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ISABEL REGUILÓN I. R.
Viernes, 21 de agosto 2009, 10:09
El pimiento de los Valles de Benavente cuenta desde ayer, junto con el de Fresno de la Vega, con identificación geográfica protegida (IGP). El Boletín Oficial del Estado publica la resolución de 23 de julio de la Dirección General de Industria y Mercados Alimentarios por la que se concede la protección nacional transitoria a la indicación geográfica protegida Pimiento de Fresno-Benavente. Esto significa que toda la maquinaria puede empezar a andar, nueve años después de que se iniciaran los trámites.
La comunicación llega en un momento decisivo para todos los implicados en la iniciativa, ya que tras la larga espera los ánimos de productores y envasadores se habían ido enfriando, tal como reconocen los presidentes de las asociaciones respectivas, José Carlos Furones y José Ramón Bodega.
Todos ellos deberán ahora tomar la iniciativa para nombrar de inmediato el Consejo Regulador, de carácter provisional hasta que la IGP obtenga la protección definitiva, se prevé que en el plazo de un año.
Este consejo deberá estar en pleno funcionamiento antes de febrero, cuando empieza la campaña productora, de manera que se haga el control de la cosecha desde la semilla, como lo exige la normativa, para que la siguiente producción lleve ya el contraetiquetado con el sello de la IGP.
Eso significa tener que superar un primer obstáculo, el desánimo del sector tras una larga espera y la implicación de más personas en las decisiones para que todo siga adelante. «Hace meses que no sabemos nada de los de Fresno», explica el presidente de Ahurvabe, José Carlos Furones.
«Es cierto que todo está ralentizado porque queremos que se implique más gente, algunos llevamos mucho tiempo tirando de este carro y estamos dispuestos a participar en el consejo regulador provisional, pero no en el definitivo. Otros tienen que tomar las riendas y devolver la ilusión al sector», explica José Ramón Bodegas.
Y es que, en Fresno de la Vega, de donde partió la iniciativa de la IGP, no han visto más que ralentizar el proceso, primero con la espera que durante tres años supuso incorporar a Los Valles dentro del área de protección y después ver cómo en la comarca benaventana las iniciativas particulares no progresaban.
Sede preparada
Los requisitos burocráticos también han afectado a los implicados. «En Fresno tenemos la sede del consejo regulador preparada y amueblada desde hace tres años esperando por esto, ya es hora».
La pretensión de ambas asociaciones es que el consejo regulador tenga la sede en Fresno y una subsede, aún sin organizar, en los Valles de Benavente. Tras el nombramiento de los representantes de conserveros y productores empieza una ardua tarea para marcar las exenciones y poner en marcha el resto el engranaje, lo que exige una alta implicación por parte de los responsables.
«Después de tantos años la gente ha ido vendiendo y envasando y no se ve la misma necesidad ahora de la IGP que se tenía en un principio» dice el representante leonés.
En Fresno de la Vega ha disminuido el número de cultivadores, son medio centenar, aunque se mantiene la superficie de cultivo. Cuentan ya con tres envasadoras y una cooperativa de comercialización.
Sólo una envasadora
En Benavente, las cifras son bien distintas, menos de cuarenta productores y una sola envasadora, si bien no hay comercialización organizada para el producto en fresco, que es el protegido, y que prácticamente se limita a la Feria del Pimiento de Benavente, que se celebra en septiembre.
«Con la llegada de la protección nacional transitoria empezamos a trabajar las cosas como tienen que ser, llegan nuevas subvenciones para que funcione el consejo regulador y durante dos o tres años tendremos unas ayudas que nos permitirán salir adelante hasta que todo funcione de forma autónoma» expresa José Ramón Bodegas, a quien la llegada de la protección transitoria le parece la puerta a otra fase muy distinta para Fresno y Los Valles.
Son otras puertas las que se abren y eso debería notarse en poco tiempo.
La zona geográfica de producción agrícola del pimiento de Fresno de la Vega se sitúa al noroeste de Castilla y León, albergando el sureste de la provincia de León, el norte de la provincia de Zamora y un municipio de Valladolid, un total de 2.760 kilómetros cuadrados de superficie.
El pimiento morrón de Fresno de la Vega (León) y el pimiento de Benavente aparecen recogidos en el catálogo de frutas y hortalizas de la sección castellano y leonesa de la iniciativa europea 'Culinary Heritage', constituida para fomentar los productos locales y la cocina tradicional, proyecto financiado parcialmente por la Comisión Europea.
El pimiento de Fresno es un ecotipo local especialmente adaptado a la zona de producción y que se manifiesta diferente a otros ecotipos cultivados en otras zonas.
Más ancho que alto
Es un pimiento en general grande, de peso unitario superior a 300 gramos, forma rectangular, más alto que ancho, con una anchura mínima de diez centímetros, espesor de la carne superior a ocho milímetros y presenta tres, cuatro ó cinco lóbulos.
Resulta muy jugoso al paladar y de piel poco dura. Su sabor es de dulzor medio, poco amargo y no picante.
La zona protegida por la Indicación Geográfica Protegida comprende 33 municipios de León y 55 de la comarca de Benavente.
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