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Ornitólogos y voluntarios del SEO Birdlife, en l aobservación de ayer en el Acueducto, con redes para capturar aves. Antonio De Torre

Los huecos del Acueducto de Segovia cobijan la mayor colonia de vencejos de Europa

Un programa de seguimiento mantiene más de cuarenta estaciones de control en la ciudad

César blanco

Segovia

Lunes, 16 de julio 2018

«Contar todos los que hay en el Acueducto es una utopía», comenta Esteban Casaux, ornitólogo segoviano. A pesar de ello, no cejan en el intento de que algún día puedan cuantificar la cantidad de vencejos que eligen el monumento romano para anidar en los innumerables huecos y recovecos que presenta la colosal obra de ingeniería. Son los inquilinos más habituales, mucho más que las palomas. Su pequeño tamaño les permite buscar el resquicio adecuado para criar y pasar la temporada antes de emprender el vuelo y migrar a tierras africanas para pasar el invierno.

Los voluntarios ornitólogos que colaboran con el programa Migra de la organización SEO Birdlife madrugaron mucho ayer. A las cinco de la mañana, antes de que asomaran los primeros rayos de sol, empezaron a montar el sistema de redes, listones y sacos para ejercer el contrapeso de la estructura. Colocaron la instalación a lo largo de un corto tramo del Acueducto en la calle Almira, a uno y otro lado de los sillares. Debidamente señalizado con triángulos de emergencia, los expertos desplegaron una especie de centro de operaciones para dar continuidad al seguimiento de la comunidad de vencejos que habita entre las piedras del monumento.

Ya hicieron un primer muestreo en mayo, y la idea que tienen estos voluntarios es realizar otro más en agosto, antes de que estos inquilinos voladores se marchen hacia destinos más cálidos.

Había que llegar bien temprano, antes de que la salida del sol despertara a las aves y éstas abandonaran su monumental hogar. «Por la noche se meten a dormir»; por eso, cuando salen les esperan con las mallas preparadas. La observación, que se alargó durante varias horas hasta bien entrada la mañana dominical, es una jornada de trabajo más para este grupo y para el proyecto de seguimiento que realiza SEO Birdlife sobre los vencejos comunes. El representante de esta asociación ecologista y conservacionista, Javier de la Puente, explica que la colaboración con el colectivo de ornitólogos locales empezó hace tres o cuatro años con el objetivo de cercar y definir lo máximo posible los hábitos de estas aves migratorias.

Los arcos y recovecos del Acueducto son unos puntos idóneos para el estudio, ya que la enorme concentración de vencejos que albergan las oquedades lo convierten, entre los meses de mayo y agosto aproximadamente, es posiblemente el hogar de «la colonia más importante que hay en Europa», pone de relieve el especialista de SEO Birdlife. Jornadas como la de ayer contribuyen a «conocer el movimiento de estas aves durante todo el año».

Ya no solo ayuda a seguirles por sus rutas migratorias y establecer los corredores que utilizan, las escalas que hacen y los destinos a los que llegan. De la Puente añade que este control periódico de los vencejos en Segovia también aporta información sobre lo que comen o dónde lo hacen, amén de otra serie de parámetros que determinan con más fiabilidad su comportamiento.

Por su parte, la labor que desempeñan los ornitólogos segovianos añade cercanía e inmediatez a los estudios del programa Migra. Entre los objetivos de la observación de ayer estaba la detección de alguno de los cuatro vencejos a los que se les puso un geolocalizador. Los representantes del proyecto explican que esta técnica «está basada en la posición geográfica a partir de la hora de amanecer y anochecer y del número de horas diarias de luz». Esteban Casaux concreta que estos cuatro ejemplares llevan incorporado un sensor de luz que mide las variables cada poco tiempo, además de un reloj interno y un dispositivo que acumula las lecturas del fotorreceptor y la hora asociada.

Los vencejos comunes «son muy fieles a los puntos de cría»que eligen. Los ornitólogos dan fe de esa lealtad a partir de las conclusiones que van sonsacando del seguimiento que llevan a cabo en la capital segoviana y también en varios pueblos de la provincia, como Carbonero el Mayor, Basardilla o El Real Sitio de San Ildefonso.

Esteban Casaux concreta que solo en el entorno urbano de la ciudad hay alrededor de 42 estaciones de control, localizaciones donde el seguimiento efectuado revela que existen nutridas concentraciones de estas aves o que, por las características de las construcciones, son potenciales lugares de anidamiento. Por ejemplo, el actual centro de creación e innovación cultural de La Cárcel; zonas de los barrios de Nueva Segovia, El Carmen; en el casco antiguo, e incluso en algún polígono, ya que las naves más antiguas reúnen las condiciones para dar cobijo a los vencejos. El ornitólogo diferencia entre edificaciones. Las más antiguas son más propicias que las nuevas que se levantan en algunos sectores de la capital, matiza.

«Los cuenteos sistematizados en los mismos sitios, año tras año, nos dan información para detectar cambios en las tendencias de la población» de vencejos, pone de relieve el ornitólogo segoviano. En cuanto a las épocas, el voluntario del programa SEO Birdlife señala que el regreso después de su migración se produce en torno al mes de mayo. Uno de los animales anillados que consiguieron detectar les ha confirmado su llegada el 5 de mayo. Luego, la partida hacia destinos más cálidos se produce en torno a principios de agosto. El aparato de geolocalización que han implantado en algunos ejemplares les va a indicar qué rutas han elegido en su viaje, cuánto tiempo han empleado y las entradas y salidas del nido.

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