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J. Sanz
Miércoles, 7 de septiembre 2016, 08:18
El camión, aunque era de segunda mano, «estaba nuevecito». Tanto que sus propietarios aún no lo habían rotulado con el logotipo del negocio. Tenía, incluso, el depósito vacío. Pero ni eso impidió que los ladrones que en la madrugada de ayer accedieron a las instalaciones de la empresa familiar de transportes Anastasio Vicente e hijos, situada al borde de la carretera de Madrid, en Alcazarén, «se tomarán todo el tiempo del mundo para sacar el gasóleo de otro camión más viejo que teníamos aparcado al lado y se lo llevaron», lamenta la víctima. No solo eso se llevaron los delincuentes, que huyeron con la cabeza, un remolque y material valorado en la friolera de 47.000 euros.
Y todo ello sin dejar más rastro que un boquete abierto en la verja del perímetro para sacar por allí el camión y el remolque rumbo a la cercana calzada de la Nacional 601 la empresa está situada en el kilómetro 159, junto a una gasolinera. Los autores debieron saltar inicialmente la reja, anularon las cámaras de seguridad y accedieron a la nave principal que linda con las oficinas «sin forzar, en apariencia, la cerradura».
Una vez en el interior, registraron inicialmente las oficinas de allí se llevaron dos ordenadores y un móvil y escogieron uno de los camiones que estaban aparcados dentro de la nave. «Eligieron el más nuevo», explica Anastasio, el dueño, quien relata cómo «tuvieron que sacar con una manguera el gasóleo del camión que teníamos al lado para llenar el depósito, que estaba vacío porque ni siquiera lo habíamos estrenado». Después lo sacaron al exterior, donde engancharon un remolque de cereal también recién comprado-. «Tuvieron las narices de volver a coger herramientas de la nave para cortar la verja y luego salieron por allí hacia el camino que conduce a la nacional situado al borde de una gasolinera de Repsol que cierra por las noches», añade la víctima, que se enteró de lo ocurrido al acudir al negocio por la mañana.
Huellas y cervezas
Allí, una vez comprobados los daños, descubrieron cómo los autores habían logrado reunir material valorado en 2.000 euros entre las herramientas, el gasóleo, los ordenadores y el móvil, además de llevarse el camión (25.000) y el remolque (20.000). Eso además de encontrarse con huellas de pies descalzos por todas partes «debieron empaparse de gasóleo al sacarlo...» e, incluso, con una bolsa repleta de cervezas que habían cogido de la nevera de la oficina «quizás se les olvidó a la hora de cargarlo todo».
El caso es que con la misma impunidad con la que entraron a las instalaciones de Alcazarén, los ladrones salieron de ellas al volante del camión, un Volvo de matrícula 5151 FYK, y el remolque de la firma Fruehauf. «Hemos denunciado los hechos así lo confirmó la Guardia Civil y colgado fotos del vehículo en todas partes para ver si suena la flauta y lo recuperamos», suspira el dueño.
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