
Claudio Alonso, 63 años, viticultor y comerciante: «Si ves el prospecto de una aspirina, al final no la tomas»
Claudio Alonso acudió al pabellón Pedro Delgado de la capital segoviana a vacunarse contra la covid con parte de la 'cuadrilla' de amigos y con ... su mujer. Y aunque reconoce que «íbamos con la mosca tras la oreja», al final no arrastró ningún efecto secundario leve. También es cierto que «por la mañana me tomé un paracetamol y otro por la noche», por aquello de prevenir mejor que curar. Recuerda que cuando salieron con la primera dosis de AstraZeneca puesta «nos fuimos a tomar el aperitivo», muestra de la normalidad y tranquilidad con la que este viticultor segoviano asumió el primer paso hacia la inmunización. Cuando recibió el primer pinchazo no había salido a la palestra ninguna información sobre los trombos ocasionados por la vacuna. «No me asusto ni me planteo que me pueda tocar a mí; además, léete el prospecto del ibuprofeno o de la aspirina y al final no te lo tomas por lo que te pueda pasar». Concluye que, por él, «como si me llaman mañana para ponérmela».
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