Ana Ibarra: «Bajen nuestro caché, pero no recorten en educación»

La preceden unos ojos azules muy grandes y un Grammy a medias con Plácido Domingo. Ana Ibarra está en Valladolid por su voz de mezzosoprano, la que elevará desde la sala sinfónica del Miguel Delibes mañana jueves en una gala de zarzuela. Estuvo con la Orquesta Nacional de España en el Calderón en 2006, esta vez cantará con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y probará el auditorio. Tanto el director, José Miguel Pérez Sierra, como el tenor, Alejandro Roy, son conocidos con los que ya ha trabajado.

Será Doña Francisquita, Dolores, Luisa Fernanda, la Chulapona, Rosa y hasta 'una pobre chica', todas en la misma noche. Personajes femeninos a los que pusieron música Vives, Barbieri, Serrano o Chapí, por citar algunos de los que compositores que conforman un programa armado por el maestro que lo dirigirá. Para esta cantante, que reside en Londres desde hace ocho años y que está acostumbrada a cambiar de personaje como de lengua y escenario, «cantar zarzuela es la oportunidad de hacerlo en mi idioma materno, es muy importante porque te expresas como sientes y sientes como te expresas». Siente la zarzuela como «la ópera española aunque no lo sea. Eso no quiere decir que sea ni mejor ni peor, es otro género. Sin embargo su exigencia técnica y dramática te prepara bien para la ópera. La zarzuela te obliga a la dramaturgia completa, eres actriz porque también tienes texto hablado además del cantado y precisas de una técnica muy depurada porque si no, no llegas al final del concierto». En cuanto a su recepción, «se programan hasta 25 funciones de un título en el Teatro de la Zarzuela y se llena siempre».

Una gran cantera

A pesar de que reside fuera «tengo la suerte de trabajar bastante en España, aunque no debiera ser una suerte» y acaba de hacer una ópera para niños en Oviedo. «Es algo necesario, sembrar en los pequeños el gusanillo para que les pueda gustar cuando sean mayores. Es el público del futuro y hay que atenderlo. Debiera haber una ópera para niños en todas las temporadas, cuidar los nuevos públicos. Resulta complicado ahora, en un momento de recortes, pero si se pudiera elegir, pediría a las autoridades que nos bajen el caché pero que no mengüen los proyectos educativos porque van dirigidos al futuro público, sin ellos dejamos de existir».

Fue a Londres «para abrir miras. algo importante para cualquier artista» y encontró más escenarios. «Es España faltan teatros para dar cabida a la cantera tan amplia y con voces de tanta calidad. También de músicos, en todas las orquestas europeas me encuentro con músicos de mi tierra, hay vientos valencianos en muchos sitios. En Londres por ejemplo está Joan Enric Lluna, un gran clarinetista».

Ibarra debutó en la ópera siendo Doña Elvira en 'Don Giovanni' en el año 2000. Desde entonces es una habitual del Liceo y del Teatro Real, así como del Barbican o la English National Opera. Ha grabado 14 discos pero «nunca he cobrado un 'royalty'. En la clásica el disco está bien para la promoción y como archivo del trabajo, algo que queda ahí, pero el formato físico no es un negocio. Se seguirá grabando en otros soportes que te puedas bajar, no en compactos. En los libros parece que se resiste el e-book pero en música, el soporte físico ha desaparecido».

Con José Carreras

Una de esas grabaciones, la versión completa de 'Falstaff', con Plácido Domingo y la dirección de Sir Colin Davis al frente de la London Symphony Orchestra recibió el Grammy de 2006. «Es un orgullo cantar con gente como Plácido o Carreras. A su lado solo aprendes». Precisamente con el tenor catalán volverá este año, en su reaparición sobre los escenarios con 'El juez', «una ópera compuesta para él sobre un tema muy actual, los niños robados. Me toca ser la mala malísima». Antes hará uno de sus papeles favoritos 'Carmen', en Bilbao. Dentro de dos semanas comienza los ensayos.

Por su parte Alejandro Roy es un tenor asturiano que también ha cantado con Pérez Sierra, además de con Alberto Zedda, Ros Marbá o Peter Maag. Desarrolla su carrera entre los escenarios italianos y los españoles. Director bregado en el foso y el podio, José Miguel Pérez Sierra es una de las jóvenes batutas españolas que mantiene una estrecha relación con la ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera).