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Sucursal de Caja España en Sardón de Duero. / Agapito Ojosnegros.
Sucesos | valladolid

Sardón de Duero recibe doble visita de los ladrones

Reventaron el cajero automático días después de asaltar tres viviendas en el núcelo urbano

A. O.

Miércoles, 28 de noviembre 2012, 23:01

Apenas 12 días después de que un cajero automático de la sucursal de Caja España-Caja Duero en Arroyo de la Encomienda fuese literalmente reventado por una explosión con gas acetileno para robar su contenido, la escena se repitió en torno a las tres de la heladora madrugada de este miércoles, pero en esta ocasión en Sardón de Duero. De nuevo los asaltantes fijaron su objetivo en una oficina de la misma entidad bancaria, empelando el mismo método, para hacerse con parte del contenido del cajero de la oficina situada a la entrada de la Plaza Mayor de la localidad, a escasos metros de la travesía de la carretera de Soria, la nacional 122, circunstancia que posiblemente tuvieron en cuenta los delincuentes ya que esta vía no solo permite un rápido y franco acceso al inmueble desvalijado, sino que también facilita una huida expedita.

Los asaltantes tras reventar el cajero -y destrozar la oficina-, consiguieron su objetivo y se hicieron con parte de su contenido. Desde la central de León de Caja España-Caja Duero, no se ha facilitado la cantidad sustraída, algo que tampoco se ha hecho desde la Subdelegación del Gobierno vallisoletana. Algunas informaciones hablan de unos 10.000 euros sustraídos y de otros 2.500 euros recuperados, esparcidos por el suelo de la oficina a la llegada de la patrulla de la Guardia Civil del Puesto de Quintanilla de Onésimo, que apenas producida la explosión se personó en la Plaza Mayor.

El modus operandi es un calco a la forma de operar en Arroyo de la Encomienda, así lo afirmaron ayer desde la Subdelegación, desde donde también explicaron que podría tratarse de los mismos delincuentes: "Por lógica parece que son los mismos, el procedimiento es el mismo. Es un método que parece que se ha dado en otros sitios de España, sobre todo en Galicia. Es un sistema utilizado en Portugal. Los cacos inyectaron gas acetileno mezclado con oxígeno combinación que se emplea para realizar trabajos de soldadura con el juego de bombonas de ambos gases- a través de un tubo por alguna de las ranuras del cajero, ya sea la de las tarjetas de crédito o la de las cartillas de ahorro, taponándolas con algún elemento para que los gases se acumulasen y no se saliesen por ellas y, a continuación, procedieron a detonar la mezcla gaseosa a distancia por medio de un cable conectado a una batería u otro dispositivo capaz de producir una chispa.

Una vez producida la deflagración los ladrones dispusieron de pocos minutos para consumar el robo, ya que según explicó ayer uno de los primeros en acercarse a la oficina bancaria, Jaime de Vega -carnicero de la localidad-, en menos de 10 minutos, que fue lo que tardó él en salir a la calle, ya se encontraba la Guardia Civil haciéndose cargo de la situación intentando apagar, con un extintor, el pequeño incendio provocado por la explosión. Los mismos agentes de la Benemérita dieron aviso a los Bomberos de Valladolid que acudieron a sofocar las llamas provocadas y a desescombrar las instalaciones, las cuales quedaron muy dañadas. De manera inmediata se puso en marcha el dispositivo de seguridad que marca el protocolo en estos casos, siendo alertados los puestos de la Guardia Civil de la zona, como los de Peñafiel o el de Tudela de Duero, para establecer un perímetro de seguridad e intentar interceptar a los malhechores, quienes además de la nacional 122 pudieron tomar la carretera de Santibáñez de Valcorba, una vía secundaria.

A primera hora de la mañana algunos vecinos contemplaban con sorpresa lo ocurrido ante la oficina bancaria, acordonada por la Guardia Civil, la cual presentaba un aspecto lamentable, con mobiliario muy afectado, escombros y cristales rotos por el suelo. La gran cristalera que da hacia la carretera de Soria y en la que se encontraba ubicado el cajero, estaba junto a la fachada hecha trozos. La otra gran cristalera, la que se abre hacia la Plaza Mayor, se encontraba combada hacia el exterior. El cajero explosionado, una auténtica caja fuerte, quedó inutilizado y reventado, hasta tal punto, que la pesada puerta de seguridad de unos 100 kilos- por la que se accede al dinero desde el interior de la caja, salió despedida varios metros hacia el interior hasta acabar tendida en el suelo del despacho de la directora de la sucursal. Ninguno de los edificios del entorno sufrió daño alguno, ni siquiera el café Gerardo, establecimiento contiguo al lugar de la detonación.

Los dos empleados de Caja España que trabajan diariamente en Sardón de Duero, se afanaban durante la mañana de ayer en inspeccionar sus lugares de trabajo y equipos. Caja España-Caja Duero informó de que se instalará una oficina móvil en la localidad para atender a los clientes, quienes también serán atendidos en Quintanilla de Onésimo y en Traspinedo. En lo que respecta a la sucursal de Arroyo asaltada y clausurada de momento por los desperfectos sufridos, desde la firma bancaria han indicado que los clientes son atendidos en la oficina más próxima, pero que aún no pueden dar ninguna previsión futura acerca de su apertura o clausura definitiva.

La fuerte explosión despertó a algunos vecinos, como Jaime de Vega, cuya vivienda se encuentra cercana a la sucursal. Oí la explosión y pensé que era aquí en casa, y salí al patio donde no vi nada. Salí a la calle y ya estaba la Guardia Civil. Desde que oí la explosión no pasaron ni diez minutos y ya no había nadie allí, fíjate si serán rápidos, declaró.

Vicente Martín, sacerdote, vive a un solar y a una casa de distancia, en la misma acera de la caja, y al igual que Jaime escuchó un ruido muy fuerte, como un zambombazo, como de estos que tiraban antes en el polvorín de aquí, cuando estallaban bombas pasadas. Un ruido no de tiros, sino un sonido ronco, fuerte. Lo primero que hice fue dar un salto en la cama, porque estaba dormido. Pero pensé que como estos días ha llovido, que se había caído una pared de las que hay por aquí de barro, y como hacía frío no salí a la calle. He sentido como dos golpes, el primero muy fuerte y el segundo menos. En la Plaza Mayor apenas viven tres vecinos, muchas viviendas de la zona cuelgan el cartel de `se vende y otras pocas se ocupan durante el verano y en momentos puntuales.

Trabajadores y huéspedes del Hostal Sardón, situado frente de la oficina asaltada, no se percataron de lo sucedido hasta que se levantaron por la mañana.

Varios robos en Sardón

Preguntar ayer a los vecinos por el violento atraco a la oficina de Caja España-Caja Duero de Sardón de Duero sucedido la madrugada del miércoles, es darles pie a hablar de otros robos que se han cometido en los últimos días en la localidad. Según comentaron ayer distintas personas del municipio, la pasada semana fueron tres las viviendas asaltadas aprovechando la salida de sus moradores. El propietario de la Carnicería Sonia, Jaime Vega, atendía a una clienta cuando esta sacaba a colación los robos a las casas. Vega indicaba que han robado en dos o tres casas, se ve que no les entran pulgas, en relación a los ladrones y al hilo los sucesivos asaltos.

El mismo tema de conversación saltaba a la palestra entre dos mujeres y el párroco del pueblo, Vicente Martín, quien afirmaba que en Quintanilla de Onésimo también ha habido algún robo, en el estanco. Por su parte las mujeres citaban el botín de los ladrones, dinero y joyas.

A Margarita Campo, que vive a la entrada del municipio según se accede desde Peñafiel, la despertó la deflagración de la oficina bancaria y sin pensarlo dos veces salió con lo puesto, en pijama, sin pensárselo dos veces, porque como ella reconoce, estoy con la mosca detrás de la oreja por los últimos robos a viviendas, uno de ellos en un chalé de al lado de mi casa. Salió a comprobar que todo estaba en orden en el hogar de al lado, donde vive su hermano y donde guarda distinta maquinaria. Lo hizo preocupada porque han entrado en tres viviendas en los últimos días, en dos no han robado nada y en otra dinero y joyas. Los propietarios salieron un momento, uno de ellos al bar a tomarse una cerveza y la otra persona a ver a sus padres. Han aprovechado que no había nadie,alguien estaría vigilando.

En el Hostal Sardón, trabajadores y gerente dicen que han perdido la cuenta de las veces que han recibido la visita de los ladrones en los últimos tiempos, ante lo que ya se resignan y explican que ya ni se molestan en contarlo. Les avisan en cuanto salta la alarma y cuando acuden al establecimiento lo encuentran degollado.

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