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Altar de los sacrificios del Castro de Ulaca, en Villaviciosa-Solosancho. Fotografías cedidas por la Diputación de Ávila
Municipalismo 360

Ávila: cinco sentidos que rompen esquemas

Un nuevo porvenir. Ávila es una provincia mágica, atractiva, abierta y enigmática, tan afamada en algunos aspectos y tan asombrosa en otros que da lugar a contrastes sorprendentes que la harán caminar hacia el futuro

Rebeca Adalia

Jueves, 31 de julio 2025, 19:13

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Ávila reúne en sus poco más de 8.000 kilómetros cuadrados prácticamente todos los climas y los accidentes geográficos que pueden imaginarse en la Europa continental. Esta provincia diversa, tejida por una historia, con un patrimonio, unas tradiciones, una gastronomía y una naturaleza que, cada uno por sí solo, sería argumento suficiente para dedicarle unos días de descanso y ocio, mira al futuro con una mezcla de esperanza, confianza y responsabilidad.

Los 248 municipios, incluida su capital, que conforman esta vieja y alta tierra, mágica, atractiva, enigmática y abierta, tan afamada en algunos aspectos y tan asombrosa en otros que da lugar a contrastes sorprendentes, se abren al futuro aferrados a sus valores, a sus fortalezas… de los que, necesariamente, tiene que nacer su proyección y porvenir.

Ávila es conocida en toda España por su buena mesa: la ternera de raza Avileña Negra-Ibérica, los vinos de la DOP Cebreros, las judías de El Barco de Ávila, los Higos de Gredos o las yemas de Santa Teresa son productos de renombre mucho más allá de la provincia. Sin embargo, también aquí se producen quesos artesanos de cabra que, año tras año, conquistan concursos internacionales; hay cervezas abulenses codeándose con las alemanas y británicas; los caracoles que se crían en el Tiétar satisfacen los exigentes paladares franceses y catalanes; los magníficos aceites de oliva virgen extra se van a convertir en la primera DOP castellano y leonesa de este producto o que el pan de siempre, las mermeladas, el pimentón, los huevos camperos o los embutidos tienen una calidad cada vez más apreciada. Seguro que, a partir de aquí, se empieza a comprender porqué una provincia tan afamada, tan central en el corazón de España, aún guarda secretos que pueden ser respuestas para su futuro.

Estampas majestuosas

Sucede lo mismo alzando la vista. Los infinitos bosques del Valle del Tiétar o el mar amarillo de la llanura cerealística de La Moraña, las imponentes cumbres de Gredos, las torres de los castillos de Arenas de San Pedro La Adrada, Mombeltrán, Arévalo o Las Navas del Marqués, los campanarios de Madrigal de las Altas Torres o el sky line de la capital desde Los Cuatro Postes son estampas majestuosas y atrayentes. Pero, cuando el sol se pone, la altitud, los cielos despejados durante alrededor de dos tercios del año y la escasa contaminación lumínica de la provincia dejan ver una bóveda celeste que se está convirtiendo en foco de atracción de viajeros nacionales e internacionales, en la referencia del astroturismo en el centro peninsular, sin envidiar a enclaves clásicos como la isla de La Palma o el lejano Chile.

Una amplia red de observatorios estelares, la excelente oferta de turismo rural existente -con actividades y monitores especializados en el conocimiento del cosmos y el proyecto Stellarium Center, que se levantará a medio plazo en el Puerto del Pico como epicentro del turismo de estrellas abulense, son tres herramientas de desarrollo de esta modalidad turística que se complementa perfectamente con las demás posibilidades que ofrecen las comarcas abulenses.

Vista de un campo de la Sierra de Ávila.
Torreón de los Guzmanes.
Quesos representativos de la provincia.

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Porque Ávila, además de buena mesa y cielos, monumentos y naturaleza sorprendentes, es también turismo deportivo, senderismo, ciclismo de montaña, escalada, rutas a caballo, piragüismo… Es tradición y vestigios ancestrales que perviven en su conjunto de castros vetones que salpican la provincia de Cardeñosa a Solosancho, de Chamartín a El Raso. El colorido e impacto auditivo y visual en las danzas de paloteo y las mascaradas que despiden el invierno con los Cucurrumachos de Navalosa, los Harramachos de Navalacruz, las Toras de El Fresno, los Machurreros de Pedro Bernardo y los Zarramaches de Casavieja.

Es un gran espacio de aire puro y libre casi en el epicentro de España en el que vivir, divertirse, aprender, descansar y conocer, en el que sumar experiencias con los cinco sentidos, tocar las estrellas, saborear lo mejor de una tierra, donde sentir, como dejó escrito Miguel de Unamuno: «Esas plazuelas por las que han resbalado siglos de instantaneidad cotidiana».

El motor de la provincia

De todas estas iniciativas, como motor al servicio de los abulenses, es impulsora la Diputación Provincial. Una institución que está al lado de las administraciones más cercanas, los ayuntamientos. Una administración formada por una Corporación Provincial surgida de la elección democrática de los abulenses y por profesionales del servicio público entregados, vocacionales y generosos que siempre tienen las puertas abiertas para hacer prosperar esta tierra.

Ávila es desde hace mucho tiempo antigua tierra de municipalismo, donde los consistorios tienen un más que notable peso político, representativo e identitario. 247 ayuntamientos forman nuestro medio rural. Desde Blasconuño de Matacabras con sus catorce vecinos, hasta Arévalo con sus casi ocho mil, los cien mil abulenses que viven en nuestros municipios y los casi sesenta mil que lo hacen en la capital –la mayoría de ellos con raíces en alguno de los pueblos de Ávila– son la clave de esos horizontes de futuro que la Diputación encara con decisión e ilusión.

Costumbres ancestrales

Unas líneas con tinte festivo y cultural. En los últimos años las mascaradas de invierno se están recuperando a un ritmo espectacular, incluso conmovedor. Las vestimentas, sonidos, danzas y costumbres ancestrales que representan los Cucurrumachos de Navalosa, los Pastores y Zarramaches de Casavieja, los Harramachos de Navalacruz, los Machurreros de Pedro Bernardo, las Toras de El Fresno y el número de vaquillas y danzas como las de paloteo de Hoyocasero muestran la riqueza que existe en apenas 8.000 kms. cuadrados de extensión.

Carlos García González, presidente de la Diputación: «Se puede considerar a Ávila una provincia poderosa y diversa»

Carlos García.

La Diputación de Ávila ha sido una de las grandes impulsoras de la provincia en los últimos años. Desde 2019, cuando asumí la presidencia, hemos desarrollado políticas que han sabido y siguen sabiendo conjugar la gestión diaria, el asesoramiento y auxilio a los municipios, con proyectos transversales que benefician al territorio abulense.

La vertebración a través de una red de algo más de mil kilómetros de carreteras provinciales que se están renovando y adecuando a muy buen ritmo; el impulso exponencial que hemos dado a nuestra marca colectiva, Ávila Auténtica, en la que convergen unas 350 empresas de agroalimentación, hostelería, alojamientos rurales, comercio minorista, distribución y comercio online y a las que brindamos la oportunidad de estar en los mejores escaparates nacionales e internacionales; el desarrollo del astroturismo, que en 2020 alcanzó el hito de ver a la Sierra de Gredos convertida en la primera Reserva Starlight de Castilla y León y con el proyecto Stellarium Ávila avanzando firmemente; la ampliación de la sede de la Diputación en el nuevo edificio contiguo al Torreón de los Guzmanes… y, cómo no, la red de parques provinciales de bomberos, un proyecto anhelado por toda la sociedad abulense que después de 40 años está a punto de culminarse. Todo ello se pone al servicio de la provincia, junto con tantas actuaciones para mejorar la calidad de vida de los cien mil abulenses del medio rural relacionadas con el ciclo del agua, la educación, la cultura, la divulgación de nuestras tradiciones propias, la proyección de nuestra gastronomía y patrimonio, con una oferta turística diversificada, profesional y desestacionalizada.

Ávila necesita infraestructuras de comunicaciones y una digitalización profunda en su medio rural. La comunicación ferroviaria, la construcción de la autovía que enlace la capital con la A-6, la A-40 como eje vertebrador del norte con el sur de España pasando por Ávila… son elementos esenciales para el futuro de esta tierra que incluso van más allá de ella, pues beneficiarían a provincias y regiones limítrofes, y a todo el país.

La cultura es riqueza. Lo he dicho decenas de veces en estos años: cualquier sociedad que aspire a ser verdaderamente rica y próspera, debe tener en cuenta la cultura como uno de sus pilares de desarrollo. La cultura atrae talento, belleza, posibilidades… que al final se transforman en recursos. Ávila cuenta con un legado cultural, tanto material como inmaterial, de primer nivel. En proporción a su población, pocas provincias de España se pueden considerar tan poderosas y diversas como esta.

Me siento muy orgulloso de cada gran paso que damos, de cada gran proyecto que iniciamos y culminamos, pero también de la gestión del día a día. Creo que todos los alcaldes de la provincia, independientemente de su color político, saben y tienen comprobado que la Diputación de Ávila tiene sus puertas abiertas para ellos, que es lo mismo que decir que está abierta para todos los ciudadanos del medio rural. Servir a los abulenses a través de sus ayuntamientos es nuestra razón de ser, y me siento orgulloso de cumplir con ella y de conocer palmo a palmo esta provincia.

De cara a los próximos meses queremos seguir avanzando en los retos que tenemos planteado y culminar los proyectos en marcha, que son muy ambiciosos. Prestando especial atención al reto de la despoblación. Para que en los próximos veinte años podamos decir que este objetivo sea superado porque nuestra provincia necesita infraestructuras e inversiones que fomenten su desarrollo.

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