El fuego destruye el primer piso de una casa habitada por doce okupas en La Farola

«Estábamos viendo la tele y, de repente, comenzó a arder», recordaba ayer uno de los tres inmigrantes que vive en uno de los cuartuchos de un veterano bloque de ladrillo enclavado en pleno corazón del barrio de La Farola y ocupado desde hace lustros por, al menos, una docena de personas. El fuego se propagó enseguida y acabó carbonizando la primera planta de la vivienda del número 6 de la calle Estrella. Sus inquilinos, eso sí, lograron salir a tiempo y ayer ya habían iniciado las labores de ¬limpieza para seguir residiendo en sus casas.

Los hechos tuvieron lugar al filo de las dos de la madrugada en una de las estancias del primer piso del inmueble, a buen seguro centenario, de la calle Estrella, una perpendicular al camino de la Esperanza que desemboca en la tapia de la vía férrea. Allí residen en la actualidad tres inmigrantes de nacionalidades rumana y búlgara en unas condiciones de salubridad que los propios bomberos y agentes que intervinieron en la extinción tildaron suavemente de «deficientes».

Fuentes policiales confirmaron a su vez que el origen del fuego, en efecto, pudo ser un cortocircuito en la televisión que en ese instante estaban viendo los inquilinos y que acabó ardiendo. La acumulación de muebles y otros enseres en esa estancia hizo que las llamas se propagaran en pocos segundos y causaron una enorme humareda por la ventana central de la primera planta.

Los propios inquilinos, ayudados por los agentes que acudieron al lugar de los hechos, abandonaron a tiempo sus casas y los Bomberos, a su llegada, tuvieron que desplegar la escala para sofocar las llamas, que acabaron carbonizando dos de las habitaciones del primer piso después de una hora de intervención. La grúa municipal, entre tanto, ¬retiró los vehículos que estaban estacionados justo al borde de la fachada.

Inhabitable solo en teoría

Esta planta, en teoría, «está inhabitable, si bien la inspección del inmueble determinó que el fuego no había provocado daños en la estructura o un riesgo de derrumbe», según confirmaron ayer fuentes de la investigación. Pero la teoría es una cosa y la práctica, otra. Así que los propios residentes de la planta carbonizada anticiparon ayer que continuarán viviendo allí. «Pero si no ha sido nada, esto se arregla con una manita de pintura y listo», señalaron a primera hora de la tarde mientras se afanaban en retirar los restos del mobiliario ¬carbonizado. La casa, al menos desde fuera, muestra que su habitabilidad es, como mínimo, cuestionable.

Pero los residentes justificaron que tampoco tienen «otro sitio al que ir» y mostraron su temor a que lo ocurrido ayer pueda suponer que les «tiren desalojen de aquí». En la casa del número 6 de la calle Estrella viven, al menos, una docena de personas, en su mayoría familias de etnia gitana con niños de corta edad.