciudad que aprovecha sus recursos, y son muchos, para dar calidad de vida a quienes viven o pasan por ella.

La ciudad de León se reinventa una y otra vez, siempre orgullosa de su identidad. Una ciudad infinita en la que conectar y desconectar, en la que vivir par sentir, una ciudad joven de alma milenaria.

Fachada del Ayuntamiento de León.

José Antonio Diez, alcalde de León: El bienestar como compromiso

José Antonio Diez.

Hace seis años asumimos el reto de gestionar la ciudad de León desde un proyecto cuyo compromiso es el bienestar. Porque no cabe reto más importante y gratificante para un alcalde que hacer la vida más fácil a las vecinas y los vecinos para quienes trabaja cada día. Palabras que resumen la compleja tarea de ofrecer todos los servicios que la ciudadanía necesita en el presente y abordar la difícil misión de prepararse para el futuro. Y a eso nos aplicamos desde el primer momento, entendiendo el municipalismo desde un punto de vista pragmático, resolutivo y general; marcado siempre por el interés general, por el ahora y el futuro.

Y en eso estamos implicados desde entonces, abordando el día a día, pero sin olvidar que uno de nuestros principales objetivos: conseguir que la población se mantenga, que la pirámide demográfica continúe estable en su base y que la juventud pueda elegir quedarse en su ciudad como la primera opción para hacer su carrera profesional y su proyecto vital es ya una realidad con frutos positivos que se traducen en un cambio de tendencia en la sangría demográfica a la que nos enfrentábamos. Tras años de pérdida de población, llevamos meses de subida y nuestro padrón ronda ya los 130.000 residentes.

Creo que estamos en el buen camino porque no cabe duda de que hemos conseguido hacer una ciudad más cómoda, sostenible, sana, segura y accesible; una ciudad con una altísima calidad de vida que permite acceder a los servicios en quince minutos, el modelo por el que abogan los expertos. Un modelo concebido originalmente por Carlos Moreno, experto en urbanismo y profesor de la Universidad Pantheon-Sorbonne de París, y asumido ya en la capital francesa –pionera en tanto– como reto. La ciudad de quince minutos es una ciudad en la que la cercanía de los servicios facilita la vida y sirve a los ciudadanos; un área en la que, en lugar de barrios o distritos diferenciados para vivir, socializar y trabajar, coexistan las tres funciones.

El tamaño y la estructura de nuestra ciudad nos permiten afrontar el desafío sin grandes modificaciones. Y para avanzar en él nuestra iniciativa ha comenzado por la sostenibilidad y la movilidad: reducción del límite de velocidad en toda la ciudad a 30 kilómetros por hora, ampliación de las áreas peatonales o de prioridad peatonal, establecimiento de carriles prioritarios para bicicletas, mejora de los sistemas de préstamo y custodia de bicicletas, reducción de los vehículos contaminantes… Además, por supuesto, de un incremento de las zonas verdes, mejora de parques para niños y personas mayores o reducción de barreras arquitectónicas.

Junto a ello, avanzamos en la ampliación de dotación para los barrios, mediante acciones directas como la ampliación de espacios culturales y áreas para la actividad física y el deporte, o indirectas, como la cesión de parcelas a la administración con competencias en educación o sanidad para la puesta en marcha de centros educativos o sanitarios, o de viviendas asequibles para jóvenes que comiencen en ellas su proyecto vital.

Por último, los ejes de la sostenibilidad se cimentan en la reducción de la contaminación acústica y atmosférica, y, por supuesto, en la reducción del consumo y la factura energética. En esta línea hemos emprendido la implementación de zonas especiales de actuación considerando la ciudad como un todo y haciendo llegar las medidas de reducción de la emisiones a los barrios sin medidas traumáticas para los residentes en el centro, puesto en marcha un proyecto de generación energética in situ –que elimine la dependencia de fuentes externas– para suministrar calor a más de 30.000 hogares con una reducción de hasta el 70% de la factura y emprendido la mejora de la eficiencia energética de una decena de edificios municipales gracias a las ayudas derivadas de Europa dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Las medidas para el bienestar serían insuficientes si junto a ellas no se abordara la mejora de la calidad de vida de las familias que pasa, inexorablemente, por el empleo y la mejora del poder adquisitivo. Sin competencias directas en empleo, el Ayuntamiento de León ha trabajado por la generación económica mediante proyectos para facilitar el próximo asentamiento de empresas –la dotación de suelo industrial se presenta imprescindible–, mejora de los sectores generadores de empleo, ayudas al comercio, promoción turística, un modelo de comercio y minorista y mercado interconectado más accesible, sostenible y económico, oportunidad de venta on line para el comercio local… y, por supuesto, el respaldo y la colaboración con la Universidad de León y las empresas de los sectores más fuertes –biosanitario, farmacéutico y/o tecnológico– y la apuesta por la apertura de nuevos mercados para los productos leoneses.

El reto no deja de ser complejo, pero hemos demostrado que es accesible, posible y realizable. Vemos los frutos desde hace tiempo. Solo requiere el trabajo constante y el apoyo decidido del resto de las administraciones que, hasta ahora, no han abordado la discriminación positiva que requieren ciudades como León penadas por la falta de inversiones autonómicas y estatales, la escasa reconversión de los sectores esenciales en el empleo en la provincia y llevados al cierre por las políticas externas –agrario o minero–, y el nulo apoyo a nuestras fortalezas derivadas, por ejemplo, de una ubicación perfecta para ser centro logístico del noroeste. El cuarto eje, pues, de la calidad de vida ha de llegar del logro del control de las decisiones y del futuro.

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