
La falta de financiación amenaza con cerrar la única piscina de hidroterapia para discapacitados
Los afectados reúnen 50 firmas a favor de su continuidad, aunque Aspaym ve insostenible el servicio por tener pocos usuarios
ANA SANTIAGO
Jueves, 20 de mayo 2010, 11:16
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Hace dos años y medio, la asociación Aspaym de parapléjicos y grandes minusválidos de Castilla y León abrió en Valladolid, en su nueva residencia ubicada en Covaresa, la primera y hasta ahora la única piscina con hidroterapia y atención especializada de la ciudad para estas personas con problemas de movilidad. Un tratamiento recomendado para muchos traumatismos por sus valores relajantes y la realización de un ejercicio sólo posible en el agua.
Sin embargo, «la falta de recursos suficientes para su mantenimiento», según explica el presidente de Aspaym, Francisco Sardón, obligará con toda probabilidad al cierre de la piscina. Así se lo ha comunicado el centro a los usuarios de la misma en una carta; aunque en próximos días mantendrán una reunión para tomar una decisión definitiva al respecto.
No parece fácil que este recurso para discapacitados pueda salvarse porque el coste de su mantenimiento, indica Sardón, «de seis mil euros mensuales, lo hace inviable y no porque no sea rentable, ningún servicio social lo es, pero es cuestión de prioridades y de optar por atenciones que tengan más beneficiarios porque, en este caso, sólo son unas quince las personas que acceden a la hidroterapia», añade.
«Pusimos en marcha la piscina con nuestra mejor voluntad a la vez que la residencia; aunque no sólo para los que vivieran en ella, también hay usuarios externos; pero la limpieza, la temperatura del agua... es un enorme gasto y sólo somos una asociación», insiste. La ayuda que percibe Aspaym de la Junta «se limita al pago por plaza concertada de residente, más o menos lo mismo que si fueran ancianos cuando este tipo de personas suele tener muchas más necesidades, tenemos 200 discapacitados en Rehabilitación y 40 en la residencia». «Somos deficitarios desde el principio porque la piscina está pensada para, al menos, cincuenta o sesenta personas y pensábamos que en cuanto se llenaran las plazas residenciales, como ocurre ahora, habría usuarios suficientes para poder mantenerla abierta porque creo que es importante este servicio para ellos; pero tendrán que recurrir a las municipales».
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Rentabilidad
Los usuarios han recogido cincuenta firmas que presentarán a Aspaym con el sueño de evitar su cierre.
Los casos son siempre dolorosos, como el de una madre que tiene un hijo con minusvalía física y cognitiva al que «la piscina le da la vida porque para él es un juego, siempre le encantaron los deportes y ahora la piscina le permite hacer ejercicios jugando, pagamos 50 euros al mes por dos medias horas semanales y sabemos que no es rentable, estas ayudas nunca lo son; pero si se ofertara a mutuas, a otras asociaciones quizá supusiera menos gasto y también si se arreglarán las juntas por las que entra mucho frío y la altura porque cuesta mucho calentar las instalaciones», añade esta madre que no oculta su desesperación ante la posible desaparición de la piscina.
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