Borrar
El sargento Martín Ramos de la Viuda, en el centro, nada más ser evacuada la posición de Kaláa. MUNDO GRÁFICO
El héroe de Marruecos asesinado en 1937

El héroe de Marruecos asesinado en 1937

Homenajeado hace cien años en su pueblo natal, Saelices de Mayorga, por su gesta en Kaláa, Martín Ramos de la Viuda terminó encarcelado en Santoña y 'paseado' con otros 13 presos

Enrique Berzal

Valladolid

Martes, 21 de enero 2025, 10:02

Durante varios meses ocupó las portadas de la prensa nacional por su heroica gesta en la defensa de la posición de Kaláa, en Larache, donde lideró la resistencia española frente a los enemigos rifeños durante casi tres meses. Curó a un sargento de las graves heridas recibidas sin saber de Medicina, se las ingenió para coger agua sin ser abatido, resistió las embestidas de las cabilas hostiles y aguantó la posición hasta que llegaron las tropas de la Legión. Martín Ramos de la Viuda, nacido en Saelices de Mayorga en 1905, apenas tenía 20 años cuando fue recibido en España como el auténtico «héroe de Kaláa». Quién le iba a decir que 12 años después sería asesinado por miembros del Ejército que se decían «salvadores de la patria».

Hijo de Elías y Clara, Martín quiso servir en el Tercio pero, reclamado por sus padres, lo devolvieron a casa por ser menor de edad. Era 1922. Poco tiempo después ingresaba en el Regimiento de Sicilia número 7. Su fama saltó a la prensa en octubre de 1924, cuando llevaba un mes resistiendo los ataques de los rifeños en la posición de Kaláa. Todo comenzó el 13 de septiembre, con un ataque cuando bajaban a hacer la aguada. Dos días después, como señalaba una crónica coetánea, «acudió a la posición de Kaláa un moro, diciéndose caid de Xauen, logrando, con engaños, que él alférez Corzano saliera, siendo llevado a una cabila inmediata, donde quedó prisionero». Tuvo que hacerse cargo de la posición el sargento Fructuoso Balbuena, quien, el día 26, al arrojar una granada para repeler la agresión del enemigo, le estalló en la mano arrancándosela de cuajo e infligiéndole numerosas heridas en la cara.

El de Saelices no solo tuvo que ejercer el liderazgo, sino también curar al sargento sin saber nada de cirugía. Ahí comenzó su gesta. «Supo animar a la gente (...). Cada proposición de rendirse que les hacía el enemigo era contestada con descargas cerradas». En una incursión nocturna, fue capaz de conseguir agua suficiente para resistir varios días, también repelió una explosión de las fuerzas enemigas construyendo una «contramina», y reparó con éxito una brecha que les hicieron en la alambrada. Gracias a su arrojo y a los suministros lanzados por aviones españoles, resistieron todo el tiempo. «El enemigo sigue hostilizando la posición, con fuego de fusil y lluvia de piedras. Construye minas y nos invita a la rendición; pero no nos rendiremos. Esta mañana hemos dado muerte a dos salvajes que nos tiraban piedras. El espíritu de la guarnición, inmejorable; tenemos diez enfermos y dos heridos, uno de ellos grave. Ansiamos él momento de que nos ataquen a fondo. Hoy nos comemos los gatos y mañana nos comeremos los perros», informaba por telegrama al mando. Su ascenso a sargento le fue enviado desde un avión mientras combatía a los rifeños.

Arriba, el vallisoletano (centro) y, a su derecha y con barba, el sargento Fructuoso Balbuena, a quien socorrió. Abajo, iglesia de San Pedro de Saelices de Mayorga, y Martín Ramos en una fotografía de 1925. EL NORTE/MUNDO GRÁFICO
Imagen principal - Arriba, el vallisoletano (centro) y, a su derecha y con barba, el sargento Fructuoso Balbuena, a quien socorrió. Abajo, iglesia de San Pedro de Saelices de Mayorga, y Martín Ramos en una fotografía de 1925.
Imagen secundaria 1 - Arriba, el vallisoletano (centro) y, a su derecha y con barba, el sargento Fructuoso Balbuena, a quien socorrió. Abajo, iglesia de San Pedro de Saelices de Mayorga, y Martín Ramos en una fotografía de 1925.
Imagen secundaria 2 - Arriba, el vallisoletano (centro) y, a su derecha y con barba, el sargento Fructuoso Balbuena, a quien socorrió. Abajo, iglesia de San Pedro de Saelices de Mayorga, y Martín Ramos en una fotografía de 1925.

Su resistencia dio fruto. El 3 de diciembre de 1924, la posición española pudo ser evacuada sin problemas por la Legión. El vallisoletano fue tratado como «héroe», homenajeado primero en Alcazarquivir y enseguida en su pueblo. La celebración, hace junto cien años, comenzó con una visita a su casa natal por parte de las autoridades y de miles de personas procedentes de Valladolid y de pueblos circundantes. Luego se celebró una misa en la iglesia parroquial de San Pedro y se descubrió una placa en su honor en el Ayuntamiento, «por su heroico comportamiento de la posición de Kaláa, mandando la fuerza y resistiendo bravamente en asedio de los moros desde el 13 de septiembre al 3 de diciembre de 1924». Esa misma tarde del 18 de enero de 1925, la Corporación puso a su nombre una calle céntrica de Saelices.

Homenajeado también en San Sebastián, el «héroe de Kaláa» se afilió luego al PSOE y a la UGT y fue alcalde de su pueblo en los meses previos a la Guerra Civil. Esta le tocó de lleno. Detenido por los golpistas, fue trasladado al Penal del Dueso, en Santoña, de donde ya no saldría. A las nueve de la noche del 14 de octubre de 1937, los carceleros trasladaron a 14 presos, entre ellos el vallisoletano, a dos celdas separadas en la planta baja. Los fusilaron de manera extrajudicial a las siete de la mañana del día siguiente, en la playa de Berria. Martín Ramos tenía entonces 32 años. También su padre, Elías, y sus dos hermanos, Virgilio e Hilario, fueron detenidos y encarcelados, y este último, según datos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid, fue igualmente «paseado». Las autoridades franquistas cambiaron de nombre la calle que le había dedicado el Ayuntamiento y retiraron la placa que lucía en su honor la fachada del edificio consistorial.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El héroe de Marruecos asesinado en 1937