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ROCÍO PELAZ
Lunes, 16 de julio 2012, 15:09
Afirma el historiador y antropólogo gallego Florentino López Cuevillas cuando habla de los afiladores que se trata de «hombres que son héroes desconocidos de novelas que no se escribieron». Pero esto cambiará a partir de ahora y esta cita no volverá a tener el mismo sentido. La productora Boneca Lareta ha decidido iniciar un proyecto a través del cual grabarán en directo la vida del afilador Armando Álvarez para realizar una película-documental que recrea el mismo recorrido que hizo caminando y afilando en el año 1954.
Armando Alvárez dedicó más de nueve años de su vida al oficio de afilador, y el pasado 17 de junio inició, 76 años después de su nacimiento, el que será su último viaje. Para él, este camino no será del todo ajeno ni desconocido, ya que realizará el mismo itinerario que en el año 1954, cuando partió con su padre por primera vez. Él, con sólo 18 años, y cada uno con una rueda de afilar, dejaron la aldea de Sanxurxo en Ourense con destino a Palencia, Burgos y Madrid.
Armándo Álvarez conoce cada bello rinconcito de la provincia de Palencia, ya que afirma que durante su andadura trabajó en decenas de pueblos, entre ellos Ampudia, Autilla del Pino, Villamartín de Campos, Castromocho, Mazariegos, Becerril de Campos, Fuentes de Valdepero, Monzón de Campos, Rivas de Campos, Frómista y Osorno.
Después de tantos pueblos recorridos y tras nueve años de trabajo como afilador, Armándo Álvarez asegura haber tenido momentos buenos y malos, pero solo se acuerda de los bonitos recuerdos. «Durante la grabación de la película-documental fue una grata sorpresa que, después de casi cincuenta años, personas de aquellos pequeños pueblos todavía se acordaran de mí» exclama el afilador. Armándo Álvarez cuenta que sus aventuras comenzaron andando con la rueda. Poco tiempo después se compró una bicicleta. Y en cuanto pudo se compró una motocicleta para que el trabajo fuera más fácil.
Pero la historia de esta tradición se va desvaneciendo poco a poco, ya que los pueblos están cada vez desiertos y la maquinaria se ha modermizado. «El trabajo del afilador por los pueblos de Castilla ha desaparecido. En aquellos años lo que más se afilaba era maquinaria agrícola y ahora, con las cosechadores y las nuevas tecnologías, este trabajo ya no tiene sentido», explica el afilador.
La vida de Armando Álvarez, caminando y afilando por los lugares que transitó hace más de medio siglo, será el hilo conductor de la película-documental. Él mismo se convertirá en el nexo de unión de diferentes afiladores que salieron desde la comunidad gallega con el único objetivo de girar una rueda y que caminaron por los cinco continentes.
En la película-documental se contará la historia de varios de los afiladores que forjaron sus distintas historias por el mundo. La productora Boneca Lareta viajará a Cuba, donde recogerá el testimonio de Orlando Alonso, que partió de la aldea de Vilamaior Castro Caldelas en Ourense en el año 1923, y que afiló durante toda su vida en las calles de la ciudad de La Habana.
También reflejará las aventuras del grupo de afiladores de Castro Caldelas que viajaron a Venezuela para iniciar el oficio y se repartiron el país, quedando unos en Caracas, otros en Maracaibo y otros en Isla Margarita.
No obstante, estas serán solo algunas de las historias y vivencias, que como piezas de una rueda de afilar girarán a través del último viaje de Armando Alvárez. Desde la propia historia, la productora Boneca Lareta pretende honrar el recuerdo de unos hombres que caminaron y afilaron por los cinco continentes durante tres siglos, convertiéndose en embajadores de un pueblo, de una tierra, pero sobre todo de una cultura.
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