Francisco Igea felicita a Fernández Mañueco después de la votación. Alberto Mingueza

Mañueco da continuidad, con el voto de Cs, a 32 años de presidentes del PP en la Junta

Promete un «gobierno de acción» en un discurso en el que despacha en tres párrafos las medidas de regeneración

Valladolid

Martes, 9 de julio 2019 | Actualizado 10/07/2019 13:59h.

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«Este es el comienzo de una nueva etapa de la historia de Castilla yLeón», remarcó Alfonso Fernández Mañueco, dirigiéndose a su socio de Gobierno, ... Francisco Igea, momentos antes de lograr la mitad más uno de los votos del hemiciclo y lograr la llave del despacho que desalojará el viernes Juan Vicente Herrera. Exactamente los 41 apoyos que suman los 29 escaños del PP más los 12 de Cs. Frente a ese bloque, los 35 procuradores del PSOE, grupo que ha arrebatado a los populares la posición mayoritaria en el hemiciclo de Castilla y León, los dos de Podemos y el de UPL votaron en contra y los dos de Vox y Por Ávila optaron por la abstención.

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La sesión de investidura en las Cortes tuvo tres protagonistas: Alfonso Fernández Mañueco, perdedor la noche electoral del 26-M y ganador ; Luis Tudanca, ganador tras el escrutinio 26-M y perdedor ; y Francisco Igea, que reconoció que no ha sido fácil el pacto con el PP y enmarcó el apoyo a Mañueco en la no aplicación «de filias y fobias». «Contamos con más ideas que nos unen que las que nos separan», reconoció Mañueco respecto a la relación entre PP y Cs.

El continuador de la saga de presidentes populares de Castilla y León iniciada en 1987 por José María Aznar recordó que cuenta con una «mayoría legítima» en el hemiciclo para ello. «El cambio debe volcar toda su energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo», argumentó Mañueco, quien aconsejó al socialista Luis Tudanca que «asuma su papel y lidere la oposición».

El político popular solicitó el apoyo a su investidura como presidente de la Junta comprometiendo un «gobierno de acción», de coalición entre PP y Ciudadanos, cuyo «esfuerzo se encaminará al pleno empleo». Lo hizo en una intervención salpicada de promesas orientadas a los residentes en los pueblos, con anuncios de mejoras sanitarias, menos impuestos y más Internet. Este último, el de banda ancha de calidad en el medio rural, es un clásico.

Las políticas «que funcionan»

«Quiero ser el presidente del diálogo, el presidente de la transformación que garantice el impulso definitivo que nuestra región necesita», manifestó el dirigente del PP, que avanzó que lo hará «con políticas liberales y de centro, que son las que funcionan y dan resultado».

A los procuradores, 81 frente a los 84 que recogieron bártulos en marzo fruto de las bajas del padrón de habitantes, se unieron invitados en la tribuna. Familiares, como la esposa del candidato, Fina Martín, y sus hijas Ana y María Loreto, y políticos. En el caso de Cs, José María Espejo-Saavedra, el dirigente nacional que ha tutelado las negociaciones enCastilla y León. El protocolo sentó al último junto a la esposa de Mañueco, en butaca preferente.

Esas políticas se plasman, remarcó Mañueco, en el documento de cien medidas que cerró con Francisco Igea, líder de Cs y futuro vicepresidente de la Junta. La primera que citó fue la creación de un grupo de expertos independientes para elaborar un diagnóstico sobre la despoblación que aqueja a Castilla y León y también sobre el modelo de ordenación territorial y el nuevo mapa rural para distribuir servicios e infraestructuras. Salvo por esto último, es calcada a la Comisión sobre la Evolución de la Población que alumbraron las Cortes en 2003, hace 16 años.

Mañueco anunció una «política fiscal moderada, tendente a la reducción de cargas impositivas». En la proa tributaria del gobierno bicolor estará la supresión del Impuesto de Donaciones y Sucesiones entre familiares (falta concretar el grado de parentesco) «por injusto».

El dirigente del PP buscó el equilibrio entre no abjurar de la gestión de los últimos años de Juan Vicente Herrera y el anuncio de programas que cuestionan decisiones tomadas. Alabó la calidad de unos servicios públicos «de bandera», pero prometió una auditoría sobre las listas de espera sanitarias, valorar el rescate de la concesión del Hospital de Burgos o rebajar unas tasas universitarias que han sido hasta el curso pasado las terceras más caras del país, hasta situarlas entre las más económicas. O una Estrategia contra la Pobreza Infantil, ampliamente negada la legislatura pasada. El presidente adelantó que velarán por la «libertad de elección» de centro educativo «entre públicos y concertados, de educación especial o ordinarios». En su contrato de investidura, Fernández Mañueco abrió una carpeta de asuntos pendientes con el Gobierno central: una financiación local para ayuntamientos y diputaciones, la reactivación de obras pendientes de autovías y tren de alta velocidad que «no sabemos por qué están ralentizadas o paralizadas», matizó, la lucha por una EBAU única y una financiación autonómica con más recursos.

A Tudanca, lealtad

Ahí, para asuntos de comunidad, el popular requirió a Luis Tudanca colaboración «con lealtad a esta tierra y a las necesidades de nuestros paisanos». Una lealtad que Mañueco le reconoció a Francisco Igea, con quien cogobernará, en la negociación de ese pacto de Gobierno. El dirigente de la formación naranja será, previsiblemente, el consejero de Regeneración, además de vicepresidente y portavoz de la Junta.

Alfonso Fernández Mañueco dedicó a ese capítulo, el de la regeneración política, tres párrafos en la penúltima página de su discurso. Mencionó la supresión de los aforamientos que respaldarán desde el PP, a propuesta de Cs; mejoras en la Ley Electoral para reducir costes de campaña y aquilatar la proporcionalidad, «siempre con el máximo consenso de esta Cámara», y una «mayor limitación de mandatos» y «reforzamiento de la transparencia». El dirigente del PP habló de «lucha contra el fraude», pero no mencionó la lucha contra la corrupción.

Escucharon la intervención en el banco azul Juan Vicente Herrera y lo que queda de su Gobierno, que son cinco consejeros. El primer agradecimiento de Mañueco fue para quien le abrió la puerta de la política autonómica, en 2001, al entonces joven presidente de la Diputación de Salamanca. «Hemos hecho grandes cosas en Castilla y León y desde Castilla y León. Se ha puesto el listón muy algo», elogió el presidente investido, que despidió a Herrera con un «te puedes ir con la cabeza bien alta».

Mañueco se definió como «un enamorado de esta tierra» y aseguró que será «un presidente que esté en la calle, con la gente, dando la cara, pero también donde se toman las decisiones, en Madrid y en Bruselas». Y que viene «a gobernar para todos». Gracias, confesó a sus compañeros del PP, a que «a base de tesón y trabajo hemos conseguido llegar al objetivo». Eso será efectivo a partir del viernes, tras su toma de posesión. Empiezará la era del cogobierno. Mañueco e Igea plasmaron ayer el acuerdo, tras la votación, con un abrazo fotográfico.