Un tercer carril entre San Rafael y Villacastín desatascará por fin la AP-6

Iberpistas no acaba de despojarse del mono de trabajo. En los últimos tiempos, la concesionaria de la autopista AP-6 (Villalba-Adanero) ha concentrado sudores, sacrificios (suyos y de los conductores) y dinero en la rehabilitación, ampliación y acondicionamiento de los pasos que discurren bajo la sierra de Guadarrama. Incluso puso en servicio un tercer túnel el 29 de marzo del 2007 después de seis años de obras y algunos más de trabajos administrativos y técnicos. Su objetivo no ha sido otro que el de aliviar el flujo de vehículos que se desplazan desde Madrid hacia tierras gallegas y el resto del norte peninsular.

Ya lo dijo el director general de la empresa concesionaria de la autopista, José Antonio López Casas, cuando advirtió que la limitación de la vía eran los túneles y no tanto el peaje de San Rafael. Los accesos a los subterráneos eran auténticos embudos los fines de semana y días clave de las temporadas vacacionales.

La intensidad media diaria de tráfico en los túneles superaba hace algo más de un año los 32.000 vehículos al día, según Iberpistas, con retenciones que sobrepasan las cien horas al año en la boca norte, en sentido Madrid, y más de 150 horas en la sur, en dirección a La Coruña. Tal flujo imponía la construcción y puesta en funcionamiento del tercer túnel.

Por su parte, el tubo más antiguo de que atraviesa el Macizo Central también se actualizó. Iberpistas lo hizo reversible para agilizar el tránsito de vehículos.

Pero cuando llegan las operaciones salida de vacaciones, ya sea en Navidad, Semana Santa o verano, este punto sigue apareciendo en la lista negra de las retenciones, aunque por fortuna no con tanta frecuencia ni con los desmesurados atrasos que acumulaban los usuarios de la autopista en otros tiempos anteriores a las mejoras efectuadas en los túneles.

A pesar de estas actuaciones, los tapones continúan. Iberpistas es consciente de que la explotación de la AP-6 sólo será plena cuando se cree un tercer carril en cada sentido a lo largo de los veinte kilómetros que separan San Rafael y Villacastín, en la provincia segoviana. Únicamente entonces podrá hablarse de descongestión.

Y es que por mucha ampliación de las vías, al final los coches se topan con un embudo. Los problemas circulatorios se trasladaron de la vertiente madrileña a la segoviana. El cortejo automovilístico procedente de Madrid sale del túnel y se estrangula, pasando de tres a dos carriles, con el consiguiente lío. Un recorrido desde Las Rozas hasta el peaje segoviano de San Rafael puede prolongarse cerca de dos horas. Los atascos han obligado incluso a la Guardia Civil en jornadas especialmente conflictivos a desviar el tráfico por el centro de Guadarrama, detonando las protestas del alcalde de la localidad madrileña.

Para mil coches más

De ahí que, una vez habilitados los túneles bajo la sierra, el siguiente objetivo sea el desahogo definitivo de la AP-6 con la construcción de ese tercer carril de San Rafael a Villacastín. Desde ese punto, la carretera se divide en tres: una autopista de peaje en dirección a Segovia (la AP-61), otra hacia Ávila y la que va en dirección a La Coruña.

Las cuentas dan la razón y justifican la construcción de este corredor adicional entre ambas localidades segovianas. El tramo de carretera soporta el tránsito de más de 5.000 vehículos a la hora, pero los dos carriles existentes en la actualidad únicamente pueden acoger unos 4.000, lo que provoca la falta de fluidez. Desde el punto de vista cuantitativo, la vía necesita esa ansiada prolongación que permita la cobertura del tráfico de otro millar de coches más a la hora, lo que conllevará, ya sí, la explotación total de la infraestructura gestionada por Iberpistas.

La compañía solicitó al Ministerio de Fomento firmar el convenio a mediados del 2006, pero hasta finales del 2007 no recibió la apuesta afirmativa del Gobierno central. Por lo tanto, hablar de plazos de ejecución no es tan sencillo. Los números se difuminan en este caso. Las previsiones apuntadas por la compañía son más deseos que pronósticos seguros. Iberpistas ha indicado que su intención es arrancar los trabajos este mismo año para que puedan estar culminados en el 2009.

La obra contempla otras tareas complementarias que también contribuirán a descongestionar los accesos a la carretera objeto de la ampliación. Iberpistas prevé la construcción de tres viaductos para salvar otros tantos desniveles y la rehabilitación de otros pasos que dan accesos a las correspondientes calzadas.