Borrar
PATRIMONIO

Una 'joya' desconocida en el corazón del Palacio del obispo

Decorada íntegramente por el artista Mariano Lantada, la capilla del Palacio Episcopal de Palencia es una obra de arte religioso que el Obispado quiere poner en valor y dar a conocer

ICAL

Lunes, 29 de julio 2013, 15:46

Entrar en la capilla del Palacio Episcopal de Palencia es como sumergirse en un ordenado y recogido maremágnum de arte, de belleza y religiosidad. De estilo neo-renacentista, fue decorada por el artista palentino de finales del XIX Mariano Lantada, formado en Roma donde tiene alguna de sus obras y casi tan poco reconocido como su legado artístico. Produce tal impresión que deja al visitante perplejo, entre otras razones porque no espera encontrar una joya de tal magnitud en un edificio que ya por si mismo constituye un museo de arte sacro sin paragón en Castilla y León.

Fue mandada construir por el obispo salmantino Enrique Almaraz y Santos con motivo de la consagración que el Papa León XIII hizo del género humano a Jesucristo a finales del siglo XIX y para sustituir la sencilla capilla que se encontraba en la planta baja del Palacio. Toda ella fue decorada entre 1899 y 1901 por el pintor Mariano Lantada, también autor de la ermita de Nuestra Señora de la Piedad de Herrera de Pisuerga. Es una fiel representante del neo-renacimiento y en ella no queda ni un sólo rincón sin decorar, lo que da sensación plena de imágenes, luces y colores. Abundan los elementos platerescos, las lunetas y las columnas abalaustradas y destaca el uso del dorado o el rojo, proporcionando una especial luminosidad.

Paredes, presbiterio, bóveda, frontispicio...toda la capilla está decorada por espléndidas pinturas murales al óleo en las que están presentes las principales devociones de los palentinos de finales del siglo XIX. Entre ellas, destaca la transverberación de Santa Teresa de Jesús, de la que el obispo Enrique Almaraz era un gran devoto, que ocupa toda la parte central del presbiterio y que es una copia de la obra de Bernini. A la derecha, Lantada representó a San Antolín, patrón de la Diócesis, y a la izquierda a Santo Tomás de Aquino. Junto a estos santos, en los muros de la capilla encontramos pinturas de las órdenes religiosas con mayor presencia entonces en Palencia, como dominicos o franciscanos; también a la Santísima Trinidad o a la Virgen del Rosario.

En la bóveda se representan las Virtudes, los Cuatro Evangelistas, Dios Creador o encontramos ángeles con el rosario y mostrando la bóveda celeste.

En los muros de las paredes se puede ver, además, pinturas sobre lienzo dedicadas a dos ciclos. Uno de ellos, a la historia de Abraham inspirado en los ocho tapices del siglo XVI que poseyó la catedral de Palencia y de los cuales sólo se conservan tres, hoy ubicados en los muros de la capilla mayor de la seo. El otro ciclo está dedicado a los santos relacionados con la Diócesis palentina. No se conserva el altar original que guardaba reliquias de santos como San Antolín o Santa Inés y sobre el que, en la bóveda, se encuentra un magnífico fresco de una escena del calvario de Jesús con la cruz de Cristo vacía.

Más de un siglo pasando desapercibida

De la existencia de esta capilla pocos tienen conocimiento y su uso es tan limitado que se reduce a algunas ocasiones excepcionales. Ha pasado tan desapercibida que no se ha organizado ningún tipo de celebración en su centenario, en el año 2000, explican desde la Diócesis de Palencia. Además de para el uso personal del obispo, se utiliza como lugar de el rezo en los momentos previos a alguna reunión, para la ordenación sacerdotal y, muy ocasionalmente y sólo en acontecimientos excepcionales, acoge la celebración de la eucaristía.

Hasta tal punto es desconocida que no existía apenas documentación entorno a ella. No hace mucho, la Delegación de Patrimonio del Obispado a cuyo frente está José Luis Calvo, empezó a recopilar información sobre esta capilla de cuyo valor artístico ya era consciente y ahora pretende plasmarla en un folleto que sirva de guía para su visita, pero, sobre todo, "para ponerla en valor".

La intención del Obispado es "en un futuro poder integrarla en el circuito de las visitas al Palacio", asegura, pero se encuentra con algunas dificultades. Una de ellas son las barreras arquitectónicas; la capilla está en la segunda planta del edificio y sólo se puede acceder a ella por unas grandes y amplias escaleras, por lo que habría que instalar un ascensor que diera acceso desde el patio del edificio. Además, en esa misma planta del Palacio se encuentran la residencia y las oficinas del obispo, "por lo que las visitas deberían organizarse en grupos y siempre en compañía de un guía que evitase perturbar la actividad normal del titular de la Diócesis", indica José Luis Calvo.

El autor

Pintor y escultor nacido a finales del siglo XIX en la localidad palentina de Lantadilla, Mariano Lantada, fue discípulo de Federico de Madrazo. Su formación artística se forjó primero en Palencia y después en Roma, donde se cree que hay parte de su obra, y llegó a tener estudio propio en París. Perteneció a la corriente de los 'neo'.

Entre sus creaciones más conocidas se encuentran los frescos y decorados de la ermita de Nuestra Señora de Nuestra Señora de la Piedad de Herrera de Pisuerga y la escultura de Nuestra Señora de la Soledad, en Carrión de los Condes que fue restaurada hace unos años. Fue un gran artista que "no ha sido reconocido y del que se sabe muy poco", asegura el responsable de Patrimonio de la Diócesis, lo mismo que ocurre, añade, con la gran obra que plasmó en la capilla del obispo.

El Palacio del Obispo

En cuanto al edificio que acoge la capilla, el Palacio Episcopal de Palencia, una edificación de finales del siglo XVIII de estilo neoclásico con influencias herrerianas es, "sin duda, el mejor de Castilla y León", asegura José Luis Calvo.

En su planta baja y sótano alberga el Museo Diocesano con obras de grandes maestros de la pintura, la escultura, la arqueología religiosa, tejidos, orfebrería y artes menores que abarcan desde el siglo VII al XXI. Destacan los lienzos de artistas como Berruguete, Juan de Juani o Vigarny.

De los amplios salones del edificio, además, cuelgan otras importantes obras de arte sacro al igual que de las paredes de sus galerías, una de ellas dedicada íntegramente a las sibilas. En la tercer planta se encuentra el archivo de la Diócesis con documentación que se remonta siglos atrás y que está abierto a la consulta del público. También cuenta con un taller de restauración al que llegan desde todos los puntos de la provincia interesantes esculturas o pinturas, la mayoría muy deterioradas, para su recuperación.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Una 'joya' desconocida en el corazón del Palacio del obispo

Una 'joya' desconocida en el corazón del Palacio del obispo