Los expertos sitúan el posible origen de las telas mozárabes de San Zoilo en Egipto

Las telas medievales que aparecieron en la urna sepulcral de San Zoilo, en el monasterio de Carrión de los Condes, pudieron provenir no de Córdoba, como hasta ahora se pensaba, sino de mucho más allá, probablemente de Egipto. Esta es una de las últimas hipótesis que se maneja sobre el origen de estos magníficos paños. Así lo expresa el historiador José Luis Senra Gabriel y Galán, uno de los principales investigadores de estas telas, que pertenecen a la Diócesis de Palencia y se conservan y exhiben en la sacristía de la iglesia del monasterio carrionés de San Zoilo. Asimismo, también parece más probable que el origen cronológico sea anterior al que inicialmente se había pensado. Cuando aparecieron se barajó la fecha del siglo XII, pero cobra cada vez más fuerza el adelanto de una centuria.

«Posiblemente sean del siglo XI». Son palabras de José Luis Senra, que apostilla que el problema es «definir exactamente el lugar donde pudieran ser hechas». «La vía de llegada a Carrión fue con las reliquias de San Zoilo en los años sesenta y setenta del siglo XI desde Córdoba. Pero da la sensación de que estas telas han tenido mucha historia, han pasado por muchas manos, incluso hay vestigios con letra cristiana italiana del siglo XI. Es complejo reconstruir con detalle el itinerario que han podido tener. Pueden haber venido desde Egipto. No parecen confeccionadas en Al-Andalus, casi con toda seguridad vengan de fuera, de más allá. La cuestión es del sur de Italia o del norte de Egipto. No está muy claro», asegura el investigador, que participó el martes pasado en el Museo de Palencia en un ciclo de conferencias sobre el románico.

La llegada a Carrión pudo producirse por la acción de los Condes de Carrión. «Lo más posible es que hubieran llegado a Carrión desde Córdoba, cuando Fernando Gómez, el primogénito de los condes de Carrión, trasladó las reliquias hacia el año 1068 o 1070. A partir de ahí, se las quedó la familia y alguno de sus miembros las donó posteriormente a San Zoilo», según Senra Gabriel y Galán, que tituló su conferencia 'Entre el Carrión y el Pisuerga: la fertilidad de un territorio en el asentamiento del románico'.

Los condes se hicieron con las telas porque Fernando Gómez participó como mercenario en el conflicto entre las taifas de Sevilla y de Córdoba. «Supuestamente se le entregan estas telas como pago, así como las arquetas y otros objetos. La arqueta fatimí, que pertenece a San Zoilo y se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, posiblemente llegó a Carrión por la misma vía», aseguró el historiador, que se refiere a una pieza de marfil policromada y fechada entre los años 951 y 975, y que está inventariada en el museo madrileño con el número 50.887.

José Luis Senra destaca el valor de las telas de Carrión. «En el mundo del arte textil están siendo una conmoción. Solo por la dimensión que tienen, sin entrar en otras cuestiones, son excepcionales. Unas telas de semejantes dimensiones y en su estado de conservación tan fantástico no las hay en ningún museo. Más allá de la calidad, que también es excepcional, lo que sorprende es que hayan llegado tan íntegras», asegura. El historiador recuerda que muchas veces las telas se troceaban para envolver reliquias. «Lo asombroso es que estas no se hayan troceado y se hayan mantenido intactas. Posiblemente, porque han tenido un uso como colgaduras durante mucho tiempo, ya que se han visto huellas de los anclajes. El uso continuado, hasta que las metieron dentro del sepulcro de San Zoilo, es lo que las ha preservado. Yo no veo otra explicación. También ha favorecido el clima castellano, que ha sido providencial a la hora de conservarlas. En el norte de España, con la humedad, no se hubieran conservado como están ahora», asevera Senra Gabriel y Galán.