Castilla y León
Así cambió la forma de viajar después de la pandemia: más naturaleza, viajes más cortos y carpe diemLos hoteles son los únicos alojamientos turísticos en los que los viajeros han decrecido entre 2019 y 2024
El paso de los años coadyuva a ver las cosas con perspectiva. Para bien y para mal. Con el discurrir del tiempo, por ejemplo, se es más consciente de la magnitud de lo que se vivió durante la pandemia y de que, sin exagerar, marcó un antes y un después. Y también compruebas que has cambiado tu opinión sobre algunos temas, tu manera de enfrentar los problemas o tu forma de viajar.
Las cifras oficiales de turismo de la Junta de Castilla y León lo demuestran: de mayo a septiembre de 2019, 3.287.931 viajeros se alojaron en hoteles de la Comunidad. En las mismas fechas de 2024, la cantidad bajó a 3.214.873 (-2,2%). Si se atiende a las pernoctaciones, cayeron un 6,5%.
Es el único tipo de alojamiento en el que las cifras caen: los viajeros crecieron un 80,8% en los albergues; 48,2% en apartamentos turísticos; 37,2% en Viviendas de Uso Turístico (VUT); 21,8% en campings, y 6,2% en turismo rural.
La realidad mostrada por los números es corroborada por los integrantes del sector. Cristina Ruiz, gerente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León (HOSTURCYL), asegura que ahora «la gente busca mucho más el aire libre, las casas rurales, sobre todo cuando son estancias largas». De hecho, apunta un dato interesante: «Los hoteles con jardines o más espacios libres no han notado la diferencia».
También aprecia un cambio de tendencia significativo Jesús Blanco, presidente de la Asociación de Turismo Activo de Castilla y León (ATACYL). Éste afirma que «la caída del número de viajeros en hoteles y el crecimiento en casas rurales, campings y, especialmente, albergues, responde, sobre todo, a una inclinación clara hacia entornos naturales y rurales. La pandemia ha acelerado esta preferencia por espacios abiertos, menos masificados y más conectados con la naturaleza». En su opinión, «esta tendencia ha llegado para quedarse».
El auge de las Viviendas de Uso Turístico
En 2019, siempre según las estadísticas oficiales de la Junta, había en la Comunidad 1.961 Viviendas de Uso Turístico con 13.004 plazas. En 2024, el número era de 4.752 alojamientos con 30.531 plazas (es decir, un aumento del 142,3% y del 134,8% respectivamente).
Obviamente, esto también ha afectado a la pérdida de mercado de los hoteles. Lo subraya Blanco: «Ha habido un auge de los apartamentos turísticos, que ofrecen mayor autonomía al viajero». Y lo menciona (con reivindicación incluida) la gerente de HOSTURCYL: «Los hoteles también se han resentido por los apartamentos turísticos, que ahora ya se están legalizando, aunque muchos de ellos siguen sin estarlo».
Al contrario de lo que ha sucedido con las VUT, en 2019 los hoteles, hostales y pensiones que había en Castilla y León eran 1.901; cinco años después cayeron a 1.808 (-4,9%). Respecto a las plazas, pasaron de 71.656 a 69.861 (-2,5%). Enfrente, además del aumento en VUT, también se advierte un crecimiento del 14,3% en albergues y del 3% en turismo rural. Los campings siguen igual, 118, aunque han perdido capacidad: -10,2% en plazas. De los apartamentos turísticos no hay cifras.
«El punto de inflexión fue la pandemia, hubo cierres, porque el sector hostelero en general se vio muy afectado. Además, un establecimiento con hotel también suele tener restaurante», destaca Ruiz.
En HOSTURCYL abarcan, igualmente, a los apartamentos turísticos, por ello, la gerente señala que, el aumento de éstos, ha hecho que las plazas de alojamiento no se hayan resentido.
Carpe diem
La Real Academia Española define carpe diem como «exhortación a aprovechar el presente ante la constancia de la fugacidad del tiempo». Y parece que se puede aplicar sin problemas a la nueva forma de viajar después de la pandemia. Lo describe así Cristina Ruiz: «La gente hace muchos más viajes, pero de menos estancia. El destino de sol y playa lo ha encarecido todo mucho y las personas aprovechan a tener más vacaciones y más cortas a lo largo del año. No sabemos qué va a pasar mañana, así que, si puedo irme este fin de semana, me voy».
Las cifras vuelven a ratificar lo expresado por ella: la estancia media, entre 2019 y 2004, ha caído un 10,5% en hoteles, hostales y pensiones; un 9,7% en campings; 8,6% en turismo rural; 8,5% en albergues; 8,4% en VUT, y 8,2% en apartamentos turísticos.
Otra variación tiene que ver con lo que buscan los clientes. Lo comenta la gerente de HOSTURCYL: «Ahora son muchos más selectivos, buscan el valor añadido. Si, además del alojamiento, se ofrece una experiencia gastronómica, por ejemplo, los viajeros y viajeras lo valoran».
Sí, y no, responde el presidente de ATACYL: «Es cierto que el perfil del turista valora cada vez más la posibilidad de vivir experiencias durante su estancia (rutas, actividades, contacto con el entorno, etc.), pero lamentablemente, debemos señalar que el turismo activo ha experimentado una preocupante caída en los últimos tres años. Según el Boletín de Coyuntura Turística de Castilla y León, el porcentaje de visitantes que demanda turismo activo ha pasado de un 15,4% en 2022 a un 12,4% en 2023 y un alarmante 7% en 2024. Esta no es la tendencia nacional».
Blanco estima que esto no se debe al coronavirus, «sino más bien a una falta de inversión estructural en este segmento. Desde el sector llevamos tiempo advirtiéndolo y recientemente hemos solicitado una reunión urgente con la Dirección General de Turismo para abordar este asunto de manera prioritaria».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.