
Álvaro Senovilla mantiene la confianza del Balonmano Nava para dirigir dos años más los designios del equipo en Asobal. La entidad anunció ayer la renovación ... del técnico pucelano, que liderará al grupo por tercera campaña consecutiva, la octava de un periplo con tres etapas diferentes. Una decisión que aboga por la continuidad desde que volviera en 2022 tras el descenso en División de Honor Plata, algo asumido a finales de la primera vuelta que ha permitido configurar una plantilla ya perfilada.
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El Nava recuperó su saga de vídeos de la temporada anterior para las renovaciones, un corto con Senovilla como responsable de un casting a entrenador con vecinos del pueblo, desde el que dibuja un 4-3-3 como si se tratase de fútbol al niño que no sabe mucho de táctica, pero sí el nombre de todos los jugadores. «Si he enseñado a un potro a correr en círculos, ¿cómo no voy a saber dirigir a siete tíos con dos piernas?», dice uno de los candidatos. Salió hasta el alcalde, Juan José Maroto, exhibiendo retórica: «Yo no vengo a prometer victorias, sino a gestionar expectativas con liderazgo transversal». Terminado el proceso, el técnico no puede ceder el timón. «Está claro, esto no ha terminado».
Senovilla dirigió al Nava dos años en Primera Nacional, rumbo al ascenso en 2014; tres en División de Honor Plata –una fase de ascenso en el curso 2014-15 y el regreso a Asobal en la campaña 2023-24– y la próxima será su tercera en Asobal, una competición que también disputó al frente del banquillo del Villa de Aranda. Ha dirigido una transición en la plantilla y este curso ha jugado sin quizás los cuatro grandes pilares del equipo que recogió tras el descenso bajo la dirección de Zupo Equisoain con la marcha de Jakub Prokop, Tomas Smetanka y Andrés Moyano y la lesión de Dzmitry Patotski. Los jugadores que tiene hoy los ha elegido él.
El cambio de tres primeras líneas de un año para otro ha obligado a un encaje de bolillos porque la plantilla 2024-25 ha perdido a su vez otros tres jugadores en esa demarcación, con las lesiones para toda la temporada de Luisfe y Andrés Nolasco, que tienen firmada una temporada más. La recuperación de este último tras la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha tiene una hoja de ruta previsible, mes arriba o mes abajo, así que será uno de los laterales diestros, junto al relevo de Mario Nevado, que pondrá rumbo a Bidasoa. Sin embargo, hay dudas sobre si el cordobés podrá volver a jugar tras operarse el hombro izquierdo, el de lanzamiento, una lesión que ya le apartó al final de la pasada temporada. Ni siquiera los médicos lo saben, así que no hay garantías de que puede estar en el bloque de las 2025-26. El otro lateral zurdo es Isaías Guardiola, que termina contrato en junio, así que el club necesitará uno o dos fichajes en esta posición. La continuidad de Senovilla por dos años equipara su estancia a los nuevos contratos, que son por la misma duración.
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Así las cosas, el club tiene ya firmados un lateral derecho y otro izquierdo. Las lesiones han sumado un recurso, usar a un central como Sasha en el flanco derecho, así que otra opción para completar la primera línea ante la incertidumbre sobre Luisfe sería fichar a otro central y seguir con estas permutas, con la ayuda creciente del canterano Alfredo Otero. Esa necesidad de un primera línea podría obligar a asumir la retirada de Gedeón Guardiola a final de temporada y quedarse con dos pivotes, Pablo Herranz y Gonzalo Carró. Al no estar buscando un puesto específico se abren las opciones, una versatilidad necesaria para un mercado en el que los clubes se mueven con mucha antelación. Y porque un lateral derecho es muy difícil de encontrar en un deporte en el que los zurdos están muy cotizados. Y más a estas alturas
La solución puede venir de algún descendido a Plata, una lucha en la que hay aún cinco clubes de Asobal implicados y dos plazas a evitar. También se incorporará Javi Carrión, un central cedido al Agustinos Alicante con una proyección extraordinaria que ya fue pichichi de la segunda categoría el año pasado y está mejorando si cabe sus prestaciones. La sensación del club es que si no lo hubiera fichado el curso pasado, no habría podido competir por él ahora.
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La recuperación de Dzmitry Patotski tras romperse el tendón de Aquiles el pasado mes de agosto en el primer partido de pretemporada del Nava encara su fase final y el deseo del cuerpo técnico es que vuelva a jugar en lo que queda de calendario de Asobal: cuatro jornadas distribuidas en las próximas cinco semanas. «Ya está haciendo trabajo de pista, pero para nosotros lo más importante es que cuando vuelva esté al cien por cien», resume su entrenador, Álvaro Senovilla. «Lo ideal sería que volvería a tener esa sensación. Él también lo quiere y la cosa va bien. Todo apunta a que sea posible que reaparezca antes de final de año».
Si uno de los retoques del mercado es sumar a otro jugador de primera línea, otra opción sobre la mesa es un tercer portero a los dos que tienen contrato para la próxima campaña, tanto Patotski como Matheus Buda, firmado en enero procedente de Brasil, ante la incertidumbre de cómo reaccionará el bielorruso tras un año entero sin jugar. Si se cumplen sus planes de retirada, Yeray Lamariano se despedirá a final de temporada. Y todo apunta a que le acompañará Luis de Vega, cuya continuidad sigue siendo posible, pero complicada.
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