El BM Toledo, a toque de corneta

Quique Plaza, Strazdas, Eitutis, Pesic, Jorge Casado o Javier Fernández, jugadores del Toledo Balonmano , de la Liga Asobal, nada tienen que ver con los soldados 'Bufón' y 'Patoso' que Stanley Kubrick popularizó en 'La chaqueta metálica' (1987). Sin embargo, tienen algo en común con esos novatos peliculeros que soñaban con ser marines: unos militares con disciplina férrea son sus preparadores físicos.

Los malos resultados del club toledano en los primeros meses de esta temporada animaron a sus responsables a finales del pasado año a poner en marcha una idea en principio descabellada: someter a los jugadores al entrenamiento físico de dos expertos de la Academia de Infantería de Toledo : el capitán Francisco Hidalgo y el brigada Pablo Varas. La mano de los militares ha empezado a notarse en forma de victorias.

No es la primera vez que un militar se encarga de dirigir el área física de un club deportivo: el coronel Alexander Gomelsky hizo historia con el equipo de baloncesto del CSKA de Moscú en la década de los 70 del siglo pasado. Pero aquella época del telón de acero soviético no es comparable a la de esta España sin mili en la que la Academia de Infantería de Toledo y su Escuela Central de Educación Física (ECEF) tratan de acercarse cada vez más a la sociedad y sus responsables no dudan en colaborar con un club de elite.

Lo primero que comprobaron el capitán Hidalgo y el brigada Varas al analizar el triste juego del equipo -pidieron los vídeos de los partidos- es que la forma física de la plantilla dejaba mucho que desear. Sus baches de juego se traducían en goles encajados y en derrotas. «Hemos hecho un trabajo para tener un tono físico y aguantar el máximo de la temporada», explica el capitán Hidalgo, un auténtico atleta que en abril disputará el Medio Ironman de Lisboa, una prueba que mezcla 21 kilómetros de carrera, 90 kilómetros de bicicleta y 1.900 metros de natación.

Carreras entre tanques

Cada día, el capitán recibe a los jugadores de balonmano a las 9:30 de la mañana haya niebla, lluvia o tres grados bajo cero. A partir de ahí se someten a una paliza con carreras de calentamiento, cambios de ritmo, recorridos de obstáculos y trabajo en el gimnasio. Todo ello entre carros de combate y cañones y mientras los cadetes de la Academia realizan sus tareas habituales.

Los resultados no han tardado en llegar, aunque también acompañados de los cinco fichajes del Alcobendas: el pasado fin de semana vencieron en partido de Liga al Puerto Sagunto por 26-21 y días atrás habían conseguido empatar en encuentros amistosos con los complicados Ademar de León y Dínamo de Minsk.

«Hay una diferencia total de cómo terminamos la primera vuelta y qué estado físico tiene ahora el equipo. Demuestran fuerza y estar muy bien», reconoce el entrenador del club, Jorge Liébana, que confía en que la plantilla remonte puestos en la clasificación y evite descender de categoría.

Para que el Ejército se haya puesto a disposición del Toledo Balonmano ha habido que solicitar los oportunos permisos a los mandos militares. Para ello, el presidente del club, Jesús Cabañas, tuvo que firmar un convenio con el director de la ECEF de la Academia de Infantería, el coronel Antonio Fragua, para quien «es un orgullo que las Fuerzas Armadas puedan atender una demanda de la sociedad». Es la primera vez en los casi cien años de historia de la ECEF que esta institución se embarca en la preparación de un club de elite. De cundir el ejemplo no sería extraño ver en un futuro a Cristiano, Forlán o Messi a las órdenes de un preparador físico con uniforme y galones.