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Ferrocarril con destino a Santander a su paso por la estación de Alar del Rey. / MIRIAM
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Por los caminos de hierro

Los vecinos celebrarán el sábado con un intenso programa el 150 aniversario de la puesta en servicio del Ferrocarril de Isabel II entre la villa alarense y Reinosa

LUIS GONZÁLEZ

Jueves, 13 de septiembre 2007, 02:53

Alar del Rey, cuna del Canal de Castilla, se apresta a conmemorar como se merece el 150 aniver-

sario de la puesta en funcionamiento del tramo del entonces denominado Ferrocarril de Isabel II entre la localidad cántabra de Reinosa y la villa alarense. Esta línea ferroviaria, segunda en antigüedad de España, tras la de Barcelona-Mataró, se inauguró el 28 de marzo de 1857, dentro de un gran proyecto que pretendía servir de complemento al propio Canal de Castilla para acabar de unir la Meseta Castellana con Santander.

Curiosamente, los llamados 'caminos de hierro' acabarían siendo los sepultureros del Canal, la mayor obra de ingeniería hidráulica del siglo XVIII, pero, como ya quedó dicho hace muchos años, los tiempos avanzan que es una barbaridad.

El Ayuntamiento alarense, una vez transcurridas las celebraciones del verano, ha elaborado un amplio programa y ha elegido el 15 de septiembre para llevarlo a cabo. La programación incluye actividades culturales, como la exposición de útiles ferroviarios, maquetas y fotografías, así como de documentos gráficos y locomotoras restauradas. En el capítulo gastronómico habrá un concurso de ollas ferroviarias.

La jornada comenzará con una misa y la imposición de pañuelos alusivos a la celebración, tras lo que se descubrirá una placa conmemorativa. En cuanto al concurso de ollas ferroviarias, se han fijado dos categorías: olla de patatas con rabo y olla de alubias con almejas. El ganador conseguirá una olla ferroviaria con capacidad para diez litros y 150 euros, mientras que el segundo y tercer clasificados recibirán 100 y 75 euros, respectivamente. Además, varias asociaciones se han comprometido a preparar patatas con costillas para todos los asistentes.

Una historia apasionante

La construcción del Canal de Castilla palió en cierta medida el transporte por la llanura, pero el

temor a perder el eje Valladolid-Santander impuso la necesidad de realizar el primer ferrocarril de la Cordillera Cantábrica Alar-Santander, de 137 kilómetros.

Una real orden del 16 de abril de 1845 autorizó al Marqués de Remisa, concesionario del Canal de Castilla, al Duque de Sotomayor y a una compañía inglesa la construcción del tren, plan encargado al ingeniero Juan Rafo. Pero las capacidades técnicas para la difícil orografía del trazado pusieron en duda la idea. En 1847, con la muerte del Marqués de Remisa y los problemas económicos del Banco de Isabel II, vence la concesión, pero las instituciones santanderinas no cejan y crean otra comisión encabezada por Cornelio Escalante, Vicente Trueba y Jerónimo Ruiz. El 13 de marzo de 1850 consiguen una nueva concesión con la declaración de máximo interés y con patrocinio regio, y el 25 de junio se crea la empresa Ferrocarril de Isabel II.

En el año 1851, el Ministerio de Fomento catapulta el Plan Ferroviario con Mariano Miguel de Reinoso, un vallisoletano que no duda de la idoneidad del ferrocarril Alar-Santander. Por fin el 8 de abril del año 1852 se autoriza el comienzo de las obras, y casi cinco años después, el 28 de marzo de 1857, se inaugura el primer tramo entre Alar del Rey y la localidad cántabra de Reinosa.

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