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MARTA J. LUENGO
Lunes, 1 de septiembre 2008, 03:30
Actividades tan cotidianas como planchar, fregar, escribir en el ordenador, dormir, conducir o incluso ir a la moda, pueden producir lesiones graves, que pueden convertirse en crónicas, sin que apenas nos demos cuenta. Así lo revela un informe correspondiente al 2008 elaborado por la Clínica Armstrong Internacional de Madrid. Los expertos de este centro dedicado a la investigación y tratamiento de daños del aparato locomotor, deportivas y el dolor de cabeza, de cuello y espalda, han identificado una serie de factores de la vida cotidiana que influyen de forma directa o indirecta en las lesiones muscoesqueléticas que sufre el organismo día a día.
«Lo alarmante en estos casos es que un 70% de los pacientes con dolencias graves o cronificadas que acudieron a nuestro centro en el 2007 no consultaron con un especialista en el momento de producirse la lesión», comenta Horacio Bobadilla, jefe del Servicio de Fisioterapia de la Clínica Armstrong.
Los niños y los jóvenes son los grupos que están más expuestos a futuras lesiones crónicas, ya que se encuentran en edad de crecimiento. Uno de los factores que afectan de forma especial a los niños es la sobrecarga en las mochilas escolares, ya que puede producir problemas de espalda. Lo recomendable es que el peso de las mismas no supere el 10 o el 15% del peso corporal del niño, aunque en la mayoría de los casos estas medidas no se cumplen.
Además, es importante adaptar la altura de los pupitres en la escuela y de las mesas de estudio en el hogar a la altura del niño. Las sillas deben ser rígidas y la columna del niño debe quedar a 90º con respecto a las caderas, y las rodillas también a 90º con los pies apoyados en el suelo.
Las posturas deben controlarse y corregirse con rapidez, ya que en la edad adulta son muy difíciles de subsanar. En el caso de las niñas hay que vigilar «las posturas en dorso curvo -chepadas- que adoptan en la pubertad con el comienzo del crecimiento de los senos», afirma Bobadilla. Además, la postura de las muñecas al utilizar el teclado del ordenador o de los videojuegos no debe ser forzada, especialmente en periodos largos de tiempo, consejo que deben seguir también los adultos.
Las actividades físicas y los juegos que realizan los niños no deben provocar tensión sobre huesos que aún no están osificados totalmente debido a la edad. Los balones, por ejemplo, no deben ser muy pesados y las actividades físicas deben seleccionarse por edades de crecimiento, cronológicas y sexo y adaptarlas a la resistencia y potencia física del niño.
Modas
En los jóvenes, es muy importante que el descanso diario sea de 7 a 8 horas. Debido a que las horas de estudio son más prolongadas en esta franja de edad, es recomendable que los estudiantes cambien de postura con regularidad y realicen pequeños paseos.
Aunque ir a la moda parezca algo inofensivo, en realidad puede encerrar riesgos graves que a su vez pueden derivan en lesiones crónicas. Por ejemplo, el uso de ropa excesivamente ajustada produce transtornos circulatorios, los zapatos de punta afilada en mujeres provoca 'hallux valgus' o juanetes en el dedo gordo del pie y los zapatos de tacón originan metatarsalgias, lumbalgias o distintos tipos de acortamientos musculares.
Aunque los hábitos posturales en la conducción pueden ser incorrectos en cualquier franja de edad, son los jóvenes los que más propensión tienen a sufrir lesiones por este motivo. Las malas posturas al volante pueden ocasionar tendinitis de hombro, lumbalgias, dorsalgias y transtornos estáticos en la columna. Y no solo en el coche, sino que también los motociclistas pueden sufrir cruralgias -dolor en la cara interna del muslo y en algunos casos en la zona genital- por la inclinación sobre el abdomen y la cintura, que se comprimen con el cinturón.
Las lesiones más frecuentes en los adultos están relacionadas con las tareas del hogar o la tensión en el trabajo. Así, planchar la ropa, fregar utilizando la fregona o incluso retorcer una bayeta para escurrirla pueden convertirse en actividades peligrosas si no se realizan con precaución, vigilando las posturas y haciendo periodos de descanso. Los trabajos que requieren subir o bajar escaleras pueden producir artritis de tobillo, rodilla y cadera. Además, trabajar en posición forzada de cuello o realizar un viaje prolongado puede derivar en lo que se llama cefalea tensional.
Con respecto a la tercera edad, la altura de las camas debe ser más alta, las almohadas deben ser bajas para no forzar la columna cervical y las posturas no deben ser forzadas. Hay que tener cuidado con las alfombras u objetos sueltos en el suelo, ya que pueden provocar caídas aparatosas que pueden originar roturas de pierna, de cadera o lesiones crónicas. Es recomendable también distribuir el peso de la compra entre los dos brazos y que suban y bajen las escaleras peldaño a peldaño y, en caso de dolor en algún pie o pierna, se debe subir con la pierna buena y bajar con la mala.
Con respecto al calzado, en los niños no debe ser ni muy grande ni muy pequeño y hay que vigilar el desgaste y las modas en la forma de caminar, ya que pueden resultar lesivas; en las mujeres, los zapatos de punta afilada o los de tacón pueden provocar diversas lesiones, como juanetes o acortamientos musculares; y los ancianos deben evitar el calzado ajustado y rígido durante marchas forzadas o al permanecer en pie de forma prolongada.
«Todos estos problemas, una vez diagnosticados, encuentran solución en un elevadísimo número de casos con las técnicas más avanzadas de fisioterapia», concluye Horacio Bobadilla.
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