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Un grupo de vecinos y visitantes disfruta de una de las actividades programadas en el festival.

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Un grupo de vecinos y visitantes disfruta de una de las actividades programadas en el festival. N. L.

San Pelayo atrae a 2.500 personas en el festival de lucha contra la despoblación

El medio centenar de vecinos del pueblo puso el acento en la sequía poblacional de la mano de música, magia, artesanía y teatro

N. LUENGO

SAN PELAYO

Lunes, 30 de julio 2018, 08:56

No uno, sino cuatro gatos son los que San Pelayo se ha llevado al agua en lo que a lucha contra la despoblación se refiere. Este pequeño municipio está dispuesto a dejarse las uñas para seguir sumando vecinos a un padrón en el que tan solo figuran cincuenta censados. El pueblo entero, capitaneado por su alcaldesa Virginia Hernández, es ejemplo de lucha contra el abandono rural. Sus vecinos han dejado de preguntarse «¿qué se puede hacer?», para pasar a hacer todo lo que está en sus manos y que se les escuche en todo el ámbito nacional. Son conscientes de que están tratando de resolver un tema complejo, pero no quieren quedarse de brazos cruzados viendo cómo su pueblo desaparece y pasa a engrosar la lista negra de los pueblos de la España vacía. Ese es el porqué de 4 Gatos, el I Festival contra la despoblación del medio rural, que acaba de celebrar con gran éxito su II edición.

La iniciativa surgió entre los propios vecinos, en asamblea abierta, que es como deciden todo en este pueblo al optar por esta fórmula una vez que el padrón queda por debajo del centenar de habitantes. Han sido cuatro jornadas repletas de actividades, que han servido para acercar a unos 2.500 visitantes de todas las edades las múltiples oportunidades y alternativas de vida que ofrecen las áreas rurales. «Hemos contado con una programación más madura que en la pasada edición, pero con las mismas ganas de que los maullidos de este pequeño pueblo se escuchen en toda la geografía española», aseguraban desde la organización.

Música, magia, gastronomía, artesanía, teatro, pintura, fotografía, reciclaje… actividades de todo tipo se han llevado a cabo estos días para reivindicar esa lucha.

Los 4 Gatos de San Pelayo han demostrado que hay mucho que arañar todavía para defender su territorio. Lo han hecho «desde el optimismo de quien no solo no se resigna, sino que cree que el futuro de nuestros pueblos está asegurado con voluntad política y buenas ideas». Y añadían que lo hacen también «a pesar de que seguimos careciendo de infraestructuras y servicios y del abandono que sufrimos por parte de las instituciones, que no ha mejorado desde el pasado año», reclamaban.

«Exultantes y satisfechos»

Desde la organización, afirman sentirse «exultantes, satisfechos y con la euforia de un trabajo bien hecho, porque el mensaje está calando». Virginia Hernández, destaca sobre todo, la participación de vecinos y visitantes en todas las actividades programadas. «Hemos conseguido con creces nuestro objetivo de ver el pueblo lleno de gente. Han venido a todas las actividades y lo mejor, es que todos se han involucrado como si fueran de la organización y se han ido de San Pelayo siendo militantes de la despoblación», dijo. También tuvo palabras de agradecimiento para los vecinos, que estos días, «lo han dado todo». «Sin ellos, no hubiéramos podido gestionar el festival de ninguna manera. Han construido toldos, han despachado en el bar, han ido a comprar y han aportado enseres de sus viviendas para hacer más cómoda la estancia a todos aquellos que venían a vernos. También vecinos de otros pueblos cercanos nos han echado una mano, lo cual es de agradecer», expuso.

El Festival 4 Gatos ha servido así para despertar el interés entre los más urbanitas sobre cómo se vive en el medio rural, y en especial en un municipio de apenas medio centenar de habitantes. «Hablaban con la gente del pueblo, se interesaban sobre nuestras costumbres, sobre nuestra forma de vida y sobre nuestra falta de servicios», añadió Hernández. Pero entre toda esta alegría, la alcaldesa ha echado en falta más apoyo y presencia institucional en las actividades llevadas a cabo. «Han sido muchos los alcaldes de otros pueblos de la provincia los que se han acercado a 4 Gatos para acompañarnos, pero nos hubiera gustado un apoyo más personal por parte de las instituciones provinciales e incluso regionales. Hubiera sido necesario que se acercaran en persona para ver en qué consistía esto y que conocieran de primera mano la problemática real de nuestros pueblos. Porque esto no es solo un problema nuestro, es de todos», reclamó.

Alcalde pionero en el medio rural, a las puertas de la cárcel

n 4 Gatos hubo también lugar para el debate. Ayer se celebró una ponencia que no dejó indiferente a nadie. El orador fue Alberto Cañedo, natural de Valladolid y exalcalde de la localidad extremeña de Carcaboso, quien contó su periplo en la política municipal, a la que llegó a través de una plataforma ciudadana. Un alcalde pionero que sentó las bases de un modelo ecomunicipalista pero que en 2014 tuvo que dejar el cargo por una sentencia de inhabilitación. Además, tiene que cumplir dos sentencias, una por prevaricación administrativa continuada y otra por prevaricación urbanística. Ahora depende de la magnanimidad de la justicia para no ir a la cárcel al no poder afrontar la sanción y las cosas judiciales.

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