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Valladolid

Peña Bodega Paco, una familia histórica de las fiestas de Valladolid: «Hay gente que viaja siete horas para disfrutar de un solo día»

Esta agrupación de más de 300 personas organiza actividades, desde hinchables hasta discomovidas, para niños y adultos durante los días festivos

Lorena Arias Duque

Valladolid

Viernes, 5 de septiembre 2025, 10:08

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«Todo empezó con la típica conversación absurda de la barra del bar: «¿Y si montamos una peña?», «¿A que no te atreves?», «Pues mañana te traigo un programa»…Y montamos la peña Bodega Paco». Así fueron los albores de una de las familias de peñistas más grandes de Valladolid, que, desde su espontánea fundación, allá por 1998, no ha parado de sumar miembros, que van y vienen a través de los años, pero que permanecen retratados en las paredes del bar que les da nombre, Bodega Paco, en el cruce de las calles Andalucía y Murcia, frente a la plaza Gutiérrez Semprún de Delicias. En la actualidad, la cifra que oscila entre 300 y 400 personas ofrece una idea de la magnitud real de esta agrupación popular, que todos los años tiene su hueco reservado en el programa de las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo con actividades de participación abierta y también exclusivas para los miembros.

Cuando su padre fundó el bar en 1980, Miguel Trejo, su actual propietario, no podía imaginar que estaría al frente de una peña de semejantes dimensiones, que han obligado a llevar muchas actividades fuera del local. «Hacemos comidas, juegos, actividades para niños y todos los años iniciamos el desfile con una novena», explica el gerente. Como novedad, y una vez que este jueves se anudaron el pañuelo para inaugurar el programa, «este año se hará la bajada hasta el centro con una batucada que saldrá desde el propio bar» y, además, se incluirá «una electrocharanga, que se ha usado en otros eventos a lo largo del año, pero en fiestas es la primera vez». Así es que la Bodega Paco no cesa su actividad y sus ganas de diversión pasadas las fiestas patronales, con campeonatos de dardos o concentraciones de moteros, aunque cada año las exigencias son distintas.

Programación de Bodega Paco

  • Viernes 5, Plaza Gutiérrez Semprún Juegos y actividades de peñas a las 20:00

  • Sábado 6, Plaza Gutiérrez Semprún Hinchables para niños y jóvenes de 12:30 a 16:30 | Juegos y actividades de peñas a las 20:00 | Macrodiscomovida Tony de 21:00 a 03:00

  • Domingo 7, Plaza Gutiérrez Semprún Hinchables a las 13:00 | Juegos y actividades de peñas a las 20:00

  • Lunes 8, Plaza Gutiérrez Semprún IX Desfile de Banderas de Peñas y ofrenda floral a las 12:00, hasta el Puente de la Hispanidad | Tardeo musical a las 13:00 | Juegos y actividades de peñas a las 20:00

  • Martes 9, Plaza Gutiérrez Semprún Juegos y actividades de peñas a las 20:00

  • Miércoles 10, Plaza Gutiérrez Semprún Juegos y actividades de peñas a las 20:00

  • Jueves 11, Plaza Gutiérrez Semprún Festival «PacoRock»: Biloba TNB (The Night Before) a las 20:30

  • Sábado 13, Plaza Gutiérrez Semprún Juegos y actividades de peñas a las 20:00 | Show musical con Electrocharanga a las 21:00

  • Domingo 14, Plaza Gutiérrez Semprún Comida peñera a las 14:00

Los tiempos cambian

«Antes tirábamos un poco de improvisación, ahora cada vez hay que organizarse mejor, pedir permisos al Ayuntamiento y adaptarse a las actividades que busca la gente, así como al tamaño de la peña, claro, ya no cabemos en todos los sitios», explica Miguel Trejo. Pasando una barra rústica, tras la cual lucen innumerables trofeos de dardos sin desenvolver, en el comedor de su taberna, Miguel observa los rostros – miles de rostros – que sonríen enmarcados en sus paredes, sin poder contar cuántos de ellos han estado presentes en cada edición de las fiestas vallisoletanas. «Hace mucho tiempo llegamos a ser unas 600 personas, pero desde la pandemia nos hemos dado cuenta de que hay como una generación perdida, es decir, que empieza a incorporarse más tarde. Antes los chavales se apuntaban a los dieciocho años, a más tardar. Ahora la edad promedia ronda los treinta y la gente viene buscando actividades más organizadas», asegura el hostelero.

En esta familia no se conocen todos. «Es una peña de grupos y subgrupos, porque es complicado conocerse entre tantos». Sin embargo, su misión y la de los organizadores es que los miembros interactúen entre sí a través de juegos e incluso invitando a otras peñas. «Queremos que haya interacción. Así que no vale con servir el vermú y ya, sino que se proponen formas alternativas de pasar el rato, se hacen juegos y se trata de que la gente participe de forma activa», señala Miguel. Hay que contar con que cada año que pasa se apuntan «unas cien personas nuevas», aunque algunas también deciden descolgarse después de mucho tiempo, y son «vecinos de cualquier barrio de Valladolid», incluso, de fuera. «Hay gente que vive muy lejos y se pega viajes de siete horas para venir a disfrutar de un solo día», asevera Miguel.

«Para mí, es una forma de entender las fiestas»

Miguel Trejo

Peñista y propietario de Bodega Paco

En cualquier caso, una cosa tiene claro el hostelero y peñista: «Tristemente, cada vez hay menos peñas de este tipo, tan organizadas». Y esto lo achaca «por un lado, a un cambio generacional después de la pandemia, porque también está más de moda el concepto de botellón y, desde luego, todo esto lleva muchos permisos y burocracia, aunque reconozco que no es tan difícil como parece, siempre y cuando se pidan cosas coherentes. Pero me parece que a la gente no le apetece cargar con ese tipo de responsabilidades». El papeleo siempre causa cierto recelo pero, al menos en esta gran peña, no falta la colaboración de muchos miembros a la hora de organizar las actividades y poner manos a la obra. «No somos unos pocos los que hacemos cosas», subraya Miguel, «sino que, cuando se proponen las reuniones, viene todo el que quiera aportar. Más adelante, estamos montando la carroza entre varios, nos turnamos, nos ayudamos y así también para las comidas, los hinchables, etc.».

A quienes más se involucran en los trabajos de preparación, así como en las actividades y en la vida de la peña a lo largo del año, se le hace entrega de una placa con mención honorífica que constata este hecho. Pero no es el único reconocimiento que se reparte entre los miembros de la Bodega Paco, pues también a los recién nacidos de padres y madres peñistas se les otorga una mención al peñista más joven. La guinda de estos gestos tan dulces se coloca al final de las fiestas, con «la apertura de un baúl en el que la gente guarda recuerdos, cartas u objetos del año anterior para entonces volver a traerlos a la vida y rememorar momentos juntos», explica Miguel y añade entre risas que «a veces, hay alguna carta de amor o alguna foto que ha caducado y hay que tener cuidado de no mostrarla».

Detrás de cada edición de las fiestas patronales, «hay casi un año entero de preparación para el programa de la Bodega Paco», asegura Miguel. «Hay semanas en las que se me junta con el trabajo en el bar y si empiezo a preparar las cosas el jueves ya no paro hasta el domingo y vuelve a empezar la semana. Pero merece mucho la pena porque la gente lo disfruta mucho. Ellos también salen de trabajar, durante las fiestas, y apenas se dan una ducha ya están en la calle pasándoselo bien. Para mí, es una forma de entender las fiestas», sentencia el peñista.

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