San Juan de la Cruz, la batalla más reciente del movimiento vecinal de La Rondilla
Un grupo de vecinos hace de nuevo guardia a las puertas del antiguo edificio para evitar el inicio de las obras de derribo
Víctor Vela
Miércoles, 3 de agosto 2016, 10:06
«Todo lo que hemos conseguido en este barrio ha sido a fuerza de estar en la calle, de dejar el sofá y salir a luchar», cuenta Nati García, residente desde hace 54 años en La Rondilla, tatuados en la memoria los éxitos del movimiento vecinal. Los parques, dice. Los colegios y la plaza, el centro de mayores, ojalá el San Juan de la Cruz. «Recuerdo un año (el 18 de julio de 1976) en el que los vecinos, hartos de la suciedad, salimos con escobas para barrer las calles. Hasta esos extremos hemos llegado», rememora.
Y ahora, aquí. A las puertas del antiguo colegio San Juan de la Cruz, detrás de unas verjas que anuncian un derribo inminente (el 27 de julio comenzaron a contar los sesenta días de plazo) para la posterior construcción de la nueva sede de la Seguridad Social. Nati, junto a otros activistas vecinales (hay un grupo de whatsapp bautizado como Rondilla resiste), madruga en este mes de agosto para «proteger» el San Juan de la Cruz, para esperar la llegada de las grúas y las piquetas con el objetivo de paralizar el derribo «hasta que haya un proyecto definitivo». Hubo turno de vigilancia el lunes. También ayer por la mañana. Pero ni rastro de las máquinas. Ni huella de los obreros. Han acordado concentrarse, al menos, durante esta semana. Y después, ya se verá.
Lo cuentan a las puertas de este inmueble, abandonado desde septiembre de 1999 y que tiene los cristales rotos, tres astas sin banderas, una pizarra que recuerda que fue colegio y donde puede leerse en tiza:Esto es un espacio civil para la ciudad. Hay también un indigente con perro acurrucado en una esquina del zaguán. Ymedio centenar de vecinos que hacen guardia, que vigilan, que todavía confían en conseguir algo. «Que se sienten a hablar, que el ministerio escuche la propuesta del Ayuntamiento para permutar los terrenos». Su propuesta es que este inmueble albergue un centro social (para mayores, como espacio joven...) y no la anunciada sede de la Seguridad Social. Por eso madrugan (sudadera, forro quechua en las frescas mañanas de agosto); recuerdan que «todo lo conseguido en el barrio ha sido a base de movilización social».
«La Rondilla siempre fue un barrio guerrero... pero la gente ahora se ha hecho cómoda», lamenta Zuriñe. Carmen Quintero, actual presidenta de la asociación vecinal, dice que no recuerda inversión alguna en el barrio que se haya acometido sin la previa demanda y lucha vecinal. «Todo lo conseguido lo hemos tenido que pelear antes. Era así como el Ayuntamiento y las administraciones se enteraban de nuestras necesidades». Y comienza el relato de méritos. Los vecinos meten cuchara en la olla de la memoria para remover hitos y logros. Recuerdan la lucha educativa de finales de los años 70, cuando el Gutiérrez del Castillo (hoy Entre Ríos) y este San Juan de la Cruz presentaban unos niveles indecentes de saturación, con los pasillos como aulas. Evocan la necesidad de institutos, la expropiación de terrenos para el centro de salud y de mayores. Rememoran la lucha «contra la especulación» que en los años 80 paralizó la construcción sin freno y permitió «dignificar» el barrio con el parque Ribera de Castilla.
«Siempre hemos luchado... aunque a veces no nos hayan hecho caso». En esta asignatura suspendida subrayan el puente de Santa Teresa, por ejemplo, una inversión que la asociación de vecinos todavía hoy defiende como innecesaria. Mucho se temen que esta puede ser otra batalla perdida, pero, aún así, sellan cada mañana su compromiso con la calle, para refrendar su alma reivindicativa con el San Juan de la Cruz.
El proceso administrativo ya está en marcha y no se puede parar, recuerdan desde la Seguridad Social, para insistir en que «las obras comenzarán en breve», aunque sin precisar una fecha concreta. Eso sí, hay tiempo límite, caducidad en el calendario. El Ayuntamiento otorgó el 18 de mayo la licencia de demolición. La Seguridad Social firmó el contrato con la empresa encargada del derribo el pasado 27 de julio y, desde ese momento, comenzó a contar el periodo de 60 días hábiles en el que tiene que haberse concluido el derribo. El plazo (que no incluye domingos ni festivos, como el 15 de agosto o el 8 de septiembre)termina el 6 de octubre. Ese día, las máquinas tienen que haber reducido ya a migajas el edificio. ¿Cuándo comienzan las obras?Dicen desde la Seguridad Social que una vez firmado el contrato y redactado el plan de seguridad entrarán las máquinas. Yque no hay marcha atrás para una un proceso, defienden desde el ministerio, con todos los parabienes legales y que está en marcha. «No hacerlo, sería irregular», aseguran.
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