
Martes, 20 de diciembre 2022, 10:47
La tradición prima en el Grupo Blázquez, una tradición que hoy se hace palpable gracias a la selección que esta empresa familiar ha realizado y que les ha llevado a escoger las piezas que quieren hacer llegar a sus clientes, «que son impuestas por el criterio de Jacinto y todo lo que nos enseñó. Jamones que han vivido en las bodegas que cada día visitamos y vivimos con la pasión de saber que estas paredes le otorgarán un punto diferenciador a su sabor; sabiendo que el lugar donde reposan, el mimo que se le impone y el alimento son los puntos vitales para imponer la calidad a un 'Blázquez'». Es el criterio de Jacinto, el criterio Blázquez, el criterio de la segunda generación de una familia que ama lo que hace y que convierte su profesión en pasión: «Los mejores regalos que Jacinto nos hizo; por eso, estamos confiados en que sabremos seleccionar tu pieza».
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Solo el mejor de sus productos, el que representa la excelencia de esta empresa familiar, lleva el nombre de Jamón Jacinto, el hombre que comenzó la segunda generación de Jamones Blázquez «y un referente para todos nosotros. Hablamos de una pieza única con elegancia y personalidad».
El Jamón Jacinto Blázquez va 'más allá de la norma', curado al estilo tradicional y seleccionado bajo los criterios de calidad de la familia, razón por la que no viste con la vitola requerida por las figuras de calidad, sino que lo hace con un diseño propio en el que reza el origen del criterio Blázquez. «Queríamos recordarle con una pieza exclusiva de ibérico de bellota, para que quien lo pruebe recuerde como nosotros su nombre: Jamón Jacinto. Es un producto tan especial, que está adornado con un diseño único porque el criterio de calidad, la exigencia de ese jamón, los marcamos nosotros».
Posee rasgos característicos y simbólicos de calidad que pueden ayudar al consumidor, la pata o codillo debe ser alargada y fina. La carne de la pieza debe ser compacta, con una capa de grasa fina (en torno a los 2 cm) y suave en su anverso, mientras que en el reverso no debe presentar demasiados canales.
Comenzamos por el principio. ¿Cuáles son los beneficios de las bellotas en la alimentación? Muchos lo califican como el oro del campo. Las bellotas son, tras el aceite, el alimento con mayor contenido en ácido oleico. Tienen un 30% de agua y son una buena fuente de fibra, carbohidratos complejos, vitaminas y minerales.
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¿Y qué hace que un jamón se considere de bellota? Que el cerdo del que provienen se alimentes solo de bellotas, hierba y plantas aromáticas en el campo. «En nuestro caso, en 30.000 hectáreas de dehesa repartidas por Andalucía, Extremadura y Salamanca. Allí, los cerdos viven en libertad y caminan para conseguir su alimento, algo que marca su fisonomía: unas patas altas y estilizadas. Unas piezas elegantes y únicas».
El resultado es una carne sabrosa y con un 55% de grasa insaturada. La alimentación, el ejercicio y el paraíso en el que viven es clave. Pero igual de importante es el proceso de curación, que se extiende durante cinco años en «nuestros secaderos tradicionales de Crespos, donde todo empezó. Allí, nuestros profesionales controlan la humedad y la temperatura, pieza a pieza, para garantizar un secado homogéneo, un proceso único para asegura la máxima calidad con un sabor, aroma y textura únicos».
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Grandes cocineros a nivel internacional ponen el Jamón Jacinto en las mesas de sus restaurantes y paladares de Europa, América, Oriente Medio y Asia disfrutan de este manjar. Un alimento puro que también puedes disfrutar en tu casa. Sin gluten, ni lactosa, ni conservantes ni aditivos. Solo jamón de cerdo y sal. Y el conocimiento y la experiencia de cuatro generaciones de la familia Blázquez.
Todo comenzó en 1932, en el pequeño pueblo de Crespos. En él, Isidoro Blázquez y Teresa Martín, con la participación precoz de Jacinto, comenzaron una fascinante historia.
Esta pareja decidió embarcarse en la producción de jamones de cerdos ibéricos, una arriesgada aventura que acometieron con ilusión, conscientes de su carácter inconformista y emprendedor, su obcecada atención a los detalles, su compromiso con la calidad y la garantía de un producto a la altura de los paladares más exigentes. De forma inmediata, clientes y establecimientos premiaron con una demanda cada vez mayor la minuciosa dedicación, así como la combinación de tradición y aires de renovación. Los jamones Blázquez empezaron a ser objeto de deseo cada vez en más puntos de España. La expansión de la empresa coincide con el crecimiento de Jacinto, por aquel entonces responsable de la selección de los cerdos ibéricos provenientes de Extremadura, y cuyo criterio sigue siendo hoy la base de la asombrosa genética de los ejemplares del Grupo Blázquez.
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Gracias a su esfuerzo y visión se asientan los pilares de la gran estructura de terrenos que vertebran las magníficas dehesas donde se alimentan de bellotas sus cerdos, así como la distribución a escala nacional de todos sus productos. Con el paso de los años, los hijos de Jacinto recogieron el testigo, conscientes de que el reto de romper los límites marcados implicaba un plan de inversiones, modernización y crecimiento en equipo, infraestructuras e instalaciones.
Un proceso que ha llevado al Grupo Blázquez a multiplicar su capacidad y estar en más de 50 países, así como ser una de las marcas más reconocidas en jamones, paletas, embutidos y carnes frescas de cerdos ibéricos. Actualmente, la cuarta generación Blázquez, con Isidoro, Santiago, Ángeles y Francisco a la cabeza, comienza a incorporarse a una historia familiar de la que se sienten orgullosos y que desean llevar aún más lejos. Siempre, con la esencia de lo aprendido por las generaciones anteriores: dedicarse en cuerpo y alma a generar 'Admiración'.
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Cada jamón 'Admiración' se ha ganado por derecho propio formar parte de la selección de productos Blázquez. Piezas elegidas por su singularidad en base a estrictos criterios mantenidos y compartidos durante generaciones. Una personalidad propia que cada jamón o paleta mantiene a lo largo de un exigente y cuidado proceso de curación y elaboración, supervisado de forma individual. «Nuestra metodología preserva la máxima calidad en todo el ciclo del producto para llegar al paladar con bocados genuinos y únicos en forma, textura, olor, sabor e infiltración.
Tradiciones como las de cada noche después de cenar, cuando el elegido para acompañarle a subir y bajar persianas según el origen del aire era el más afortunado. Las enseñanzas que imponía por cada uno de los rincones de la fábrica, cada rincón de las bodegas. Cada paseo, con su particular forma de colocar sus manos. Señalando cada pieza y explicando una a una, su forma, su pureza, su calidad.
Tradición que es la que nos ha llevado a escoger las piezas que queremos hacer llegar a ti, las piezas que son impuestas por el criterio que Jacinto, nuestro padre y abuelo nos enseñó.
Jamones que han vivido en la poesía de nuestra empresa, en la casa del origen, en las bodegas que cada día visitamos y vivimos con la pasión de saber que estas paredes le otorgarán un punto diferenciador a su sabor. Sabiendo que el lugar donde reposan, el mimo que se le impone y el alimento, son los puntos vitales para imponer la calidad a 'un Blázquez'.
No es fácil expresar lo que un abuelo o un padre te enseña de tu profesión, y más cuando la pasión cobra todo el protagonismo, pero creemos verdaderamente que amando lo que hacemos, que fue uno de los mejores regalos que él nos dio, estamos confiados en que sabremos seleccionar tu pieza.
El criterio de Jacinto, el criterio Blázquez, el criterio de la segunda generación. Sin normas, confía en Blázquez.
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