
L. SANCHO
Miércoles, 4 de enero 2012, 02:16
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Puede ser porque las pedreas y terminaciones premiadas el 22 de diciembre hay que cambiarlas por nuevos décimos. Quizás porque 'El Gordo' ni siquiera miró de reojo a Valladolid y hay que seguir intentándolo. O simplemente porque la experiencia dice que la crisis anima a tentar a la suerte. Cualquiera de estas razones, o todas ellas, brindan a las administraciones de lotería de Valladolid los posibles argumentos en los que se podría justificar el incremento en la venta de lotería de 'El Niño' que constatan en este 2012.
La previsión de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), el organismo regulador, es que cada vallisoletano juegue esta vez de media 21,67 euros, es decir, poco más de un décimo, que es la cantidad que ha consignado por habitante para el tradicional sorteo del 6 de enero. Son 57.706 billetes, (577.060 décimos) para una población de 532.575 habitantes. Y aunque la realidad es que tradicionalmente no se agota el papel consignado, lo cierto es que esta vez los loteros consultados por este medio coinciden en confirmar un aumento en las ventas con respecto al pasado año, cuando los vallisoletanos gastaron de media 16,44 euros.
En la Administración 13, la de la calle Regalado, las ventas van incluso mejor que en Navidad, cuando registraron un descenso «generalizado de aproximadamente un 10%». Su titular, Ángel Carro, relaciona el incremento con la ausencia de premios en la Lotería de Navidad. «Lo máximo que estamos pagando son 120 euros por décimo y otros años había algunos de 500 y 1.000 euros», comenta.
Otra Administración en la que las ventas van «muy bien» es la del Trébol de la Suerte, en la calle Mantería. Aquí vinculan las apuestas con el elevado número de pedreas y terminaciones premiadas en el sorteo del pasado 22 de diciembre. «Casi todo el mundo que viene a cobrar cambia algún décimo por otro del Niño, y se nota bastante», comenta Pilar Aina, la titular.
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Con más movimiento que otros años afronta este sorteo la Administración de Alonso Pesquera que el pasado sorteo de Navidad vendió diez décimos de un tercer premio. Esta vez las ventas van bien, por las terminaciones premiadas del 8 «y porque la gente ve el cartel del premio de la otra vez y se anima».
Lo mismo le ocurre a 'El Roble', en la calle Labradores, desde que en el año 2002 vendiera el Gordo de El Niño. El incremento en la venta se nota desde entonces, y este año especialmente, cuando su titular, Carlos Rebollo, confía incluso en vender más que el año pasado.
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Las terminaciones preferidas por los vallisoletanos para un sorteo que reparte 840 millones de euros siguen siendo los impares; el 5, 7 y el 13, este último casi agotado.
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