Allá donde el acueducto se acaba

Cuenta el numismático Glenn Murray que allí donde el acueducto acaba, había, siglos atrás, una ceca, cosa que nadie sabe lo que es, salvo que debe de estar al lado opuesto de la Meca.

Pues en ese mismo sitio en donde estaba la ceca, o muy cerquita de él, otro numismático, Juan Francisco Sáez, tiene montado su establecimiento de monedas, un guiño a aquella vieja fábrica que nos dice Murray, aunque a Juan Francisco no hace falta que se lo cuente nadie, porque asimismo él es otra de las personas que más sabe de ese vil metal y de su historia y acuñación en esta tierra bañada por el Eresma.

La tienda tiene por nombre Doblón Filatelia, elegido de esta forma por su doble vocación: la pasta y el timbre. Pero entre maravedíes y sellos, ducados y estampillas, el local alberga una valiosa colección de ensoñadores juguetes antiguos y de postales. Puede que sea Juan Francisco quien posea la más extensa colección de postales de la Segovia de los siglos XIX y XX. No hace mucho, parte de esa colección fue expuesta en el Torreón de Lozoya y publicada en un libro escrito por Ricardo González y prologado por el investigador Lee Fontanella, un americano al que descubrí hace algunos años, lo mismo que él descubrió que el famoso y pornográfico álbum de acuarelas Los Borbones en pelota, era obra del guarrete de Gustavo Adolfo Bécquer. Y lo publicó en un libro hoy muy raro de encontrar.

Tengo una edición del mismo. Ahora que se acercan los Reyes Magos voy a llevárselo a Juan Francisco para decirle que me lo cambie por un tren de hojalata que he visto en su escaparate. He pedido el tren a los Reyes Magos, pero éstos me han contestado diciendo que ya nadie pide trenes, que si no me prefiero que me traigan un iPod ¿?.