
Secciones
Servicios
Destacamos
ICAL
Sábado, 11 de agosto 2012, 20:09
Los 40 neozelandeses que se han desplazado desde el otro lado del planeta para conocer el lugar de origen de su ancestro en la provincia de Segovia conviven estos días con los vecinos de Valverde del Majano y aprenden sus modos de vida, a la vez que hacen una exhibición de los suyos. A los miembros de la tribu Paniora de Nueva Zelanda se han sumado los residentes en otros países como Australia, Canadá, Francia o Suiza.
Todos ellos participan en los actos de la Semana Cultural de Valverde y viven estas tradiciones como si fueran suyas. A la vez, muestran y enseñan a realizar tatuajes, tallan y esculpen madera, decoran tejidos, elaboran prendas de vestir, muestran sus bailes y canciones, y realizan pinturas en las que no faltan los motivos que vinculan a esta tribu con sus orígenes españoles y que hace poco tiempo descubrieron con más exactitud, lo que les ha llenado de satisfacción, informa Ical.
Los descendientes de Manuel José de Frutos, un emigrante que salió de la provincia de Segovia hace casi 200 años, son hoy más de 16.000 y forman un clan, los Paniora. La provincia de Segovia se ha convertido en su lugar de peregrinación y muchos ven cumplido su sueño de hace años al poder visitarla. El último en llegar ha sido el alcalde de Gisborne, Meng Foon, quien protagonizó con su homólogo de Valverde, Rafael Casado, el hermanamiento oficial de ambos municipios, el único que existe entre España y Nueva Zelanda, dos países tan alejados entre sí. La mayoría de los descendientes paniora vive en la región de Gisborne, en el este de la Isla Norte del país oceánico, primer lugar del mundo donde amanece.
Manuel José de Frutos apostó por un mundo distinto al que dejaba. A diferencia de la mayoría de los occidentales, que se unían entre ellos alejándose de los nativos, el español decidió integrarse con los maoríes y ser uno más entre ellos. Se encontró un lugar muy distinto a sus calores y fríos castellanos, con una forma de vida que nada tenía que ver con las restricciones españolas de la época. Su vida habría pasado inadvertida de no ser por la importancia que los maoríes dan a sus orígenes, que son mucho más recientes que la de los españoles o nativos de cualquier otra nación occidental. Para sus descendientes es un mito, es parte de su sangre y lo que les hace distintos al resto de grupos de Nueva Zelanda y los identifica aunque estén fuera de su país.
El clan de los Paniora pertenece a la tribu Ngati Porou, que tiene en la actualidad 72.000 miembros. Unas decenas de ellos se han plantado en Valverde del Majano para pisar la tierra en la que su antepasado vino al mundo. «Al llegar sentimos el 'wairua' (una especie de espíritu colectivo) de los Paniora», explicaba a la BBC Devi Ann Hall. Y aseguraba haber sentido la presencia de su antepasado al llegar. «Nos daba la bienvenida, es un espíritu feliz de que hayamos hecho este viaje de regreso a su tierra», comentó Devi. «Sólo cuando conoces tu genealogía puedes clavar tu lanza en la tierra y tener un futuro».
John Manuel es el jefe del grupo, que muestra cada día sus peculiaridades. Son respetuosos, ordenados y disciplinados. Mientras, en algunos bares de Valverde un breve diccionario español-maorí trata de ayudar a los foráneos y autóctonos a compartir vivencias. La vida entre ambos grupos es intensa. La próxima semana los primeros regresarán a sus países de origen. No saben cuándo regresarán. Muchos incluso saben que no podrán volver a hacerlo, pero han visto cumplido un sueño que ni ellos podían haber imaginado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.